ANÁLISIS: ¿Porqué los Demócratas perdieron las elecciones de mitad de término del 2014?
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Por Dr. José R. Alfonso*
Las elecciones de mitad de mandato miden el estado de la opinión pública respecto a la administración en funciones y del Presidente en particular, es decir, funcionan como un plebiscito, y se celebran, como está establecido oficialmente, al cumplirse los dos primeros años de un presidente en la Casa Blanca. Regularmente el Partido que ocupa la Casa Blanca —en este caso el Partido Demócrata— pierden estas elecciones, máxime cuando se desarrollan durante el segundo mandato presidencial.
Históricamente, desde 1898, el partido que ocupa la presidencia sólo ha ganado escaños en la Cámara en cuatro elecciones de término medio o” midterms”, ello ocurrió en: 1902, 1934, 1998 y 2002. Incluso Ronald Reagan y Bill Clinton tuvieron que negociar con una Cámara en contra y más recientemente G.W. Bush perdería el Senado en su última elección intermedia, en el 2006.
EVALUACIÓN SOBRE EL MANDATO DEL PRESIDENTE BARACK H. OBAMA
Sin tomar partido y de las simpatías o no que se pueda tener hacia el actual mandatario, Barack H. Obama, hay que reconocer que éste heredó de su antecesor —George W. Bush— un país en recesión, dos guerras abiertas, Afganistán e Irak; dos profundas crisis financieras, la de los Bancos y la Hipotecaria, además de que aún no ha cumplido con parte de sus promesas de campaña, entre éstas la Reforma Migratoria (por el contrario, ha sido el presidente de todos los tiempos que mayor número de inmigrantes ha deportado); pero ha confrontado, como primer presidente afroamericano de la nación, la reapertura de debates de racismo —como por ejemplo, el de la muerte de un joven afroamericano en el Condado de Ferguson a manos de un policía blanco y meses más tarde, en julio de este mismo año, el de Eric Garner, otro afroamericano filmado a través de un teléfono celular cuando era ahorcado por varios policías de New York—en un país de mayoría blanca y donde aún prima la discriminación racial en un segmento fuerte de su población, hechos que siguen dividiendo a la sociedad estadounidense.
También es una verdad inobjetable que desde su ascenso al poder ejecutivo, Obama ha tenido que enfrentarse con un Congreso —controlado por el Partido Republicano —que lejos de ayudarlo a gobernar en la implantación del presupuesto, de pasar y aprobar leyes que beneficien al pueblo estadounidense y en especial a sus propios constituyentes —que para eso les eligieron— y el de tratar de llevar a la nación hacia el Siglo XXI —acorde al desarrollo de los avances tecnológicos que han provocado cambios dramáticos, rápidos y estructurales en todas las esferas a nivel nacional y global— lo que hicieron fue convertirse en una fuerte oposición, bloqueando sus acciones y lo que es peor, aun contribuyendo, por acción u omisión, a que los EE.UU. sean cada vez menos competitivo a nivel global.
POLÍTICA NORTEAMERICANA EN TIEMPO REAL
No admite cuestionamiento alguno que dentro del pueblo norteamericano existe un cansancio político o fatiga general sobre el proceso político —según una reciente encuesta de Gallup llevada a cabo en el pasado mes de mayo—en la que una mayoría de los encuestados expresó rechazar al Congreso y a sus miembros, los congresistas, opinando que no merecían ser reelectos en sus posiciones.
Es indiscutible además que el pueblo estadounidense ha perdido la confianza en sus sistemas, instituciones, en los líderes que les gobiernan, están cansados de las constantes pugnas partidistas de poder entre Demócratas y Republicanos quienes en definitiva han mostrado un alto grado de incapacidad para llegar a pactos o acuerdos bipartidistas, se siente frustrado ante el falso conservadurismo en que se arropan algunos, sin duda, brillantes teóricos del Partido del Te (Te Party) para conspirar en la eliminación de las conquistas sociales (Medicare, Seguro Social y otras) y de sus posiciones antisemitas, antihispanas y antinmigrantes.
ESTRATEGIA DE CAMPAÑA SEGUIDA POR EL PARTIDO REPUBLICANO DURANTE LAS ELECCIONES DE MEDIO TERMINO
¿Porque los “think thank” del Partido Republicano establecieron su estrategia de campaña política durante las elecciones de medio término en un solo mensaje en estados claves que ataban a los candidatos demócratas al presidente de la nación y sobre un solo objetivo: Barack H. Obama?
