miércoles, 6 de enero de 2016

PRIMERA PLANA OSINT VENEZUELA 6D ANATOMIA DE UNA DERROTA


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OSINT Venezuela 6D: Anatomía de una derrota

Del modelo del Siglo XXI transitar hacia el neoliberalismo, con grandes posibilidades de que esto se produzca, podría dar lugar no sólo la pérdida de Poder Político y a la desaparición del modelo chavista sino con toda seguridad, a un abanico de adversidades y ajustes de cuentas por el que sus enemigos y contrincantes han esperado con paciencia china. De seguro, de esto ocurrir, algunos de ellos no morirán en sus camas.

Estimado de Inteligencia Política Estratégica de Campo (EIPEC): Del modelo del Siglo XXI transitar hacia el neoliberalismo, con grandes posibilidades de que esto se produzca, podría dar lugar no sólo la pérdida de Poder Político y a la desaparición del proceso chavista sino con toda seguridad, a un abanico de adversidades y ajustes de cuentas por el que sus enemigos y adversarios han esperado con paciencia china. De seguro, de esto ocurrir, algunos de ellos no morirán en sus camas.

Estimado de Inteligencia Política Estratégica de Campo (EIPEC)

Por José R Alfonso.

Debo disculparme por el lenguaje y argot profesional que utilicé en el presente trabajo que trata sobre Inteligencia Política Estratégica (IPE) y cuyo único rol es la recopilación de información de inteligencia política pública que faculta optimizar con éxito la capacidad de predicción de los escenarios políticos, a la par de permitir conocer cómo piensa el oponente, atacar sus planes, perturbar sus alianzas y adelantarse a sus tácticas.

Todos los Jefes de Estado, sin excepción, reciben diariamente un Estimado de Seguridad Nacional (ESN) en el que sus Servicios Especiales le exponen un resumen compilado de inteligencia internacional concerniente a los intereses de seguridad nacional de sus respectivas naciones, analizadas previamente por sus especialistas.

Similar rol, no con igual periodicidad, cumple la IPE cuyas funciones son producir investigación, evaluación, análisis en el campo político o áreas específicas que permitan la formulación de planes inmediatos, a solicitud del consumidor.

Dentro de la IPE se encuentran varios Protocolos de Trabajo, uno de los cuales, los Estimados de Inteligencia Política de Campo (EIPC) me voy a referir en la presente exposición. Por lo que considero que se hace necesaria una breve explicación profesional sobre este campo científico-técnico que ayude a comprender mejor los objetivos que se buscan mediante los Mecanismos de Implementación, Reglas y diferentes Protocolos que integran el trabajo de la IPE.

La IPE regularmente es producida para consumo de Gerentes Políticos electos de muy alto nivel de gobierno y gabinete, así como para Asesores y Directores de Campañas Políticas que aspiran a asegurar el triunfo de sus representados de Partidos Políticos y Estados que permanecen o han perdido su poder gerencial público y deseen recuperarlo.

Sus profesionales más calificados, regularmente Licenciados o Doctorados en Ciencias Políticas, trabajaron para diferentes Servicios Especiales y están familiarizados con la filosofía de trabajo del Profesor Sherman Kent, el padre de la Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Americana.

Después de esta breve introducción necesaria, espero que el presente EIPE —elaborado a solicitud de Max Lenisk, un gran politólogo, amigo desde hace muchos años— ayude a una mejor comprensión sobre lo acontecido en las pasadas elecciones Parlamentarias el 6D en la República Bolivariana de Venezuela, así como el impacto político que esta victoria representa para las fuerzas opositoras de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y sus futuras consecuencias que afectarán a los gerentes políticos oficialistas.

El éxito de toda Campaña Política se mide por el triunfo del candidato o Partido al Poder Gerencial Publico. Por ello merecen un especial reconocimiento profesional la dirección y los asesores que corrieron con la Campaña de los opositores al chavismo, el MUD, y que ganaron la Copa de Oro (112 a 55) en las pasadas elecciones parlamentarias del 6D.

