Revista La Nueva Réplica. Miami. Julio 2014 http://lanuevareplica.com/ Vicente Dopico: Un pintor que lleva a Cuba en su mirada Por Ciro Bianchi Ross. Fotos Miriam Chávez Lesnik Es, dice la crítica, un creador ambicioso, subversivo de las formas y los conceptos. Es el artista del asombro. Escruta y analiza la realidad a partir del lenguaje de la memoria y se revela hondamente preocupado por los conflictos existenciales y culturales que amenazan la supervivencia del hombre contemporáneo. Denota oficio y disciplina y exhibe una imaginación prodigiosa. Domina la pintura, el dibujo y el diseño y mientras muchos admiran el colorido de sus obras, el pintor insiste en afirmar que la línea es en su quehacer una constante que puede ser tan o más importante que el color. En realidad, se considera más dibujante que pintor este hombre nacido en La Habana el 22 de abril de 1943 y que en 1964 se radicó en Chicago para asentarse poco después en Miami. En un momento pensó en que su vocación era la arquitectura, pero un buen día se sorprendió como pintor. Desde entonces su camino ha sido arduo y difícil. Fue maestro, trabajó como profesor asistente en una universidad, desempeñó disímiles empleos hasta que tomó la determinación de vivir o morir de la pintura, un arte que define como ingrato a veces y muy grato también desde el punto desde el punto de vista de la compensación monetaria que puede reportar. Pero Dopico-Lerner no se deja llevar por esos términos cuando se coloca ante la tela o el papel en blanco. No piensa entonces qué galería acogerá su obra ni en la aceptación que le dispensará el público. Pinta ya. Después verá qué pasa. Y ha sido, sucesivamente, casi abstracto y figurativo antes de situarse en un momento en que lo que hace se ubica entre lo abstracto y la figuración en una encrucijada en que realidad e irrealidad se buscan en un constante juego de alusiones, para conseguir, dice el crítico cubano Jorge de la Fuente, un ejercicio de la razón pictórica que indaga en la simbología de sueño, una simbología que se construye con imágenes de manifiesta ambigüedad para crear una atmósfera de misterio. Es el artista del nerviosismo, de la memoria desesperada. Complica todo lo que piensa y crea, escribe el dominicano Cándido Gerón. Es el artista del caos, el insatisfecho ante la creación que amenaza con destruir su propia obra para construirla de nuevo. En 1968, Vicente Dopico Lerner, que todavía no consideraba la pintura como una opción, matriculó Arquitectura. Un día, durante una clase, un profesor que lo veía dibujar le preguntó qué carrera llevaba. Arquitectura, respondió Dopico. Dijo el maestro: Da lo mismo morirse de hambre como arquitecto que como pintor. Y los dos son artistas. El vaticinio no se cumplió; no murió de hambre. Dopico es un pintor cotizado que mereció, entre otros reconocimientos, la importante Beca Cintas (1976-77) del Instituto para la Educación de las Naciones Unidas. Tiene en su haber más de veinte exposiciones personales, una de ellas, en La Habana, y ha participado en más de cien muestras colectivas. Su obra forma parte de numerosas colecciones públicas y privadas. PINTO SEGÚN MIS EMOCIONES CB -¿Quién es Vicente Dopico Lerner? VDL-- -Es una buena pregunta que, sin embargo, casi nunca nos la formulamos porque vivimos demasiado de prisa en esta gran locura en que se han convertido las sociedades modernas. Pasamos la vida sin saber quiénes somos o quiénes fuimos y muchas veces confundiendo nuestro verdadero origen. Es asimismo una interrogante que puede contestarse de muchas maneras. Hoy, ahora, soy un artista plástico que se deja someter a las preguntas de un periodista amigo. Como en la Teoría de la Relatividad, todo depende del dónde y del cuándo. En verdad, soy un pintor que se ubica en su taller. En la soledad de ese ambiente puedo encontrarme conmigo mismo y con mi arte. Nací en la Habana hace ya "algunos" años. Me identifico siempre como <<un artista plástico habanero>> porque me siento muy atado sentimentalmente a esa ciudad, por su historia, su melancolía, su cercanía al mar. La Habana es como un balcón a ese océano que algunos identifican como el estrecho de la Florida, otros, como el golfo de México, y otros, como el Caribe. Es muy difícil encontrar otra ciudad con las características de la Habana... yo por lo menos no la he encontrado. En Luz y Oficios, precisamente dos de las calles más antiguas de La Habana, fue que mi padre, un emigrante gallego, abrió su quincalla. Nací dos años después. Aún recuerdo los olores que me rodeaban en aquel ambiente de actividades portuarias, muy cercano a la Alameda de Paula, donde corría y jugaba en los primeros domingos de mi vida .Vivo en Estados Unidos desde hace muchos años; aquí estuve en varias escuelas de arte y he recorrido con mi pintura todo Estados Unidos y países como Santo Domingo, Puerto Rico y Cuba, donde tengo grandes amistades en el mundo de la plástica. Recuerdo que usted me entrevistó en los días en que presenté mi exposición personal en el Convento de