domingo, 4 de octubre de 2015
CHAVISTAS EXECRADOS, CHAMISTAS, CHAVISTAS DE VIDRIO Y DIÁSPORA CHAVISTA
ELIGIO DAMAS
Maryclin Sterling, este domingo habló de “chavistas execrados”, lo hizo por solicitud de una dama que habló en nombre de “un grupo injustamente repudiado, apartado y estigmatizado”.
Juan Veroes, a quien le creía hasta ahora, por lo poco que sé, quizás por la distancia que hay entre Mérida y Barcelona y porque la tecnología no basta para estar al tanto de muchas cosas, muy vinculado al poder chavista en Mérida, estimulado – esta vez no estigmatizado – por el artículo de la Sterling, habla del grupo CHAMA, “chavistas maltratados” o “Chamistas” del cual forma parte. Luego se sintió tan golpeado, afectada su “estabilidad psíquica”, por la frase tan contundente, definitiva y hasta sin la necesaria cordura, que escribió Ronald Denis en su “Adios al chavismo”, lo que no fue un adiós si no un “váyanse a la porra”, dicho así para no soliviantar los ánimos, que volvió sobre la situación interna de quienes son herederos de Chávez, unos de una cosa y otros de otra.
Recuerdo a Veroes muy entusiasmado con la candidatura del actual gobernador merideño y por eso le creía en situación distinta a esa donde está, como un refugiado en el grupo CHAMA, nombre por cierto con mucho de poesía, por lo del río y todo lo que eso evoca.
Por supuesto, cuando hablo de Veroes y le califico “como de un refugiado”, no le estoy yo también “estigmatizando”, pues si al caso vamos estoy en igual situación. Hay muchos chavistas, de vieja data, porque el chavismo viene rodando desde muy lejos, que parecemos hechos de vidrio. Cuando quienes tienen las manijas, miran hacia donde uno se encuentra, se topan sin que lo lleguen a saber con una frágil vidriera, a través de la cual se ve sin dificultad hacia allá. En este caso, a los tipos de chavistas que menciona el título, es decir, “chavistas execrados, chamistas maltratados y los de la diáspora chavista”, habría que agregar los “chavistas de vidrio”. Claro debo advertir, que distinto al “Licenciado Vidriera” de la obra cervantina, quien se creía frágil y propenso a romperse en pedazos, estos “chavistas de vidrio”, se caracterizan porque por más que intenten ofrecer sus servicios desinteresados nadie de los de arriba les mira. Son como náufragos que inventan cuanta cosa permite la condición humana y no logran conectarse con ningún buque, pese a que por allí cerca donde él está anclado pasan constantemente y los mensajes que envía dentro de botellas de vidrio, parecen no llegar a parte alguna. Uno que ha vivido aquí por años, pudiera hacer mucho por amor, deseo de participar, preparación para ello, entre otras cosas por una muy vieja militancia, pero no logra dejarse ver; los de arriba, por ese defecto comunicacional prefieren hasta traer gente de Caracas para hacer lo que aquí podemos, tenemos y podríamos producir. ¡San también vainas del rentismo petrolero!
Hay los chavistas execrados que serían aquellos que entran en la calidad o circunstancias que el diccionario da al verbo execrar. De este grupo podrían contarse Héctor Navarro, Ana Luisa Osorio y el Dr. Giordani. A ellos los execraron, pero en un sentido como más discreto, simplemente optaron por no pararle a lo que dijeron y les quitaron todas las llaves, claves, santos y señas, signos y borraron sus números telefónicos. Pero antes que a ellos, algo similar le pasó a Luis Tascón, quien asumió un rol discrepante en la propia Asamblea Nacional sin olvidar sus nexos con lo que el “chavismo” significa. Pero además están esos de los cuales habló la señora que pidió a ayuda a Maryclin Sterling.
