lunes, 23 de julio de 2018

TOMADO DE "RADIO LLANURAS DE COLON"

Mario Martínez Ararás

Mario Martínez Ararás
Su nacimiento se produjo el 17 de febrero de 1924 en una casa colonial de la calle Diago Sur No. 70 (actual Mario Muñoz), entre San José y Concha. Fue el quinto hijo de seis, del matrimonio formado por Pelayo Martínez Godínez, comerciante, y Rosaura Ararás Hernández, maestra de instrucción pública.
Cursó sus estudios iniciales en el centro escolar Luz y Caballero de su natal ciudad de Colón. La familia Martínez Ararás emigró en el año 1936 a la capital del país en busca de nuevos horizontes. Años después, Colón y la Habana se convirtieron en escenarios de su actividad laboral, deportiva y política.
Desde, muy joven fue un muchacho extraordinariamente fuerte, lleno de energía y poseedor de un temperamento explosivo. Sintió vocación por el deporte, entre ellos atletismo, cross country, baloncesto, voleibol, pelota, pesas, boxeo y natación. Sus mejores resultados los alcanzó en el atletismo y el cross country. Participó en las primeras ediciones del Festival de Atletismo “Pepe Barrientos in Memoriam” y en maratones dedicados a José Martí, defendiendo el uniforme de la Escuela Municipal de Artes y Oficios Tirso Mesa.
En la planta procesadora de vegetales en conserva “Libertad”, controlada por capitales norteamericanos, trabajó inicialmente como chofer de camiones, luego lo hizo de dependiente del almacén de útiles. Allí se afilió al sindicato y tomó parte activa en las luchas por aumentos salariales y contra el despido de los obreros. De esa etapa, su compañero José Santa Cruz Moré recuerda “Le hablaba a los trabajadores sobre sus derechos, por eso todos le teníamos gran cariño y admiración. Mario no toleraba lo mal hecho, le salía al paso a lo sucedido a sus compañeros, contra el abuso y el maltrato.”
Al cerrar la planta “Libertad” tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Mario laboró en la tabaquería “Mi Marca”, propiedad de su tío Favila Martínez Godínez. Después repartió pan y galletas elaboradas en el establecimiento “La Nueva”, perteneciente a su suegro Julián Antonio Arucas. En la Habana trabajó en lo que pudo: vendedor ambulante de artículos de TEN CENT, chofer de camiones, empleado de obras de la construcción, distribuidor de paquetes de una compañía aérea, etc.
Como todo joven de la época sintió inquietudes políticas. Primero militó en la Sección Juvenil Auténtica, la que abandonó asqueado por la demagogia y la corrupción del gobierno de Grau San Martín, para incorporarse a la Juventud Ortodoxa, organización de ideas radicales, defensora de la honradez y la pulcritud en el manejo de los fondos públicos. En este accionar conoce a Fidel Castro Ruz, a Abel Santamaría Cuadrado y a otros dirigentes de la Generación del Centenario.
A ellos se unió después de los trágicos sucesos del 10 de marzo de 1952.
Mario y su cuñado Ernesto Tizol Aguilera alquilaron la casa No. 33 de la calle San Pedro, en San Francisco de Paula, escenario de reuniones del movimiento y de prácticas de tiro. Demostró poseer una excelente preparación física y puntería en otras prácticas que tuvieron por escenario a las fincas habaneras Los Palos, Lomas de Jamaica y Catalina de Güines.
Recibió la orden de estar listo a las 8.00 pm del viernes 24 de julio de 1953, vestido con la mejor ropa que tuviera. Su hermano Raúl Martínez Ararás, jefe del grupo que atacó el cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo, y que luego rompiera con el movimiento revolucionario, le orientó manejar uno de los autos en dirección a la heroica ciudad oriental. Con él viajaron “Ñico” López, Calixto García Martínez, Mario Arencibia, Antonio Darío López y Adalberto Ruanes.
En la ciudad de Bayamo estuvo acuartelado en el hospedaje Gran Casino. Los combatientes seleccionados para la acción (27 en total), tenían como misión fundamental la toma del cuartel Carlos Manuel de Céspedes apelando al factor sorpresa, controlar el centro de comunicaciones y el aeropuerto, promover una insurrección popular en la ciudad y entregar las armas a opositores del régimen dictatorial, y dinamitar dos puentes para dejar incomunicada a la ciudad de Santiago de Cuba, evitando así la llegada de posibles refuerzos de Manzanillo, y Holguín a la heroica Santiago, lugar donde tendría lugar a la misma hora el ataque al cuartel Moncada.
El 26 de julio de 1953 participó en el asalto al cuartel de Bayamo, pero al perderse el factor sorpresa emprendió la retirada con el también combatiente Adalberto Ruanes. Cuando intentó encender el motor del auto que había conducido desde La Habana, comprendió que en la acción había extraviado las llaves. Decidió entonces refugiarse dentro de un ómnibus parqueado muy cerca del cuartel enemigo. Minutos después fue apresado por guardias al mando del sargento Buenaventura Capote Fajardo y conducido a la fortaleza. En dicho lugar Mario fue asesinado a los 29 años de edad, junto al habanero José Testa Zaragoza. Al morir estaba casado y tenía un hijo varón de 6 años de edad.


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