domingo, 23 de agosto de 2015
DE ACUERDO EN DEJARNOS DE TRATAR COMO ENEMIGOS, SIN RENCORES PERO PREOCUPADOS
ATENCIÓN FRANK
De acuerdo en dejarnos de tratar como enemigos, sin rencores, pero preocupado…
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CRÓNICAS CUBANAS,
Por Félix Sautié Mederos,
Después de 54 años sin relaciones diplomáticas, caracterizados por confrontaciones, agresiones y bloqueos, nuevamente se ha izado la bandera norteamericana en el Malecón de La Habana. Ha sido realmente un gran acontecimiento significativo de los Siglos XX e incluso considero que también del XXI, casi impensable en el pasado inmediato; quizás de los más destacados, que pasará a la historia de las dos américas. No exagero en esta apreciación que puedo plantearla hoy desde La Habana, donde viví la ruptura de relaciones diplomáticas con todas sus consecuencias posteriores y he acabo de vivir su restablecimiento con la esperanza de lo que podría significar. Confieso que muy a pesar de que siempre pensé que algún día con otras condiciones y circunstancias iba a suceder este restablecimiento, nunca llegué a considerar y ni siquiera a imaginármelo que lo iba a poder ver en vida; tal y como acabo de verlo y de vivirlo. Siempre lo había visto como algo que necesariamente iba a suceder, pero muy lejano en el tiempo; y, definitivamente sucedió, y me congratulo de haberlo podido apreciar hace algunos días desde mi Rincón de Centro Habana.
Las cosas del tiempo, del peregrinaje existencial y de la historia muchas veces nos sorprenden; y a mí personalmente me ha sorprendido este hecho que espero que sea para bien de la población y, que el posible mal que pueda continuar latente dado algunas intenciones enunciadas o más bien esbozadas, aunque continúe, tenga otras dinámicas menos agresivas, más soportables y que podamos continuar venciéndolo para que el pueblo pueda a su vez algún día vivir en paz plena y no tenga que soportar a “tirios” y “troyanos” unos contra los “enemigos” y otros a favor de ellos. Comprendo que quizás haya quien no me entienda, o quiera no entenderme, o tenga miedo entenderme, o su oportunismo le aconseje no entenderme en esta contraposición de tirios y troyanos que planteo; en definitiva lo lamento si no me entienden. Eso es un problema de ellos y no mío...
En las actuales circunstancias y coyunturas que estamos viviendo con la apertura de una Embajada norteamericana nuevamente en La Habana, así como con la visita a Cuba de un Secretario de Estado de los Estados Unidos, la primera en 70 años, marcan el inicio de una nueva era no menos compleja que la anterior, pero quizás más civilizada y vivible tal y como espero que sea, sobre todo si se respeta el planteamiento del propio Señor Kerry que me permito parafrasear porque concuerdo plenamente con ello, de que somos los propios cubanos los responsables de definir y realizar cualquier cambio que se produzca en Cuba.
En este orden de pensamiento debo decir abiertamente, que considero que nadie en particular debería cantar victoria ni asumirse como paradigma y/o vocero de lo realmente justo por causa de este restablecimiento de relaciones diplomáticas, lo afirmo así por respeto al pueblo cubano de a pie quien es verdaderamente en mi opinión, quien ha triunfado en este intermedio de tiempo muy parcial aún porque estamos ante un proceso largo y muy complicado; así ha sucedido por su resistencia ejemplar sin poderes, sin reconocimientos, siempre castigado por quienes han querido vencerlo por hambre y desesperación , mientras que otros, los burócratas que han sabido aprovecharse de la condición de “Plaza Sitiada “ en que hemos vivido desde aquella ruptura a la fecha, se han encargado de hacerle sentir su poder, su autoritarismo, sus inculpaciones y regaños constantes, unidos a su triunfalismo sin fundamento objetivo alguno que pudiera avalarlo, incluyendo sus desatinos que han empeorado las cargas de lo que por sí ya era muy pesado. Me refiero a las cargas del bloqueo externo que son intensificadas por causa de un bloqueo interno de prohibiciones absurdas, exclusiones reiteradas y atrasos al desarrollo científico-técnico que implican las nuevas tecnologías de la comunicación propias del Siglo XXI, no justificados por otra cuestión que no fuera mantenerse en las cúpulas de la sociedad contra vientos y mareas.