El éxito de toda Campaña Política se mide por el triunfo del candidato o Partido al Poder Gerencial Publico. Por ello merecen un especial reconocimiento profesional la dirección y los asesores que corrieron con la Campaña de los opositores al chavismo, el MUD, y que ganaron la Copa de Oro (112 a 55) en las pasadas elecciones parlamentarias del 6D. Los perdedores obligatoriamente deben realizar un pormenorizado análisis del por qué fracasaron a través de un Protocolo de Trabajo llamado profesionalmente Evolución de Daños Políticos (EDP) cuyo objetivo es identificar los aspectos básicos sobre los cuales fallaron y que condujeron a la derrota.
El éxito de toda Campaña Política se mide por el triunfo del candidato o Partido al Poder Gerencial Publico. Por ello merecen un especial reconocimiento profesional la dirección y los asesores que corrieron con la Campaña de los opositores al chavismo, el MUD, y que ganaron la Copa de Oro (112 a 55) en las pasadas elecciones parlamentarias del 6D. Los perdedores obligatoriamente deben realizar un pormenorizado análisis del por qué fracasaron a través de un Protocolo de Trabajo llamado profesionalmente Evolución de Daños Políticos (EDP) cuyo objetivo es identificar los aspectos básicos sobre los cuales fallaron y que condujeron a la derrota.

Después de este momento, en general, los perdedores obligatoriamente deben realizar un pormenorizado análisis del por qué fracasaron a través de un Protocolo de Trabajo llamado profesionalmente Evolución de Daños Políticos (EDP) cuyo objetivo es identificar los aspectos básicos sobre los cuales fallaron y que condujeron a la derrota.

El propósito central de las EDP son servir de base primaria a otros Protocolos que le corresponden seguir una vez identificados los errores de campaña, como los llamados de Reparación de Daños Políticos (RDP) y otros denominados Restauración Política y Proyección de Imagen (RPPI) y cuyos propósitos, como sus nombres indican, son los de restablecer la credibilidad política entre partidarios, seguidores y masas con vistas a la permanencia y continuación del Partido o Grupo dentro de los Juegos de Poder Político.

Es obligatorio, tanto para perdedores como ganadores del ajedrez político gerencial público, que antes, durante y después, recurran a los Protocolos conocidos por Estimados de Inteligencia Política de Campo (EIPC) —el que brinda proyecciones políticas objetivas y desideologizadas— provenientes de la acumulación de inteligencia obtenida por medio de fuentes abiertas (OSINT) compiladas y analizadas por expertos en Inteligencia Política Estratégica que permiten la toma de decisiones, no de improvisaciones, sobre escenarios políticos en pleno desarrollo así como prever los futuros que puedan presentarse.

En el caso que me ocupa, la República Bolivariana de Venezuela, por razones profesionales y obvias no expondré ninguna Medida Activa que deben asumir los actuales Gerentes Políticos del ejecutivo bolivariano, así como tampoco recomendaré posibles respuestas viables de neutralización referente a los planes en pleno desarrollo de sus adversarios. Sólo me limitaré a exponer, a grandes rasgos, lo que por mi experiencia de campo y lectura de inteligencia de código abierto estará presente sobre la mesa de trabajo de sus opositores con vista a desmantelar el modelo chavista.

En democracia “las urnas dan y las urnas quitan” —excepto cuando se conquista el poder por la violencia o se mantiene dentro de un puño de hierro— pues se trata de un proceso electivo donde las motivaciones emocionales priman por sobre la razón, y la percepción e imagen pueden más que la realidad.

Lo anterior estuvo presente el 6D, ya que una regla política señala que cuando los gerentes públicos no benefician “el bolsillo de sus constituyentes y por el contrario merman considerablemente su calidad básica de vida” — independientemente de la identidad o proyecto social de los promotores de la mala situación por la que atraviesan y por las razones que sean— deja de existir la conexión entre lo que plantea o desarrolla el Gerente (Plataforma Política) y lo que aspiran los votantes, y estos se revierten en su contra a la hora de acudir a las urnas, imponiéndose el pragmatismo político, es decir, no votando en su favor ni tampoco por iconos muertos ni por el proceso que éstos iniciaron, proceso político conocido como “el voto de castigo”.

