jueves, 23 de julio de 2015

"¡CUBA SÍ! ¡YANQUIS TAMBIÉN!", SILVIO RODRÍGUEZ. ¡FIN DE MUNDO!

ELIGIO DAMAS El tipo es una verdadera ametralladora. Es ruso y habla como cinco idiomas, según aseguró Walter Martínez, quien le entrevistó en su “Dossier”. Hablando en nuestra lengua, lo hizo no sólo con soltura y elegancia sino que las palabras le salían a borbotones, tanto que uno tenía que ir juntándolas, mientras corría tras de ellas, para un poco poder entender lo que decía. Hablando sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas Cuba-USA, dijo más o menos, recordemos la velocidad con la cual disparaba cada palabra, que sobre la isla sobrevendría “la revolución de las hamburguesas”, para referirse a las cosas “soñadas” que enviarían a la isla para encantar a los cubanos y “que tanto gustan a la gente”. Citó, como en la misma China y hasta en Moscú, el día que inauguraron los sitios de venta de esa comida chatarra, se hicieron colas, esto lo agregamos nosotros, frente a las cuales las de los bachaqueros se quedan pendejas. Fue una manera irónica de abordar el asunto y dejar constancia que, en definitiva, Cuba revolucionaria nada bueno debería esperar de aquello. Los cubanos y el Departamento de Estado han asumido el asunto como si fuese una fiesta, un hito en la historia latinoamericana y sobre todo la de Cuba. El canciller Bruno Rodríguez, ha hablado como si fuese Fidel Castro llegando a la Habana después de bajar de la “Sierra Maestra”, pese que, el ahora alto funcionario, en aquel momento posiblemente estaba mamando o, para mejor decirlo, en brazos de su madre. Es más, este en su discurso, en acto de anuncio del nuevo status entre ambos países, se atrevió a hablar de lo nuevo y deseado por venir, como el intercambio “cultural”, las comillas ya saben por qué, y económico. Estuvo tan emocionado que pareciera creer que en verdad Cuba había alcanzado una victoria, tanto como haber convertido el ansia imperialista en domesticada mascota o por lo menos en un buen aliado. Yo sólo atiné a recordar aquello del Che, que convalido, “al imperialismo no hay que creerle ni un tantito así”. El intercambio cultural provechoso que espera Rodríguez, téngase por seguro que nada tiene que ver con los planes del Pentágono, la Casa Blanca, el capital gringo y toda la parafernalia que se suele utilizar para invadirnos a la nueva usanza. Pero Silvio Rodríguez, el muy famoso cantautor cubano, fue mucho más allá que Bruno Rodríguez: “¡Cuba sí! ¡Yanquis también!”, dijo con inocultable satisfacción el autor e intérprete del “Unicornio azul”. Pero no se quedó en eso, más soñador todavía expresó, mientras uno percibía como un respirar profundo o rebosante pecho: “Nunca pensé vivir este día. Ahora las cosas deberán ser mejor que antes”. ¡Increíble! Al leer esto, a mí, de la misma edad del cantor, me produjo la sensación de un alelado, como un niño escuchando una canción de cuna o maravillado ante un helado de fresa con crema. ¿Acaso esos yanquis de ahora son distintos a los de antes? ¡Qué maravilla! ¡Cómo cambia el mundo! Uno que otro importante funcionario de gobierno latinoamericano ha saludado el acuerdo con una inusitada alegría y, como sin “querer queriendo”, celebrado el “bello gesto unitario” de la administración de Obama. Sólo que para ser, digamos con discreción, como más solemnes, hablan de esplendoroso triunfo cubano. Precisamente, ¡cosa extraña!, los más comedidos parecieran ser los gobernantes más conservadores del área, por no decir los más cercanos a USA. En la calle, en esta ciudad nuestra, uno observa que la gente de la derecha aplaude y ha renacido en ella una simpatía por Cuba que uno ni siquiera sospechaba oculta, aunque prefieren decir “ahora falta que caiga el gobierno”. El