martes, 13 de enero de 2015

RELIGION Y PODER POLITICO

Religión y poder político Yndamiro Restano Uno de los logros fundamentales de la civilización occidental es la separación de la religion y el poder politico. Este descubrimiento ha posibilitado, que el poder con su vocación de dominación, no pueda legitimar su paso arrollador con el mensaje religioso. Recordemos la conversión de Constantino y la cristianización del Imperio romano, las consecuencias que trajo para la humanidad. Sin embargo, la Iglesia Católica tuvo la capacidad de liberar su propia conciencia crítica y reformar sistemáticamente sus estructuras marcadas por su alianza con el poder. El trabajo genial que lleva a cabo el papa Francisco en la actualidad es un ejemplo de ello. Pero pudiéramos mencionar una lista de Pontífices, quienes han renovado la iglesia, sin abandonar su mensaje fundamental y han hecho los cambios reclamados por los tiempos en que les ha tocado fungir como maximos líderes de la Iglesia Universal. Así ha ocurrido en la civilización occidental con otras religiones. Sus líderes no han permitido que sus respectivas teologías se dogmaticen en una ideología. El primer gran reformador de la tradición judeo-cristiana fue el propio Cristo. Pues bien, el Islam necesita realizar esa separación entre religion y poder politico, dejar de ser teocracia y convertirse en estado laico: Romper la cadena que lo ata al poder politico. Pues esta fusión entre religion y poder politico permite al poder desnaturalizar la religión y usarla como legitimadora de sus crímenes y fechorías. Mientras los estados islámicos no realicen esta separación, los criminales y los sádicos van a legitimar sus perversiones con el argumento que todos sus crímenes los cometen en el nombre de Alá. Y mientras esta reforma no se haga en el interior del Islam, Occidente, nuestra civilización debe estar unida en un solo frente democrático contra estos extremistas sin escrúpulos. El presidente de Egipto dijo con gran sabiduría: El Islam necesita una revolución dentro del propio Islam. Y yo concluyo: No hay peor enemigo de una causa que un extremista de esa misma causa. El Islam es una religión, un asunto privado de las personas. Pertenece a la sociedad civil dentro de un estado laico. Pero es un crimen contra la humanidad la pretensión de convertirlo en un imperio que esclavice nuestra especie en el nombre de Dios. Además, es una pretension irracional porque ese proyecto criminal es inviable por su propia esencia tenebrosa. Los extremistas escudados en la religion no se guían por las estrellas sino que las intentan apagar con sangre.

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