existió un importante aspecto que no puede pasarse por alto y es que contra la República Bolivariana de Venezuela se desarrolló todo un arsenal de Operaciones Negras (Black Ops,), de Guerra Económica, de Guerra Psicológica Mediática (OPSIS), de Operaciones de Falsa Bandera, del implemento de la Guerra de Cuarta Generación (4WG) y de Golpes Blandos o Suaves, todos creadores de desestabilización social y de matrices de opinión anti chavistas unidas a escaseces, inflación y penurias en la calidad de vida del venezolano de “a pie” las que fueron intensificadas a partir del 2012,
Existió un importante aspecto que no puede pasarse por alto y es que contra la República Bolivariana de Venezuela se desarrolló todo un arsenal de Operaciones Negras (Black Ops,), de Guerra Económica, de Guerra Psicológica Mediática (OPSIS), de Operaciones de Falsa Bandera, del implemento de la Guerra de Cuarta Generación (4WG) y de Golpes Blandos o Suaves, todos creadores de desestabilización social y de matrices de opinión anti chavistas unidas a escaseces, inflación y penurias en la calidad de vida del venezolano de “a pie” las que fueron intensificadas a partir del 2012,

No es intención del presente EIPE entrar en disquisiciones filosóficas, ideológicas ni impartir docencia sobre Ciencias Políticas —ello no forma parte de mi labor profesional como Asesor y Máster en Inteligencia Política Estratégica— ni ser crítico del cúmulo de inexperiencia e inmadurez demostrada como de la suma de errores políticos internos y externos cometidos a partir de la muerte del fundador del Socialismo del Siglo XXI.

Sin embargo, existió un importante aspecto que no puede pasarse por alto y es que contra la República Bolivariana de Venezuela se desarrolló todo un arsenal de Operaciones Negras (Black Ops,), de Guerra Económica, de Guerra Psicológica Mediática (OPSIS), de Operaciones de Falsa Bandera, del implemento de la Guerra de Cuarta Generación (4WG) y de Golpes Blandos o Suaves, todos creadores de desestabilización social y de matrices de opinión anti chavistas unidas a escaseces, inflación y penurias en la calidad de vida del venezolano de “a pie” las que fueron intensificadas a partir del 2012, fecha en la que ya los Servicios Especiales estadounidenses conocían, a través de sus activos y fuentes, que Hugo Chávez era portador de una patología cancerosa en fase terminal, la cual produciría un vacío de poder muy difícil de llenar y que su ausencia restaría capital político al proceso que éste iniciara.

Y fue precisamente en pleno desarrollo e intensificación de ese arsenal operativo encubierto, y en especial por parte de la CIA, en el que a Nicolás Maduro le correspondió sucederle, en el 2013, a Chávez, y a la muerte de este, unos meses después, ganar una elección presidencial 50.61 % contra 49,12 evidenciando ya la señal de grieta y fatiga política dentro de las filas chavistas, lo que fue bien interpretado por sus opositores como indicativo de que si antes de las elecciones parlamentarias del 2015 lograban desestabilizar el modelo chavista a través de focos de protestas sociales c/p Guarimbas, de reto público en las calles de Caracas, la presentación de un icono político opositor que atrajera multitudes, Leopoldo López, movilizaciones de decenas de miles de contrarios venezolanos por las calles de la propia capital, etc. podrían tener una mejor posibilidad de tomar por las urnas el poder legislativo.

Maduro le correspondió sucederle, en el 2013, a Chávez, y a la muerte de este, unos meses después, ganar una elección presidencial 50.61 % contra 49,12 evidenciando ya la señal de grieta y fatiga política dentro de las filas chavistas, lo que fue bien interpretado por sus opositores como indicativo de que si antes de las elecciones parlamentarias del 2015 lograban desestabilizar el modelo chavista a través de focos de protestas sociales c/p Guarimbas, de reto público en las calles de Caracas, la presentación de un icono político opositor que atrajera multitudes, Leopoldo López, movilizaciones de decenas de miles de contrarios venezolanos por las calles de la propia capital, etc. podrían tener una mejor posibilidad de tomar por las urnas el poder legislativo.
A Maduro le correspondió sucederle, en el 2013, a Chávez, y a la muerte de este, unos meses después, ganar una elección presidencial 50.61 % contra 49,12 evidenciando ya la señal de grieta y fatiga política dentro de las filas chavistas, lo que fue bien interpretado por sus opositores como indicativo de que si antes de las elecciones parlamentarias del 2015 lograban desestabilizar el modelo chavista a través de focos de protestas sociales c/p “Guarimbas”, de reto público en las calles de Caracas, la presentación de un icono político opositor que atrajera multitudes, Leopoldo López, movilizaciones de decenas de miles de contrarios venezolanos por las calles de la propia capital, etc. podrían tener una mejor posibilidad de tomar por las urnas el poder legislativo.