San Francisco, por cierto, muy cerca de la esquina de Luz y Oficios. Esta muestra de mi obra en la Habana se realizó gracias a la invitación que me extendió el doctor Eusebio Leal en aquella ocasión. Por lo tanto, y como conclusión a su pregunta: Yo me defino como un artista plástico (<<un pintor>>) que siempre está reinventándose y que en su peregrinaje por el mundo, lleva a La Habana en su pupila. Ese es mi origen. Ese soy yo. SIEMPRE ESTOY TRATANDO DE REINVENTARME CB -¿Cómo llegó a la pintura? Los especialistas aluden a su <<sólida y envidiable>> educación y trayectoria artística. ¿Lo considera así? VDL -La escuela ayuda, pero no determina. La buena obra de arte no se crea en las academias. El artista nace artista. Una educación complementaria es posible que acelere la obtención o el descubrimiento de un estilo propio, pero no influye en la calidad de aquel u otro pintor. Desde muy joven, casi niño, visitaba las salas del Museo Nacional, en el Palacio de Bellas Artes. Vivía bastante cerca de aquella institución, por lo que me era fácil la visita. Así, por sus obras, conocí a Mijares, a Cundo Bermúdez y a Portocarrero antes de conocerlos personalmente. Visitaba por aquella epoca la Academia de San Alejandro. Tenía un amigo que estudiaba allí, pero no podía matricularme porque era muy joven; tendría entonces unos once o doce años, no mucho más. Desde entonces nacía en mi la atracción por las artes plásticas. Aunque haya hecho mil cosas diferentes, el arte siempre ha sido la pasión en mi vida; la pintura era mi destino final. Sin embargo, no comencé a pintar profesionalmente hasta los 27 ó 28 años cuando, para complementar los ingresos de mi trabajo regular de ocho horas, vendía unas acuarelas horribles. Entre mis clientes había una galerista del norte de Florida que siempre me compraba varias... más tarde me enteré que las vendía diez veces más caras. El arte en el sur de la Florida allá por los años 70, no estaba muy de moda, más al norte y al centro de Florida se podía vender algo mejor, por lo que cargaba con mis paneles y me iba a los festivales de arte que tenían lugar en centros comerciales de Orlando, Tampa y otras ciudades. No eran tiempos fáciles aquellos, pero así comencé mi carrera como pintor Años más tarde me gradué en la universidad católica de St. Thomas y, entre otras eventualidades, tuve la suerte de encontrar otros medios de subsistencia con mi arte, sin tener que irme del area del Caribe. Estuve viviendo por unos años entre República Dominicana y Miami. Exhibí dos veces en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, en 1997 y 2000. Como le mencioné, en Cuba tuve una muestra personal de mi obra en el convento de San Francisco y en una muestra colectiva en Casa de las Américas, todo esto fue en el 2001-02. En Puerto Rico tuve una excelente muestra personal en el Museo de las Américas, en San Juan, en el 2010.He participado en más de cien muestras colectivas y alrededor de veinte muestras personales. Sin embargo, siempre estoy tratando de renovarme, siempre estoy tratando de reinventarme porque creo que es la unica formula para mantenerme vivo como pintor. CB -Su obra suele desconcertar a la crítica y al público. Un crítico como Manuel Álvarez Lezama la define como <<onírica, freudiana, postmoderna y también caribeña y universal>>. Los entendidos por otra parte aprecian en usted las influencias más disímiles, desde los personajes de una novela como Pedro Páramo hasta las máscaras bizantinas, mientras que usted reconoce el influjo de Matta y un toque dramático-grotesco que le llega de Bacon. Sin contar lo que debe haber aportado a su obra la pintura norteamericana de la postguerra, la Escuela de Nueva York y la Nueva Figuración. Hace ya casi quince años, usted me dijo en La Habana: <<Encontré o creo haber encontrado una identidad propia que se da en el uso del color, la ligereza del trazo y en el dramatismo de mi obra, una identidad que también es cubana>>. CB ¿Dónde, a su juicio, se ubica hoy el artista? VDL -Tal vez Álvarez Lezama la califica como freudiana por el carácter de los personajes que incorporo en mis cuadros. No es mi intención darle ese carácter .Por otro lado, tampoco he leído a Pedro Paramo. Sé que es una novela corta de Juan Rulfo, donde aparecen personajes fantasmales, que quizás se puedan notar en mi obra, pero no, nunca he tomado inspiración de esa novela. Sin embargo no descartaría lo onirico, ya que el sueño es como una inspiración del subconsciente. No es coincidencia que una de mis muestras, yo diría que una de las más importantes, se llamó Sueños de la razón pictórica, (Museo de Arte Moderno, Santo Domingo Marzo, 1997). Así tituló Jorge de la Fuente su crítica a esa colección, y yo lo asumí como el título de la muestra. Jorge hizo en aquel entonces un buen trabajo critico basado en ese punto de vista y su ensayo fue muy interesante. Sin embargo y por anadidura, mi constante atracción por el periodo de la post-guerra en el arte norteamericano, el llamado <<action painting>> y el