Economía
española en zozobra
Por
Hedelberto López Blanch
España
continúa enredada en una espiral de problemas económicos, políticos y sociales
que desalientan a la mayoría de su población y le impiden buscar fórmulas
adecuadas para solventar la crisis iniciada desde hace ocho años.
En los
últimos tiempos no se ha podido lograr un gobierno estable al no obtener
ninguno de los partidos políticos, con o sin alianzas, los votos mayoritarios
necesarios en el Parlamento para formarlo.
Mariano
Rajoy, cuyo Partido Popular obtuvo más votos en las recientemente finalizadas
elecciones, no ha podido aun alcanzar una alianza con otras agrupaciones, (solo
con Ciudadanos mientras el PSOE y Podemos se han negado) pese a que ha presionado
y realizado ingentes esfuerzos para continuar en el poder que ostenta desde finales
de 2011.
Motivado por
los grandes déficit presupuestarios y para que el país ibérico no entrara en
impago, en 2012 la Unión
Europea anunció su plan de rescate y entregó una abultada
cifra a los bancos españoles, a cambio de numerosas exigencias al gobierno de
Mariano Rajoy.
El Banco Central Europeo (BCE), obligó a bajar el déficit
público y flexibilizar el mercado laboral, además de incluir una supervisión de las cuentas, la que
aún no ha terminado.
El nuevo gobierno que se logre integrar, (si no España deberá ir
a una tercera elección general) tendrá fuertes desafíos que lo pondrán en
continuo vilo ya que la deuda pública tuvo un nuevo récord al alcanzar 1 095
billones de euros, o sea, más del 100,5 % del Producto Interno Bruto (PIB)
informó el Banco de España.
El anuncio indicó que una gran parte de la deuda esta registrada
en valores a medio y largo plazo, los cuales suponen unos dos tercios de la
deuda total.
No deja de ser alarmante el dato pues es la primera ocasión
desde 1909 que el saldo negativo de las cuentas públicas rebasa el valor de la
economía ibérica.
Con respecto al último trimestre de 2015, en los tres primeros
meses de 2016 se incrementó un 2,14 % y en relación con el primer trimestre de
2015, lo hizo en 4,1 %.
Por no haber rebajado la deuda al 3 % y como otra espada de
Damocles, el vicepresidente de la Comisión Europea , Valdis Dombrovskis,
amenazó a Madrid con aplicarle una multa equivalente a 2 200 millones de euros.
Para hacer mucho más fácil la comprensión del problema, un
informe de la Comisión Europeo
puso un ejemplo que dibuja la grave situación del país:
“Un simple cálculo demuestra que a cada uno de los alrededor
de 46 millones de españoles le corresponde en estos momentos
una deuda de unos 23 600 euros. Se trata de un nivel muy elevado de
endeudamiento que, sobre todo, hace la economía española muy vulnerable,
respecto a los vaivenes del sector exterior”.
Para disminuir el déficit fiscal al 3 % del PIB, que desde 2011
le ha estado exigiendo Bruselas (sede de la Unión Europea ) los gobiernos
españoles impusieron fuertes ajustes en empleos, salud, educación, jubilaciones,
subsidios.
Además, incrementó las recaudaciones impositivas en todos los
sectores y a pesar de los ingresos obtenidos, no ha podido disminuir la deuda
lo cual habla del fracaso de las políticas neoliberales establecidas.
La crisis, la desocupación y la mala calidad de los empleos se
convirtieron en caldo de cultivo para que emigraran más de 600 000 personas en
los últimos cuatro años; mientras los trabajadores que se quedaron han tenido
que enfrentar fuertes afectaciones económicas y sociales.
La tasa de
desempleo duplica a la media europea y afecta al 24 % de la población; entre
los jóvenes menores de 25 años alcanza al 52 %; el sector bancario esta
altamente endeudado y casi todas las entidades han solicitado abultados
rescates; uno de cada cuatro españoles se encuentra en riesgo de pobreza o de
exclusión social.
No cabe la menor duda que las políticas de austeridad y
privacidad, impuestas a instancias de la Troika (Comisión Europea, Fondo Monetario
Internacional y Banco Central Europeo) han desmontado el sistema social y
llevado a la pobreza, la desilusión y la incertidumbre a millones de personas.
Esa medida,
según la Comisión ,
solo es una forma de ganar tiempo ya que implicaría un adelanto de recaudación
del Impuesto de Sociedades para el próximo año que en todo caso tendría que ser
devuelto posteriormente a las empresas.
Bruselas pide
mucho más y exige que entre 2016 y 2017, se garantice otra fórmula de ajuste
por valor equivalente, es decir, 6 000 millones de euros.
Para satisfacer las demandas de la poderosa Troika, España
deberá aplicar nuevos recortes a los gastos públicos lo que ya ha sido
enunciado por Rajoy en una carta Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea :
"Conscientes de la necesidad de salir del procedimiento por déficit
excesivo cuanto antes, en la segunda mitad del año, una vez haya un nuevo
Gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas, si se requieren, para
cumplir con el objetivo".
Claro que no le será tan fácil a Rajoy, si por fin logra formar
un gobierno, impulsar los previstos nuevos recortes pues el Partido Popular no
cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento y los ajustes de gasto público son
de difícil consenso entre los congresistas.
El corolario
es que la zozobra sobrevuela encima de los ciudadanos españoles.
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