Pero la razón principal que condujo finalmente a que una mayoría eligiera democráticamente como sus representantes parlamentarios a los opositores del proceso bolivariano —los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)— el pasado 6D del 2015 para la Asamblea Nacional (AN), el principal y más representativo espacio de poder político ganado mediante elecciones, se basó en el aumento de los estragos económicos en la que se vio sumido el país y que impactaba en millones de chavistas, socialistas, no chavistas y pueblo en general que reclamaban de sus Gerentes Políticos lo que estos no podían darles, soluciones prácticas e impostergables a sus imperiosas necesidades económicas y alimenticias que iban en aumento.

En política prima una sola verdad: el ganador se impone siempre por sobre el perdedor y es quien al regentear la Gerencia Pública dificulta, entorpece y anula las acciones del perdedor de tener este la gerencia ejecutiva.

La oposición al modelo del Siglo XXI, a partir de los primeros días de enero del 2016, controla dos terceras partes del Poder Legislativo o Asamblea Nacional (AN) por cinco años frente a un Poder Ejecutivo débil que no sabe que al asumir la oposición los poderes que le otorga la Constitución, esto representa una amenaza real para su supervivencia en el Poder.

En tanto a nosotros solo nos resta observar, y sobre todo coger balcones para ver el inicio del primer paso de la oposición, en esta ocasión con amplias facultades legislativas.

Por ello cabe esperar que los ejes primarios de dirección tácticos estratégicos de la oposición contra el modelo chavista, de seguro tengan como blanco su desarrollo a través de varios escenarios por medio de una Batalla Política abierta. Por razones de espacio me limitaré a exponer algunos ejemplos:

La oposición al modelo del Siglo XXI, a partir de los primeros días de enero del 2016, controla dos terceras partes del Poder Legislativo o Asamblea Nacional (AN) por cinco años frente a un Poder Ejecutivo débil que no sabe que al asumir la oposición los poderes que le otorga la Constitución, esto representa una amenaza real para su supervivencia en el Poder.
La oposición al modelo del Siglo XXI, a partir de los primeros días de enero del 2016, controla dos terceras partes del Poder Legislativo o Asamblea Nacional (AN) por cinco años frente a un Poder Ejecutivo débil que no sabe que al asumir la oposición los poderes que le otorga la Constitución, esto representa una amenaza real para su supervivencia en el Poder.

Primer escenario: diseñado para “marcar su poder y territorio” y establecer una “Guerra Constitucional”, abierta y pública en contra del Poder Ejecutivo encabezado por el presidente Nicolás Maduro y el PSUV, los que de seguro responderán con una “Guerra Institucional” y acciones de calles por parte de sus seguidores más radicales y comprometidos, así como el incremento de acciones de alto riesgo por parte de grupos paramilitares.

Segundo escenario: buscar la promulgación de excarcelación de los presos políticos, entre ellos la de Leopoldo López, y de continuar el “statu quo” electoral mostrado durante las elecciones parlamentarias del 6D será el próximo presidente de Venezuela electo popularmente.

Tercer escenario: tratar de adelantar la fecha de las elecciones presidenciales mediante un Referéndum Revocatorio contra el presidente, que de seguir los patrones de conducta electoral del pasado 6D, contaría con un amplio apoyo y respaldo popular para su remoción—el país tiene registrados 19 millones 496 mil 296 votantes, de ellos 7.707.422 eligieron a favor de la oposición contra 5.599.025 que recibió el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) lo que otorgó una amplia mayoría de 112 diputados contra 55 socialistas— estableciéndose una fecha para estas elecciones las que ganaría ampliamente el candidato de la oposición, de seguro, Leopoldo López.

Otro paso sería aprobar, por la AN, la convocatoria de una Asamblea Constituyente para lo cual la oposición cuenta con los votos necesarios para aceptarla.

