DESDE EL LEVANTE DE LA PENINSULA IBÉRICA.
CRÓNICAS
CUBANAS
Por Félix Sautié Mederos,
En
Elche el antropólogo ilicitano Manuel Rodríguez Maciá, mi amigo muy cercano, me
llevó a visitar a la Virgen de la Asunción en su Basílica desde donde se ejerce
como alcaldesa emérita de la ciudad. Les testimonio y explico:
Queridos lectores de
Crónicas Cubanas, en una anterior crónica publicada en Por Esto! a mi regreso
en mayo del 2018 de Mérida en Yucatán, les escribí que viajar tiene sus
encantos, sus alegrías, sus tristezas,
sus cansancios físicos e incluso sus riesgos. Ahora, lo reitero con un
especial sentido de la Crónica que les escribo, dado las circunstancias y el
lugar de mi nuevo viaje.
En esta ocasión, he
reiniciado de nuevo mi peregrinaje por otros países del mundo, por la España de
mis ancestros, en función principal de la tarea que me he impuesto, de salir desde mi Rincón de Centro Habana para
explicar mis razones de apoyo al nuevo Gobierno de La Habana y en especial al
Presidente Miguel Díaz Canel, lo que quizás no me entendió quien en una
entrevista de prensa que me hicieron al principio de mi actual visita a Elche, se refirió solo a aspectos y
percepciones secundarias aunque también importantes, pero no las determinantes
de las razones esenciales que han movido mi visita y que expongo en este
párrafo inicial.
Debo decir que mi
peregrinaje internacional del momento es para mí una obligación ética de principios, como consecuencia de haber abogado tanto porque las nuevas generaciones,
nacidas y formadas después del Triunfo de la Revolución cubana asumieran cuanto
antes los timones de mando de la sociedad, ya que el movimiento de la materia y
de la vida así lo estaban exigiendo por causa del envejecimiento natural de las
generaciones que habían luchado en la insurrección y construido el proceso de
la Revolución Triunfante a partir de 1959, de las cuales formo parte para mi
orgullo personal..
Ya han transcurrido
60 años de Revolución y es tiempo para
el relevo y el descanso, incuso cuando los peligros aun se encuentran muy latentes y quizás se han intensificado
más por causa de la poitica agresiva en
extremos de Mr. Trump. Quizás a algunos que no quieren reconocer la realidad,
les moleste que se hable de estas circunstancias. Eso lo lamento, porque mis
compromisos no son con los inmovilistas, los triunfalistas ni con los
dogmáticos. Mis compromisos son con la verdad por sobre todas las cosas, con el
pueblo, con la Revolución y con los revolucionarios verdaderos que se funden con
la población de a pie, con su anhelos y con sus intereses; y dejan de ser entes
en sí para convertirse en ciudadanos para sí.
Después de haber
transitado por Madrid, punto de arribo y
de regreso, mi primera escala fue en Alicante – Elche, muy especialmente en
Elche, ciudad culta de palmeras y producción industrial, ayer escala casi
obligada en mis recorridos de muchos años por la España Madre, que más allá de
las diferencias políticas nos acoge a los cubanos en razón de las familias
compartidas por la etnias, la sangre, la historia, así como por la cultura y
las ideas más allá de las circunstancias no coincidentes y no
compartidas.
En Elche se respira
algo que ya he expresado en algunas de mis crónicas del pasado. Me refiero a un sentido especial de los símbolos que
cobran vida en una espiritualidad que se manifiesta y se desarrolla como parte
determinante de la condición humana que nos diferencia esencialmente de los
animales y del denominado Reino Mineral.
Una de las
expresiones más trascendentes de los símbolos que en mi opinión muy personal
cobran vida real en la espiritualidad humana de los ilicitanos que visité, es
la devoción y el respeto por parte de ellos hacia su Patrona, Nuestra Señora de
la Asunción expuesta en la Basílica de Elche, desde donde se le proclama como alcaldesa
emérita de la ciudad y protectora de los palmerales mediterráneos y
levantinos que pueblan a la ciudad y a la comarca ilicitana.
En mi opinión me
encontré con una consecuencia de las
imbricaciones existenciales de la fe en lo espiritual, con la vida en sociedad y
con el movimiento de la materia; en las
que los pobladores de Elche en el tiempo, han sabido manifestarse y actuar con
una creatividad más allá de los dogmas y de los conceptos materialistas
vulgares que niegan cualquier sentido espiritual que pueda surgir y objetivarse
en confrontación con los intereses
fácticos de los poderosos de la tierra, que en el tiempo han pujado por hacerse
de los controles de mando de la vida, de la sociedad y de la economía. Me
explico, al haberse planteado el concepto de la Virgen de la Asunción como
Alcaldesa emérita de la ciudad de Elche, han puesto bajo la protección de una
figura humana trascendente fundida con la espiritualidad evangélica propia de
la cultura occidental de la que España es parte integrante esencial, a los
palmeras datileras que constituyen la mayor riqueza natural de la ciudad y de
la Región.
Los símbolos inducen
y perfeccionan el sentido de la espiritualidad y la espiritualidad les da vida
real a los símbolos, en una dinámica existencial en que se complementan la fe, la naturaleza y la realidad. Eso fue
lo que experimenté en el camerino de la Virgen al que me llevó mi amigo Manolo
el alcalde de siempre aunque su período
de gobierno local ya haya expirado. Junto a aquella imagen ancestral y honrada
por los ilicitanos en su historia, estuve embargado por una profunda emoción y
un sentido muy especial de mi espiritualidad ante la historia, la devoción y el
concepto práctico de la tradición que le da vida a la cultura, las ideas y el
pensamiento que animan a la sociedad en
un ciudad ancestral que respeta y revive día a día a sus tradiciones y a su
historia urbana .Las que en mi criterio, ofrecen razón de ser y disfrute a una
identidad que hace de lo cotidiano algo trascendente, capaz de infundir vida,
paz y convivencia a quienes la habitan, la visitan y la disfrutan.
Así lo pienso y así
lo expreso con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender
a nadie en particular.
Publicado en el
periódico Por Esto!, sección de Cultura el miércoles 21 de junio del 2018,
No hay comentarios:
Publicar un comentario