Las definiciones personales son imprescindibles hoy
CRÓNICAS CUBANAS.
Por Félix Sautié Mederos.
Queridos lectores de Crónicas Cubanas, en la vida moderna en sociedad en que las nuevas tecnologías del Siglo XXI presentan una inmediatez intercomunicativa en tiempo real por muchos años añorada sin haber podido alcanzarla, lo que es demostrativo de las ventajas con que hoy contamos, los procesos de intercambio de criterios así como los debates de ideas en la distancia que facilitan la INTERNET, requieren de actitudes, criterios, expresiones y definiciones precisas sin dar cabida a dobles interpretaciones. Es muy importante ser riguroso con el contenido real de lo que se quiere exponer, así como de lo que se propone y de lo que en realidad es o que se es por quien lo plantea; porque los equívocos y las indefiniciones crean impactos indeseables y dan pie a las manipulaciones tergiversadoras con una inmediatez que las generaliza a un ritmo más ligero de lo que se pueden plantear las necesarias rectificaciones que al respecto sean imprescindibles para dejar bien definidas las cosas.
Esa costumbre de algunos de englobar indiscriminadamente a personas con calificativos peyorativos o que expresen una falsa actitud, filiación y/o característica personal, es en esencia muy dañina e incluso en algunos casos perversa, porque las exclusiones, los “san benito” y las clasificaciones sectarias siempre dividen y excluyen, lo que nunca habría de ser el propósito esencial de un socialismo que sea verdaderamente participativo, próspero y sustentable.
La razón que me mueve a plantear estos criterios en Crónicas Cubanas, la determina la etapa de la Revolución a la que estamos abocados en que se realizará el imprescindible tránsito generacional de una Revolución profunda y verdadera encabezada por Fidel, quien genialmente supo unir y se convirtió en el documento de unidad de las fuerzas revolucionarias y del pueblo de a pie, abarcando a intelectuales, poetas, artistas, profesionales y luchadores sociales de los más diversos orígenes revolucionarios y progresistas en general, con su planteamiento de que con la Revolución todo y sin la Revolución nada que se extendió por toda Cuba, por Nuestra América y por el mundo en general.
El aval que Fidel obtuvo masivamente con el pueblo es quizás el más importante tesoro que ha acumulado la Revolución y ese tesoro hay que tener mucho cuidado para conservarlo y desarrollarlo, sin lo cual cualquier proceso de continuación de los logros y principios primigenios de la Revolución Cubana, cambiando todo lo que deba ser cambiado sería totalmente infructuoso. De ahí el fundamento del planteamiento de Fidel que la Revolución solo puede ser destruida por los propios Revolucionarios.
Es en este proceso en donde las definiciones son muy importantes y en donde los extremismos de una parte o de otra, de tirios o troyanos por no ofender a nadie en particular, pueden dar al traste con los procesos unificadores necesarios para transitar exitosamente en la nueva etapa que comienza. En este orden de pensamiento debo decir que durante años en mis crónicas y artículos, he insistido en la necesidad de traspasar los timones de mando de la sociedad a las generaciones jóvenes que les corresponden por derecho propio asumirlos, como lo hicimos las generaciones de los años 50 del Siglo pasado que ya estamos terminando en medio de muchas luchas y sacrificios, a nuestros tiempos existenciales. Este es pues un proceso similar a los inicios de la Revolución Triunfante en que fueron fundamentales las definiciones y los avales que la población masivamente nos otorgó por intermedio de Fidel lo que nos ha permitido afrontar exitosamente agresiones, traiciones, sabotajes, terrorismos, guerras económicas y sanciones imperiales.
Ahora en estos tiempos ese tránsito imprescindible, dadas las complejidades del momento, nuestras insuficiencias y nuestros propios errores quizás presenten complicaciones muy especiales y para sortearlas de nuevo es imprescindible por sobre todas las cosas la unidad de los revolucionarios de los diversos orígenes y generaciones con una amplia cobija esencialmente anticapitalista porque el capitalismo con su fase imperialista es el enemigo común principal que siempre nos querrá destruir ; y en eso el planteamiento del Che del “ni tantico así” , es esencial. Pero para ello es verdaderamente importante definirse y saber acoger y clasificar adecuadamente a los demás que se deben unir. Aquí los errores de “clasificación extemporánea” pueden ser insalvables, ejemplos hay muchos en la Historia y no es difícil conocerlos y asimilarlos.
Sobre mi raíz anticapitalista puedo decir que nací en 1938 dentro de una familia acomodada, vi y viví intensamente de joven, el mayor de mis 7 hermanos y hermanas en 1955, el proceso de ruina de mi padre. Vi la liquidación de mi casa natal por el Banco entonces el “Trust Company de Cuba” y nos tuvimos que ir para la única propiedad que nos quedó sin hipoteca una finca de recreo en Candelaria (Finca el Cura como todos la conocían a la entrada de Jejenes, allí todavía debe estar nuestra casa de mampostería para más localización), entonces Pinar del Río. Finca que tuvimos que sembrar para poder comer. Vi liquidar bienes a mi padre con un prestamista de La Habana Vieja que lo extorsionaba pero que nos hacía falta para poder sembrar tomates que era el cultivo de aquella zona. Vi la extorsión que las empresas monopólicas de “La Conchita” en Pinar del Río perpetraban con quienes sembrábamos el tomate. Todos incluso mi padre nos hicimos revolucionarios y luchamos contra Batista y a favor de Fidel; mi padre murió de 84 años militando en el PCC.
Luego mi anti capitalismo no es libresco ni aprendido escolásticamente y lo siento en lo más profundo de mi conciencia y mis convicciones. Por eso con pleno derecho de revolucionario raigal que me asiste, opino sin clasificaciones extemporáneas y no le acepto ninguna clasificación fuera de lugar al respecto de ser o no ser revolucionario a nadie. Estamos en el tiempo de los hornos y tenemos que andar unidos como la plata en las entrañas de los Andes: y quienes tengan oídos para oír, oigan, porque el tiempo ya se acabó. Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar, con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
Publicado en el periódico Por Esto! de Mérida , Yucatán, México , Sección de Cultura el sábado 2 de septiembre del 2017.
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