“La diáspora chavista” se refiere a aquellos que se van bien por una decisión muy específica, íntima o porque se ven obligados a “irse con su música a otra parte” y hasta por qué les da la gana. Estos, son diferentes a los conocidos salta talanquera, cuyo ejercicio implica una renuncia a su discurso o creencia anterior y van en busca de “mejor pago”, como dijese un gaucho. El salta talanquera es como un salto atrás, en el sentido que va en busca de lo que antes había ubicado en el pasado, en lo ido o por irse. Los de la diáspora son aquellos como los amigos, compatriotas, de “Marea Socialista” que llegaron al Psuv sin haber renunciado a su pasado orgánico, por lo que se mantuvieron siempre unidos y “siempre alertas”, como los Boy scouts y, no habiendo renunciado al sentir que no era allí donde podrían realizar sus nobles sueños colectivos, optaron por montar su propia carpa o mejor tolda, porque esta palabra es usual, pues siempre se dice “tolda política”. Pero no creo que sea un regreso, pues ellos no han renunciado a sus principios y como la vida muta, cambia, ellos valiéndose de aquellos también han venido y seguirán avanzando. Pero en todo caso, eso es lo que les caracteriza para los fines de este trabajo; integran una “diáspora”, no les votaron o expulsaron, que son cosas distintas, pero les pusieron en el caso de irse, lo que sería como que no les llamaron perros pero les enseñaron los tramojos. Se van con su música a otra parte para entonar su cántico chavista en donde crean les escuchen y haga falta. Hay también, como me gustaría, en caso que llegase a esa situación, estado de ánimo o convencimiento que hay que recoger lo peretos y continuar la marcha, opción que me pareciera vedada por la edad, otras salidas como la de Rolan Denis, quien ha dicho en artículo, ahorita mismo en Aporrea, lunes, 28-09, a las 7.50 p.m., para anunciar su retiro, sólo el suyo:
“Prefiero decir NO, como dice la canción de la diva, a seguir convalidando circunstancias que son algo que nos niega dentro de cualquiera que sea el sentido que le hemos dado a los pasos que uno a uno se han hecho entre luchas y sueños…..” Aunque dijo lo que citó Veroes, que no me gusta; no es mi estilo y en ningún momento lo diría; lo que me agrada es que asume el asunto solo, sin formar comanditas.
Quizás ese adiós, porque lo es, suene muy dramático, pero en todo caso, siendo aún bastante joven quien así se despide, no es nada extraño y menos difícil de entender dadas “las circunstancias”. Aunque debo reconocer que Alberto Müller Rojas, ya en el ocaso de su vida, tuvo los arrestos necesarios de anunciar su ira porque en la dirección del Psuv, según dijo, había “un nido de alacranes”. Pese a haber dicho aquello, su integridad y sentido de lealtad a los principios le impidió identificar quiénes eran esos arácnidos y sufrimos la decepción que el general se fuese y éstos quedasen.
Volviendo a los “chavistas de vidrio”, con quienes terminaré este fastidioso asunto, y porque es el grupo dentro del cual me percibo, pierden el tiempo ofreciendo sus servicios para construir el partido, participar en el manejo de asuntos del Estado sobre el cual tienen experiencia y podrían ayudar mucho, hasta sin costo alguno para aquél, y pareciera que hablan a las paredes, al espacio insondable, porque quien pudiera fingir escucharle en verdad no lo hace, pronto se descubre por algún gesto inmediato, como el que encierra la expresión dicha con rudeza, “nosotros no estamos buscando gente que pretenda figurar o construir protagonismos, sino quienes se sometan a la disciplina del partido, participen en marchas y mítines”. ¡Sólo eso se necesita! Precisamente, se le dice a quien, por la edad y problemas motores no está para eso de caminatas y plantones prolongados. Los demás fingen escuchar, sólo eso, quizás hasta un poco generosamente, pues no entienden nuestro reclamo y pronto olvidan porque piensan lo mismo que los otros.
Claro, uno tiene hasta parte de culpa que no le miren, no por ser de vidrio, sino porque siempre andamos buscándole las cuatro patas al gato y solemos criticar cuando quienes dominan piensan que deberíamos, si vemos algo malo, por lo menos disimular y aplaudir. Entonces, ellos piensan y deciden, si ustedes ven y critican, nosotros a ustedes no les vemos. No entienden que no se nos ha solicitado formalmente nuestra opinión sobre el asunto y poco nos debemos a eso. Para quienes tienen el control y el mando lo importante es que son bastantes quienes a ellos acompañan. Olvidan que “los de vidrio”, no suelen pedir, si algo piden, sino más bien están deseosos de dar; eso sí, reclaman que les escuchen. ¡Sólo eso!
En todo caso, “aquí estaré, en el mismo lugar y con la misma gente”, para decirlo cantando, como Juan Gabriel, pero también como Roland Denis, pues no pienso irme, aunque me echen, ya para mí es tarde; el camino demasiado largo y cansino.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 9/29/2015 03:03:00 p. m.
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