El presidente Barack H. Obama fue el blanco de los estrategas republicanos, entre otros causales, debido a sus propios errores e indecisiones ante algunas confrontaciones nacionales y de geopolítica (entre ellas el avance del Estado Islámico en Irak y Siria, la Crisis en el Medio Oriente, el desafío del Presidente Putin en Ucrania, el mal manejo administrativo sobre el virus del ébola, etc.etc.) todos los cuales exigían adoptar fuertes decisiones de RealPolitik —sin tratar de justificarlo valga señalar que hay que tener presente que un dignatario o gerente político vale según la capacidad del equipo de asesores que le rodea— a lo cual se le agrega que un presidente impopular además de ser una carga extraordinariamente pesada para un partido, resulta muy difícil para los titulares demócratas y sus candidatos el romper con esta “identidad por asociación”, como se expone en psicología.
A ello hay que añadir que en política todo es el resultado de muchos factores y la suma de éstos han contribuido en el considerable descenso tanto del arsenal y capital político del presidente Obama como de su bajo nivel de aprobación dentro del pueblo y electorado estadounidense, causales que a su vez, en tiempo real, han repercutido para que el mapa electoral durante las recientes elecciones de medio término en los Estados (para Gobernadores, Congresistas y Senadores) se tiñeran de “rojo” —el Partido Republicano es identificado por el elefante y el color rojo— aun en zonas que habían estado bajo control del Partido Demócrata como Maryland, Illinois, Massachusetts o Michigan, lo que da las características de una derrota para el Partido Demócrata de proporciones gigantescas.
Victoria del Partido Republicano ahora en control de la Cámara de Representantes y el Senado que convierten prácticamente al GOP (Great OldParty) en un partido de gobierno de facto — ya que nunca, desde Truman, habían tenido tal mayoría en la cámara baja, y mayoría bicameral— y lo más lamentable es que el triunfo se produjo dentro del marco de los juegos de poder político sin que existiera objetivamente por parte de los republicanos una plataforma partidista coherente ni planes para establecer un gobierno funcional.
Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que todos los estadounidenses vamos a ser testigos, a corto y mediano plazo, de constantes episodios de enfrentamiento, intolerancia, limitaciones, negaciones de confirmaciones, etc. por parte de ambas Cámaras tratando de bloquear y rendir la presidencia de Obama —dos años antes de su término constitucional— pero sobre todo formando parte de una estrategia política diseñada a minar las aspiraciones del candidato Demócrata a ganar la presidencia en el 2016.
CONCLUSIONES
Terminaron las elecciones de término medio las que fueron un golpe “aplastante” para los Demócratas —expresó el propio presidente Obama—los Republicanos tienen en su mano la dirección del país y cuentan con un mapa político —en “rojo”— propicio y a su favor, y aunque ambos Partidos, Demócrata y Republicano, han demostrado —a lo largo de los últimos años— carecer de un Programa Pro-Crecimiento que responda a la voluntad y deseos del electorado y del pueblo norteamericano en general. Llegó la hora de satisfacer las preocupaciones muy reales del electorado, demostrar liderazgo, comprometimiento, gobernar y decidir si quieren construir una coalición de grandes ideas, o de lo contrario, permanecer con el modus operandi habitual en Washington, tratando de continuar siendo la peor alternativa legislativa para el pueblo estadounidense y pagar dentro de dos años el mismo precio ocurrido con los Demócratas. El tiempo lo dirá.
Aún sin terminarse las elecciones de “midterms” y sin conocer sus resultados, seguros de su victoria, las mentes de los estrategas del Partido Republicano y sus maquinarias políticas: los grandes intereses, los recaudadores de fondos de campaña, publicistas, lobistas y los encargados de la propaganda mediática, ya estaban en disposición del cómo prepararse para ganar las elecciones presidenciales del 2016 y circulaban incluso los nombres de los posibles candidatos.
Como norma o protocolo del trabajo político de los Analistas y Estrategas profesionales después de cada ciclo electoral recomendamos el de compilar inteligencia sobre el desarrollo de la la misma, procesarla, evaluarla y exponer un Estimado de Situación Política (ESP) —que muestren el porqué de la derrota para tratar de que no se repitan en el siguiente ciclo electivo— lo que significa que los Analistas y Estrategas políticos del Partido Demócrata están obligados a realizar una profunda y profesional Evaluación y Reparación de los Daños Políticos (ERDP) reportados durante las elecciones de término medio. En tanto el equipo presidencial encargado de la Imagen y Proyección (EIP) de Barack Obama deberá hacerlo en similares ejes de dirección pero sobre todo enfocados en las grietas que han dañado la Imagen y Proyección de la figura presidencial.