En estas mismas circunstancias que han surgido en la actualidad que comento, rechazo plenamente los rencores sostenidos que algunos han comenzado a manifestar desde sus concepciones de enfrentamiento a ultranza y ciego, como si ellos fueran los únicos que tuvieran la razón y la posibilidad de erigirse en jueces dueños de la verdad absoluta en capacidad de dictar sentencia “urbi et orbi” hacia quienes no piensan igual que ellos e incluso condenando también a quienes hemos entendido que las realidades son las realidades y que como se ha planteado no partimos de una actitud anti norteamericana, porque siempre ambos pueblos hemos sido y somos vecinos hermanados por la historia y la geografía, pero que en cambio nos afirmamos en un sentimiento antimperialista. Eso no es nuevo, de que muchos nunca hemos sido antinorteamericanos, pero sí anti imperialistas. Si hay quienes no lo sabían aún, sépanlo ahora porque ha llegado la “hora de los hornos”. Para ello debería recordarse la historia de las dos américas de conjunto porque la historia es la historia; y Nuestra América, está cuajada de intervenciones por la fuerza de los Estados Unidos en función de sus intereses imperiales, que nada han tenido que ver con su propio pueblo muchas veces discriminado y olvidado por sus propios gobernantes, lo que tampoco deberíamos olvidar.
Si la actitud del actual Gobierno de los EU es respetar el derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación, bienvenidas sean relaciones diplomáticas; y estoy de acuerdo y las apoyo plenamente, aunque haya personas detenidas en el tiempo que no entiendan este pensamiento y las actitudes que le son consecuentes en los actuales momentos; porque la vida está en movimiento perenne y quien no lo comprenda así y no actúe en consecuencia, se quedará atrapado y prisionero por la historia de un pasado realmente oneroso, sin entender el presente y menos aún el futuro que se abre con este hecho trascendental.
Debo decir además, que si bien he confesado que todo me ha sorprendido y que no lo esperaba ver, también quiero añadir que estoy de acuerdo en que haya sucedido, y en que comencemos a transitar por la nueva etapa sin rencores ni odios malsanos que podrían corroernos por dentro si les diéramos razón de ser y/o alientos; pero también quiero añadir que me siento preocupado porque se abre ante nosotros un futuro muy complicado en el que no podemos darnos el lujo de equivocarnos porque podríamos precipitarnos definitivamente al abismo tan anunciado que hace tiempo estamos bordeando.
Pienso todo esto y lo planteo muy en especial cuando vivo en la etapa final de mi peregrinaje terreno, porque con 77 años cumplidos no podría esperar otra cosa que no fuera la culminación de mi existencia tal y como expresé en una de mis últimas crónicas publicada por mis 77 años (1) cuando afirmé que la mayor parte de mi vida ha transitado por un tiempo de sueños, breves y endebles realizaciones, dolores físicos y espirituales colmados por amargas frustraciones, que bien pudieran reiterarse de nuevo por causa de los tirios y troyanos de la nueva era; a quienes me he referido anteriormente.
En estas circunstancias antes de terminar mi crónica quiero expresar que estoy de acuerdo con algunas cuestiones que muy lucidamente ha planteado Dagoberto Valdés, sobre este proceso y cito: “…Es la hora de la serenidad, el discernimiento y el compromiso…Para que los cubanos dejemos de exigir a un Gobierno extranjero que le exija al nuestro lo que nosotros debemos exigirle. Y por otro lado, para que ningún gobierno, nunca más, considere como un derecho la injerencia en los asuntos internos de otro porque ha convertido el diferendo entre ellos en política doméstica….Dejemos de exigir a un Gobierno extranjero que le exija al nuestro lo que nosotros debemos exigirle.” (2)
Cuando lo que se expresa es objetivo, constructivo y positivo, debemos estar de acuerdo en ello con independencia de quien lo exprese; pienso que la política de “Plaza Sitiada” que tanto he reiterado con insistencia en mis crónicas y artículos ha quedado cada vez más obsoleta y contraproducente; y que todos juntos debemos disponernos a edificar algo que también he planteado muchas veces: una República donde quepamos todos, efectivamente con todos y para el bien de todos, como la soñó Martí.
Así lo pienso y así lo expreso, con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsmederos@gmail.com
(1) Ver en Por Esto! EN MIS 77, por la esperanza y el futuro…, publicado el lunes 3 de agosto del 2015
(2) http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=418891
(3) Revista Guanajay , contacto@guanjayweb.com
Revista Ideal www.idealpress.com
Publicado en el periódico Por Esto! de Mérida, Yucatán, México el domingo 23 de agosto del 2015
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=423035
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