Cualesquiera de estos dos mecanismos constitucionales no sólo son factibles por cuanto la oposición al ejecutivo, hasta ahora, cuenta con los dos tercios de los diputados de la Asamblea Nacional (AN) sino el que, a través de uno de ellos, o de ambos, el Presidente Maduro resultará perdedor por partida doble.

Cuarto escenario: incorporación gradual o reversión de los mecanismos de presión e influencia financieros y políticos económicos internacionales a favor y en apoyo de la recién electa Asamblea Nacional (AN). De forma similar ocurrirá con el trabajo operativo encubierto que venían desarrollando los Servicios Especiales de la Comunidad de Inteligencia en contra del Socialismo del Siglo XXI los que serán redirigidos en esta ocasión a favor de la oposición que controla el poder legislativo.

Todo indica que la Mesa de la Unidad Democrática  cuenta con un amplio apoyo y respaldo popular para promover la  remoción de Maduro—el país tiene registrados 19 millones 496 mil 296 votantes, de ellos 7.707.422 eligieron a favor de la oposición contra 5.599.025 que recibió el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) lo que otorgó una amplia mayoría de 112 diputados contra 55 socialistas— estableciéndose una fecha para nuevas elecciones las que ganaría ampliamente el candidato de la oposición, de seguro, Leopoldo López.
Todo indica que la Mesa de la Unidad Democrática cuenta con un amplio apoyo y respaldo popular para promover la remoción de Maduro—el país tiene registrados 19 millones 496 mil 296 votantes, de ellos 7.707.422 eligieron a favor de la oposición contra 5.599.025 que recibió el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) lo que otorgó una amplia mayoría de 112 diputados contra 55 socialistas— estableciéndose una fecha para nuevas elecciones las que ganaría ampliamente el candidato de la oposición, de seguro, Leopoldo López.

Quinto escenario: dirigido a desmontar popularmente, mediante pasos calibrados y apoyados en los éxitos del cuarto escenario, la doctrina política del Socialismo del Siglo XXI, mediante la solución de los mismos factores de crisis interna y externa que tuvieron un impacto determinante en las pasadas elecciones parlamentarias: escasez de alimentos, medicamentos, de productos esenciales de la canasta familiar, exceso de regulaciones, centralización e inflación económica, devaluación de la moneda nacional, mala administración de empresas nacionalizadas, corrupción institucionalizada, un burocratismo galopante, nepotismo, etc., etc.

Sexto escenario: una vez logrado el control de ambos poderes, el Legislativo y Ejecutivo, y de lograr satisfacer las necesidades económicas y sociales de los venezolanos, aunque sea de forma y manera transitoria y a grandes costos —como parecen ser los pronósticos que se muestran— representará un oscuro e incierto futuro para algunos de los dirigentes del Socialismo del Siglo XXI, el PSUV y para una minoría de socialistas y chavistas, con independencia de las Medidas Ejecutivas que puedan adoptar a mediano y largo plazo el actual gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.

Ahora bien, sólo existe un factor clave de equilibrio que puede evitar que la República Bolivariana de Venezuela desemboque en un proceso de desestabilización y enfrentamiento social sin precedentes en su historia política: las Fuerzas Armadas Nacional Bolivariana (FANB) de la República Bolivariana de Venezuela.

Las FANB, el único árbitro en este juego de ajedrez político entre chavismo y oposición, solo tienen dos opciones: respetar y defender la Institucionalidad y Constitución del país y defender a los nuevos diputados a la AN (lo que implica proteger la voluntad popular expresada amplia y democráticamente en las urnas el 6D) lo que a su vez de forma inconsciente e involuntaria asegura, a mediano plazo, la remoción de Nicolás Maduro y el fin del modelo político Socialismo del Siglo XXI, o de continuar fielmente al lado de su Comandante en Jefe defendiéndolo con las armas obviando la Institucionalidad del país.
Las FANB, el único árbitro en este juego de ajedrez político entre chavismo y oposición, solo tienen dos opciones: respetar y defender la Institucionalidad y Constitución del país y defender a los nuevos diputados a la AN (lo que implica proteger la voluntad popular expresada amplia y democráticamente en las urnas el 6D) lo que a su vez de forma inconsciente e involuntaria asegura, a mediano plazo, la remoción de Nicolás Maduro y el fin del modelo político Socialismo del Siglo XXI, o de continuar fielmente al lado de su Comandante en Jefe defendiéndolo con las armas obviando la Institucionalidad del país.

