Venezuela, el desafío de la guerra económica
Por Hedelberto López Blanch
El triunfo de la derecha venezolana obtenido en las elecciones
del pasado 6 de diciembre que le dio mayoría en el Parlamento, se ha convertido
en una seria amenaza para la Revolución Bolivariana que puede echar por la
borda todos los avances sociales alcanzados por el pueblo en los últimos 16
años.
Pese a los grandes logros obtenidos desde la llegada al poder de
Hugo Chávez en 2000 y su continuación con Nicolás Maduro a partir de 2013, la
ofensiva económica desestabilizadora de las fuerzas de la derecha nacional e
internacional dirigidas desde Estados Unidos y Europa Occidental dieron
resultado y capas populares dieron la espalda al gobierno con la ingenua
creencia de que esas fuerzas integradas en el Movimiento de Unidad Democrática
(MUD) le podrían resolver la actual pérdida de estabilidad alimentaria.
La
Revolución Bolivariana ha sufrido desde el inicio, numerosos ataques que van
desde intentos de golpes de Estado, atentados contra la producción petrolera,
acaparamiento de alimentos y medicinas por parte de la oligarquía, contrabando
de mercancías hacia las fronteras, violentas campañas de desinformación por los
medios de información controlados por occidente.
Venezuela se
convirtió en estos años en una verdadera amenaza para los poderes hegemónicos
tradicionales controlados desde Washington pues cuenta con la mayor reserva
petrolera del mundo y tras la nacionalización de esa industria sus ganancias se
destinaron a mejorar las condiciones de vida del pueblo y no para llevárselas
del país como ocurría antes.
El ejemplo
de independencia y solidaridad que ofrece a todos los países del mundo es
contradictorio con los intereses capitalistas pues ayudan a impedir crisis
económicas en naciones latinoamericanas al ofrecerles combustibles a precios
razonables, además de colaborar a fortalecer
la integración y la unión en toda la región sin la intromisión del Norte.
En los 17
años transcurridos, el gobierno popular le ha salvado gratuitamente la visión a
miles de ciudadanos; ofrece servicios de salud a toda la población; logró alfabetizar
a millones de habitantes los que pueden continuar estudios hasta la
universidad; ha entregado un millón de viviendas con equipos electrodomésticos
a miles de familias que ya no viven en condiciones infrahumanas.
Son
políticas económicas y sociales a favor del pueblo y no de las pequeñas
minorías y eso, como se sabe, esta en plena contradicción con el neoliberalismo
y el sistema capitalista.
La
oligarquía criolla, al no poder derrocar por la fuerza y golpes de Estado a la
Revolución, reforzó la guerra económica con la finalidad de crear condiciones
de desabastecimiento y hambre entre la población y echarle la culpa al
gobierno.
Como las grandes distribuidoras se encuentran en manos de la
oligarquía se impulsó el contrabando de bienes de primera necesidad, de
producción nacional o importada, hacia Colombia con la colaboración de
narcotraficantes que operan en la frontera.
Los productos se comercializan en la frontera a precios 50 veces
superiores a los que el gobierno coloca en el mercado venezolano y en muchas
ocasiones son reexportados clandestinamente por esas mafias a Caracas para
venderlos solo en dólares, lo que aumentó grandemente la demanda de billetes
verdes e incrementó sus costos en el mercado negro.
Bienes de primera necesidad como papel higiénico, jabón, pasta
de dientes, desodorantes, harina, arroz, frijoles y otros muchos desaparecen de
los mercados y crea un enorme malestar donde las filas para obtenerlos se
convierten en una verdadera condena. El poder de compra de los trabajadores y
personas humildes se desvaneció y no hacen caso a las denuncias gubernamentales
sobre el papel de las oligarquías, las mafias o de la guerra económica.
A esto se une el gran poder que tienen dentro del país los
medios de comunicación (periódicos, emisoras de radio y televisión) cuyo 90-95
% esta bajo control de la ultraderecha que desarrolla una constante guerra
psicológica, bien organizada contra las políticas gubernamentales. Existe una
enorme disparidad informativa.
Al hacerse del mayoritario control dentro del Parlamento, las
fuerzas del MUD se lanzarán ahora a tratar de derrocar legislaciones sociales sancionadas
por el gobierno a favor de la población más necesitada como la Ley de Costos y
Precios Justos que impondría nuevamente los parámetros del neoliberalismo
económico y dejaría el destino de las familias a la suerte del llamado mercado
libre.
La gestión de la derecha será buscar por todos los medios un
indetenible malestar generalizado dentro de la población en contra del gobierno
de Maduro para después impulsar un referéndum revocatorio contra el presidente
y lo que es igual, contra la Revolución Bolivariana.
Son momentos duros en los cuales la oligarquía profundizará la guerra económica que solo podrá ser
derrotada por la unión de todo el pueblo junto a la Revolución bolivariana y
con una política inteligente y tenaz del gobierno.
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