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Por Dr. José R. Alfonso*
Las elecciones de mitad de mandato miden el estado de la opinión pública respecto a la administración en funciones y del Presidente en particular, es decir, funcionan como un plebiscito, y se celebran, como está establecido oficialmente, al cumplirse los dos primeros años de un presidente en la Casa Blanca. Regularmente el Partido que ocupa la Casa Blanca —en este caso el Partido Demócrata— pierden estas elecciones, máxime cuando se desarrollan durante el segundo mandato presidencial.
Históricamente, desde 1898, el partido que ocupa la presidencia sólo ha ganado escaños en la Cámara en cuatro elecciones de término medio o” midterms”, ello ocurrió en: 1902, 1934, 1998 y 2002. Incluso Ronald Reagan y Bill Clinton tuvieron que negociar con una Cámara en contra y más recientemente G.W. Bush perdería el Senado en su última elección intermedia, en el 2006.
EVALUACIÓN SOBRE EL MANDATO DEL PRESIDENTE BARACK H. OBAMA
Sin tomar partido y de las simpatías o no que se pueda tener hacia el actual mandatario, Barack H. Obama, hay que reconocer que éste heredó de su antecesor —George W. Bush— un país en recesión, dos guerras abiertas, Afganistán e Irak; dos profundas crisis financieras, la de los Bancos y la Hipotecaria, además de que aún no ha cumplido con parte de sus promesas de campaña, entre éstas la Reforma Migratoria (por el contrario, ha sido el presidente de todos los tiempos que mayor número de inmigrantes ha deportado); pero ha confrontado, como primer presidente afroamericano de la nación, la reapertura de debates de racismo —como por ejemplo, el de la muerte de un joven afroamericano en el Condado de Ferguson a manos de un policía blanco y meses más tarde, en julio de este mismo año, el de Eric Garner, otro afroamericano filmado a través de un teléfono celular cuando era ahorcado por varios policías de New York—en un país de mayoría blanca y donde aún prima la discriminación racial en un segmento fuerte de su población, hechos que siguen dividiendo a la sociedad estadounidense.
También es una verdad inobjetable que desde su ascenso al poder ejecutivo, Obama ha tenido que enfrentarse con un Congreso —controlado por el Partido Republicano —que lejos de ayudarlo a gobernar en la implantación del presupuesto, de pasar y aprobar leyes que beneficien al pueblo estadounidense y en especial a sus propios constituyentes —que para eso les eligieron— y el de tratar de llevar a la nación hacia el Siglo XXI —acorde al desarrollo de los avances tecnológicos que han provocado cambios dramáticos, rápidos y estructurales en todas las esferas a nivel nacional y global— lo que hicieron fue convertirse en una fuerte oposición, bloqueando sus acciones y lo que es peor, aun contribuyendo, por acción u omisión, a que los EE.UU. sean cada vez menos competitivo a nivel global.
POLÍTICA NORTEAMERICANA EN TIEMPO REAL
No admite cuestionamiento alguno que dentro del pueblo norteamericano existe un cansancio político o fatiga general sobre el proceso político —según una reciente encuesta de Gallup llevada a cabo en el pasado mes de mayo—en la que una mayoría de los encuestados expresó rechazar al Congreso y a sus miembros, los congresistas, opinando que no merecían ser reelectos en sus posiciones.
Es indiscutible además que el pueblo estadounidense ha perdido la confianza en sus sistemas, instituciones, en los líderes que les gobiernan, están cansados de las constantes pugnas partidistas de poder entre Demócratas y Republicanos quienes en definitiva han mostrado un alto grado de incapacidad para llegar a pactos o acuerdos bipartidistas, se siente frustrado ante el falso conservadurismo en que se arropan algunos, sin duda, brillantes teóricos del Partido del Te (Te Party) para conspirar en la eliminación de las conquistas sociales (Medicare, Seguro Social y otras) y de sus posiciones antisemitas, antihispanas y antinmigrantes.
ESTRATEGIA DE CAMPAÑA SEGUIDA POR EL PARTIDO REPUBLICANO DURANTE LAS ELECCIONES DE MEDIO TERMINO
¿Porque los “think thank” del Partido Republicano establecieron su estrategia de campaña política durante las elecciones de medio término en un solo mensaje en estados claves que ataban a los candidatos demócratas al presidente de la nación y sobre un solo objetivo: Barack H. Obama?