pueblo venezolano de derecha o izquierda, bien sabe que eso es el objetivo de los gringos y que, al meter la embajada, han instalado una portentosa punta de lanza o nada fingido “Caballo de Troya”. Sin suspender el bloqueo, metieron en Cuba valioso contrabando. Evo Morales parece mostrarse discreto, pues antes ha dicho, fundamentado en su experiencia, “sin embajada gringa nos sentimos mejor”. Bruno Rodríguez Mientras Cuba y su gobierno celebran, en Ecuador y Venezuela, el gobierno gringo, sus agentes y vasallos profundizan sus acciones para desestabilizar y desconocer la legalidad. A Venezuela le aplica un movimiento envolvente por occidente y oriente. Utilizando a la Exxon-Mobil o dejándose utilizar por esta, el gobierno gringo intenta confrontar a Venezuela por el asunto Esequibo, con la finalidad nada oculta de romper la unidad caribeña y hasta desbaratar PetroCaribe. Es hasta una movida que intenta romper los cimientos de la política unitaria y americanista trazada por Hugo Chávez. ¿Lo de Cuba no entra en la misma artimaña? Lo que siempre hemos reclamado y reclama el mundo votando abrumadoramente a favor de Cuba en la ONU es por la suspensión del bloqueo. “Al imperialismo no se le puede creer un tantito así”, dijo Guevara. Si te tiende la mano cuida bien no vaya a arrancar la tuya. “¡Cuba sí! ¡Yanquis no!”, fue una consigna de la izquierda y los pueblos de América Latina, para restearse con Cuba en el momento que los yanquis arreciaban la agresión contra ella. “Yanquis”, por supuesto, no dejemos confundirnos, es en ese contexto la palabra para identificar las políticas agresivas, irrespetuosas, guerrerismo, saboteo y el intento de sometimiento del capital de EEUU. No identifica al pueblo norteamericano y eso bien lo sabe Silvio Rodríguez. ¿Qué ha dado EEUU a Cuba ahora y qué promete? Por ahora, el establecimiento de relaciones que, para Evo, de nada sirven, por el contrario eran molestas. ¿Serán distintas con Cuba? ¿Eso creen Bruno y Silvio Rodríguez? ¿Necesitan los cubanos vivir en carne propia la nueva experiencia de la política desestabilizadora gringa, de las revoluciones de colores, las manitas blancas, de las hamburguesas, Hot Dogs y la violencia de las guarimbas para entender su significado? Lo que importa sobremanera a Cuba es la suspensión del bloqueo, por lo menos en lo relacionado con países del mundo a quienes por él se les prohíbe comerciar con la isla, aunque también sería bueno permitir el intercambio con la economía de EEUU, lo que no obliga necesariamente a tener relaciones a nivel de embajadas. Lo logrado, lo que uno sospecha, es pírrica cosa y hasta nada dignificante. Pero de aquellos dos asuntos, los gringos nada dicen y por ahora no están muy ganados a hacer concesiones sustanciales. John Kerry, jefe de la diplomacia gringa, ayer mismo, en la propia cara del muy feliz y satisfecho Bruno Rodríguez, sentencio que: “Guantánamo no está en las conversaciones”. Por lo que uno ha vivido, está viviendo, bien sabe que toda nación que aspire gozar de independencia, construir una economía y organización social justas, sólo encontrará en la “Embajada Gringa” una trinchera para disparar ocultamente, a mansalva y permear la sociedad para lograr sus oscuros fines. Si no quieres que te agreda o intente destruirte, entonces sólo sométete a sus dictados. Lo demás, lo que significa una embajada gringa, esas muy ansiadas, por parte del canciller cubano, relaciones culturales, bien lo sabe cualquier venezolano a menos que sea cogido a lazo. Para terminar debo decir a los jóvenes que es riesgoso adoptar ídolos inmaculados y dioses vivientes. -- Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 7/22/2015 05:35:00 a. m.

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