Washington, Cuba y Miami
Es verdad que nadie puede discutir a estas alturas. Y es que la administración Republicana del Presidente Donald Trump por razones electoreras le ha entregado el control de la política exterior de su gobierno hacia Cuba a la extrema derecha cubana de Miami que tiene como figura central al Senador Marco Rubio, quien además y no por casualidad forma parte principalísima del Comité de Inteligencia del Senado federal, que es el que tiene la responsabilidad de investigar al propio actual mandatario norteamericano sobre sus relaciones con Rusia durante la campaña presidencial que lo llevó a la Casa Blanca. Es como poner a un zorro a vigilar el gallinero.
Y esto no solo es muy grave e irresponsable de parte de un gobierno como el de Estados Unidos, por cuanto de ello se deriva que si por razones políticas internas como es la de complacer las ansias de revancha de la extrema derecha cubana de Miami contra Cuba y su pueblo, no sería extraño siguiendo ese camino oportunista, que mañana el Presidente Trump decidiera agriar las relaciones de su país con Vietnam con cualquier pretexto- cierto o fabricado- con tal de lograr atraer a unos cuanto votos de vietnamitas electores del Estado de California que se proclaman “trompistas” de nuevo cuño como es el caso del Senador Rubio y sus adláteres del Miami anti-cubano.
A todas estas la razón que pretexta el gobierno del Presidente Trump para llevar las relaciones diplomáticas con Cuba al punto de una posible ruptura total, es la de los supuestos ataques sónicos sufridos por funcionarios diplomáticos norteamericanos en La Habana que según dicen ellos mismos, muchos de estos actuaban en Cuba en funciones de inteligencia, es decir en labores de espionaje, una inusitada admisión por parte del Departamento de Estado nunca antes vista en el largo camino de las relaciones entre Washington y La Habana.
Lo cierto es que el gobierno norteamericano no dice que ha sido el gobierno cubano el autor de los susodichos y misteriosos ataques acústicos. Agregando que el retiro de veinte de sus diplomáticos de la Embajada en La Habana no se hace para castigar al gobierno cubano -puesto que es inocente de tal agresión- sino que el objetivo es proteger a su personal de posibles nuevas agresiones acústicas. ¿ Pero entonces como no retirar a todo el personal diplomático incluyendo al Embajador en funciones si de lo que se trata es de proteger a sus funcionarios de posibles nuevas agresiones?
Por otra parte la orden de expulsión de los funcionarios cubanos de su Embajada en Washington no resuelve el caso de lo que supuestamente ocurrió con los diplomáticos norteamericanos en La Habana, por el contrario esa decisión del gobierno de Trump solo sirve para dañar aún más las relaciones entre ambos países- que es lo que persiguen Marco Rubio y la extrema derecha cubana de Miami- a la vez que golpea a los cubanos que viven en Estados Unidos, puesto que dificulta los viajes de ellos a Cuba, como a la vez el cierre de las actividades consulares de la Embajada norteamericana en La Habana, hace casi imposible a los cubanos de la isla visitar a sus familiares que viven en Estados Unidos.
Si se les preguntara a los cubanos de la isla y a la inmensa mayoría de los que viven en Estados Unidos si está de acuerdo con las represalias dictadas por el gobierno de Trump contra Cuba, un NO rotundo sería la respuesta.
Complacidos están Marco Rubio y la extrema derecha cubana de Miami con haber llevado al Presidente Trump a una encerrona de la cual le sería difícil salir. ¿ Qué camino le queda al Presidente Trump- romper las relaciones diplomáticas con Cuba y cerrar su embajada en La Habana y la de Cuba en Washington ? ¿O es acaso que espera una rendición incondicional del gobierno cubano? En esa estamos con el dominó trancado por culpa de Marco Rubio y la extrema derecha cubana de Miami. Es que no hay peor cuña que la del mismo palo.
Les habló para Réplica de Radio-Miami su director Max Lesnik
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