Las FANB, el único árbitro en este juego de ajedrez político entre chavismo y oposición, solo tienen dos opciones: respetar y defender la Institucionalidad y Constitución del país y defender a los nuevos diputados a la AN (lo que implica proteger la voluntad popular expresada amplia y democráticamente en las urnas el 6D) lo que a su vez de forma inconsciente e involuntaria asegura, a mediano plazo, la remoción de Nicolás Maduro y el fin del modelo político Socialismo del Siglo XXI, o de continuar fielmente al lado de su Comandante en Jefe defendiéndolo con las armas obviando la Institucionalidad del país. De respetar la Constitución evitarían que el mismo se encamina hacia una Guerra fatal para las instituciones y las fuerzas políticas involucradas, la paz social y el bienestar popular.

Hoy el tiempo político corre a favor de la oposición que goza de cinco años de poder mayoritario, integrados en el Movimiento de la Unidad Democrática (MUD) y apoyados por los grandes intereses, las amplias cadenas mediáticas y una coalición internacional encabezada desde las sombras por los EE.UU. —una trípode de poder oculto— que no van a permitir, de momento, que las existencias de divisiones por cuotas de poder dentro de la MUD malogren este juego de ajedrez político que en conjunto todos han ganado.

Los pronósticos para Nicolás Maduro, el PSUV y el Socialismo del Siglo XXI realmente no son buenos, para los tres el tiempo no sólo se acorta, sino que conspiran en su contra, y saben muy bien que, a partir de ahora, al mostrar que han sido vulnerables en su gestión de gobierno, serán los próximos blancos políticos a ser abatidos por la oposición venezolana que controla la AN.

Si Nicolás Maduro y el PSUV no entiende que están en una etapa decisiva y crucial para la vigencia de su modelo, y que de no aplicar las famosas “Tres R”: revisión, rectificación y reimpulso que una vez manifestara Hugo Chávez, (líder con más talento y capacidad de maniobra) y el contratar a profesionales y expertos en la Ciencia y el Arte de los Juegos de Poder Político que al menos intente ayudarlos a retomar el poder —en esta ocasión los de sus adversarios mostraron ser mejores—pueden sentarse a esperar ver pasar por delante de ellos a la República Bolivariana de Venezuela en camino de retorno al capitalismo neoliberal.
Si Nicolás Maduro y el PSUV no entiende que están en una etapa decisiva y crucial para la vigencia de su modelo, y que de no aplicar las famosas “Tres R”: revisión, rectificación y reimpulso que una vez manifestara Hugo Chávez, (líder con más talento y capacidad de maniobra) y el contratar a profesionales y expertos en la Ciencia y el Arte de los Juegos de Poder Político que al menos intente ayudarlos a retomar el poder —en esta ocasión los de sus adversarios mostraron ser mejores—pueden sentarse a esperar ver pasar por delante de ellos a la República Bolivariana de Venezuela en camino de retorno al capitalismo neoliberal.

El peligro latente, en un futuro mediato, radica en que si el actual gobierno encabezado por Nicolás Maduro y el PSUV no entiende que están en una etapa decisiva y crucial para la vigencia de su modelo, y que de no aplicar las famosas “Tres R”: revisión, rectificación y reimpulso que una vez manifestara Hugo Chávez, (líder con más talento y capacidad de maniobra) y el contratar a profesionales y expertos en la Ciencia y el Arte de los Juegos de Poder Político que al menos intente ayudarlos a retomar el poder —en esta ocasión los de sus adversarios mostraron ser mejores—tanto el actual dignatario venezolano como sus más estrechos colaboradores, a algunos altos mandos de las FANB —principalmente los que están supuestamente implicados en investigaciones en EE.UU. por tráfico de droga—pueden sentarse a esperar ver pasar por delante de ellos a la República Bolivariana de Venezuela en camino de retorno al capitalismo neoliberal.

Transición hacia el neoliberalismo con grandes posibilidades de que se produzca y de cuyos resultados se desprende no sólo la pérdida de Poder sino con toda seguridad, un abanico de adversidades y ajustes de cuentas por el que sus enemigos y contrincantes han esperado con paciencia china. De seguro, de esto ocurrir, algunos de ellos no morirán en sus camas.

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