El presidente Barack H. Obama fue el blanco de los estrategas republicanos, entre otros causales, debido a sus propios errores e indecisiones ante algunas confrontaciones nacionales y de geopolítica (entre ellas el avance del Estado Islámico en Irak y Siria, la Crisis en el Medio Oriente, el desafío del Presidente Putin en Ucrania, el mal manejo administrativo sobre el virus del ébola, etc.etc.) todos los cuales exigían adoptar fuertes decisiones de RealPolitik —sin tratar de justificarlo valga señalar que hay que tener presente que un dignatario o gerente político vale según la capacidad del equipo de asesores que le rodea— a lo cual se le agrega que un presidente impopular además de ser una carga extraordinariamente pesada para un partido, resulta muy difícil para los titulares demócratas y sus candidatos el romper con esta “identidad por asociación”, como se expone en psicología.
A ello hay que añadir que en política todo es el resultado de muchos factores y la suma de éstos han contribuido en el considerable descenso tanto del arsenal y capital político del presidente Obama como de su bajo nivel de aprobación dentro del pueblo y electorado estadounidense, causales que a su vez, en tiempo real, han repercutido para que el mapa electoral durante las recientes elecciones de medio término en los Estados (para Gobernadores, Congresistas y Senadores) se tiñeran de “rojo” —el Partido Republicano es identificado por el elefante y el color rojo— aun en zonas que habían estado bajo control del Partido Demócrata como Maryland, Illinois, Massachusetts o Michigan, lo que da las características de una derrota para el Partido Demócrata de proporciones gigantescas.
Victoria del Partido Republicano ahora en control de la Cámara de Representantes y el Senado que convierten prácticamente al GOP (Great OldParty) en un partido de gobierno de facto — ya que nunca, desde Truman, habían tenido tal mayoría en la cámara baja, y mayoría bicameral— y lo más lamentable es que el triunfo se produjo dentro del marco de los juegos de poder político sin que existiera objetivamente por parte de los republicanos una plataforma partidista coherente ni planes para establecer un gobierno funcional.
Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que todos los estadounidenses vamos a ser testigos, a corto y mediano plazo, de constantes episodios de enfrentamiento, intolerancia, limitaciones, negaciones de confirmaciones, etc. por parte de ambas Cámaras tratando de bloquear y rendir la presidencia de Obama —dos años antes de su término constitucional— pero sobre todo formando parte de una estrategia política diseñada a minar las aspiraciones del candidato Demócrata a ganar la presidencia en el 2016.
CONCLUSIONES
Terminaron las elecciones de término medio las que fueron un golpe “aplastante” para los Demócratas —expresó el propio presidente Obama—los Republicanos tienen en su mano la dirección del país y cuentan con un mapa político —en “rojo”— propicio y a su favor, y aunque ambos Partidos, Demócrata y Republicano, han demostrado —a lo largo de los últimos años— carecer de un Programa Pro-Crecimiento que responda a la voluntad y deseos del electorado y del pueblo norteamericano en general. Llegó la hora de satisfacer las preocupaciones muy reales del electorado, demostrar liderazgo, comprometimiento, gobernar y decidir si quieren construir una coalición de grandes ideas, o de lo contrario, permanecer con el modus operandi habitual en Washington, tratando de continuar siendo la peor alternativa legislativa para el pueblo estadounidense y pagar dentro de dos años el mismo precio ocurrido con los Demócratas. El tiempo lo dirá.
Aún sin terminarse las elecciones de “midterms” y sin conocer sus resultados, seguros de su victoria, las mentes de los estrategas del Partido Republicano y sus maquinarias políticas: los grandes intereses, los recaudadores de fondos de campaña, publicistas, lobistas y los encargados de la propaganda mediática, ya estaban en disposición del cómo prepararse para ganar las elecciones presidenciales del 2016 y circulaban incluso los nombres de los posibles candidatos.
Como norma o protocolo del trabajo político de los Analistas y Estrategas profesionales después de cada ciclo electoral recomendamos el de compilar inteligencia sobre el desarrollo de la la misma, procesarla, evaluarla y exponer un Estimado de Situación Política (ESP) —que muestren el porqué de la derrota para tratar de que no se repitan en el siguiente ciclo electivo— lo que significa que los Analistas y Estrategas políticos del Partido Demócrata están obligados a realizar una profunda y profesional Evaluación y Reparación de los Daños Políticos (ERDP) reportados durante las elecciones de término medio. En tanto el equipo presidencial encargado de la Imagen y Proyección (EIP) de Barack Obama deberá hacerlo en similares ejes de dirección pero sobre todo enfocados en las grietas que han dañado la Imagen y Proyección de la figura presidencial.
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