expresionismo abstracto, me hacen pensar que yo tomé un poco de esa fuente, porque en el año 1970 me fui para Nueva York, donde aquellos vientos de renovación intelectual estaban aun presentes. En esa ciudad me incorporé al Art Student League, una institución de arte muy neoyorquina, muy antigua y famosa por su liberalismo académico y también por sus ex alumnos. Por allí pasaron Jackson Pollock, Robert Motherwells... y otros. En esa institución hice algunos talleres dirigidos por Mario Cooper, un conocido acuarelista americano, pero eras libre de participar en todos los proyectos acometidos por la institución....es lógico entonces que tenga de alguna manera que estar influenciado por este movimiento plástico de mediados del siglo XX. Y lo que le dije en la Habana lo corroboraria ahora,porque, pese a mi punto de vista con respecto a la universalidad del arte, sigo considerando, que aunque diferente, mi obra se inserta en lo que se conoce como " pintura cubana", primero porque yo soy cubano,(habanero) aunque mi obra no haya nacido en Cuba. Yo considero el arte como un vehículo de integración cultural y la plástica es una de las corrientes culturales que más se ha destacado en Cuba en los últimos cuarenta años. Muchos artistas formados en Cuba se han establecido fuera de la isla sin renunciar a su identidad, lo que nos enseña la fuerza que ejerce la cultura en las raíces de una nacionalidad. LA OBRA NO TIENE NACIONALIDAD CB -¿Cuál es esa identidad? ¿Qué es lo cubano en su pintura? ¿Cómo se inserta su quehacer en la plástica de la Isla? VDL -La obra no tiene nacionalidad, el arte es universal, la nacionalidad se la da el artista por el lugar de nacimiento o cuando se realiza dentro de un lugar específico como en un territorio donde se crean tendencias que se van repitiendo, pero eso no quiere decir que por esas tendencias solamente se defina una nacionalidad, el cubismo nació en Paris y sin embargo no se le considera como un movimiento de la pintura francésa,el cubismo es un movimiento universal. Yo no tengo por qué integrar elementos nativos en mi obra para que esta sea o deje de ser cubana. No me importa la opinión de uno u otro crítico y sus juicios, por lo regular algunos críticos de arte escriben para leerse ellos mismos y en base a un ejercicio intelectual. Unos colocan mi obra dentro del surrealismo, otros dentro del expresionismo, algunos han coincidido en que hay elementos de de la pintura cubana en mi obra, otros que hay total ausencia de esto. En fin que yo pinto sin considerar tendencias, para mí es muy difícil, como para cualquier otro artista colocar su obra dentro de esta o aquella escuela de arte. El objetivo de nosotros es crear la obra con la mayor honestidad posible, evitando los facilísimos y las formulas, es normal la influencia de los movimientos plásticos anteriores, sin embargo, por encima de todo debe prevalecer la identidad propia del artista. Es mi opinión, tal vez muy personal, pero en fin mi propia manera de pensar. La premisa es acometer la superficie en blanco, el reino de la nada, lo cual es ya una aventura en si misma, con la intención de convertirla en una pieza de arte, en este caso una pintura o un dibujo, que contenga todos los elementos necesarios para que sea una buena obra: honestidad, esfuerzo creativo y emotividad. Si el pintor se entrega, el talento emerge, y no importa escuela, tendencia , estilo o emociones que provoque con su obra, si es genuina, ya encontrara aquella mirada comunicativa que decía Rothko, esa que le daba vida propia y que la sacaba del taller del artista para convertirla en propiedad de todos. CB -¿Con más de setenta años de edad, ¿hacia dónde camina Vicente Dopico Lerner? VDL -Es difícil en estos tiempos dar respuesta a una pregunta como esa. No creo que ni usted ni yo pudiéramos decir qué haremos mañana. Diré obviamente que seguiré pintando, como usted dirá que seguirá escribiendo. Más concretamente puedo anticipar que a los 71 años me he sentido en la obligación de cambiar hacia una obra más trascendente, más madura cada vez, esa . es mi aspiración al menos. Trabajo un promedio de por lo menos cinco horas cada día, y mi obra es cada vez más grande en formato. Después de viejo me ha dado por hacer telas grandes, con mucho menos colorido y con más tendencia a la abstracción. CB¿Qué va a salir de este nuevo experimento? No sé. Pero solamente la decisión de cambiar y experimentar nuevas avenidas para mi obra es un síntoma de que he entrado en la tercera juventud sin signos de cansancio. Llevo más de cuarenta años haciendo arte y todavía no he encontrado uno de mis trabajos que me deje completamente satisfecho, pero seguiré intentando. Espero que alguno lo logre en los próximos cuarenta. Mientras tanto, como decía el chileno Matta, seguiré jugando a encontrarme y desencontrarme en este oficio que ,por demás, es extremadamente divertido.Ross cbianchi@enet.cu http://wwwcirobianchi.blogia.com/ http://cbianchiross.blogia.com/
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