martes, 13 de agosto de 2013

El conformismo y la mediocridad ante el nuevo código del trabajo

El conformismo y la mediocridad ante el nuevo código del trabajo Crónicas cubanas Félix Sautié Mederos Los meses de verano en nuestras latitudes caribeñas, con el calor y la humedad medioambiental por encima de sus causes habituales, son propensos para el desánimo y el amodorramiento; es como si la vida se moviera más lentamente y en esos ritmos veraniegos nos encontráramos atrapados e impedidos de ejercer el pensamiento y la acción. Pero también controvertidamente, en los veranos habaneros, de acuerdo con las experiencias del entorno en que vivo, el hacinamiento y las faltas de perspectivas devienen detonantes potenciales que pueden producir efectos en la práctica, contradictorios con esas actitudes de modorra a que me refiero; ello ya ha sucedido, no es mera especulación. En estas circunstancias estacionales, muchos habaneros en las noches se vuelcan sobre el muro del Malecón en búsqueda de nuevos aires marinos; y algunos lo hacen para salir de los tugurios en que viven, los que a veces son tan pequeños y atiborrados de personas de una misma familia, que sus integrantes se tienen que turnar para dormir, pues todos juntos no caben en esos espacios también desbordados, tal y como se presenta el clima en estos meses; no exagero porque vivo en Centro Habana, apenas a dos cuadras en línea recta con nuestro litoral y puedo ver personalmente estas situaciones que planteo. En Centro Habana y en La Habana Vieja, en cuyo corazón urbano se encuentra la Estación Central de Ferrocarril, recalan los que viajan desde las provincias en búsqueda de nuevas oportunidades, principalmente los del Oriente del país donde las penurias resultan ser mayores aún que en la Capital de todos los cubanos. Son muchos, y sucede como si los habaneros emigraran para el exterior y los orientales vinieran para La Habana. En esta última ciudad capital, este verano 2013 no es distinto a los de otras ocasiones, estamos transitando por las mismas circunstancias en medio de un mal muy extendido: el conformismo, cargado de mediocridad y simulación que nos invade desde hace mucho tiempo y que deberíamos romper para poder salir adelante; porque aunque la vida consciente de nuestro presente actual nos induce a que para cada persona en su individualidad es sólo una y estamos llamados a vivirla y aprovecharla consecuentemente, tampoco por ello no deberíamos permitir que nuestra existencia terrenal pueda perderse inútilmente para siempre en la inmensidad del futuro y enfrentarnos, en consecuencia, contra todo lo que pueda enajenarnos. Entre tanto transcurren estas coyunturas veraniegas, repetidas cada nuevo año en el quehacer cotidiano de los cubanos y especialmente de los habaneros, nuestra prensa local se hace eco de las campañas del momento, entre las que destaca el debate de un Nuevo Código de Trabajo que se ha sacado a discusión por la dirección del país, como parte del proceso previo al XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) a celebrarse próximamente y que, según se expresa en el Editorial del periódico Trabajadores del pasado 15 de julio, titulado “Orden, disciplina y eficiencia”, deberá realizarse a partir de esos objetivos en todos los centros laborales del país, y ahora diariamente los vemos reseñados en los telediarios locales con su acostumbrado enfoque triunfalista. En una primera impresión, debo decir que considero que no es sólo “orden, disciplina y eficiencia” lo que se debería buscar con el nuevo Código Laboral, pienso que con esta consigna central, detrás de la cual se van los que el Che denominó como los “alabarderos del pensamiento oficial”, no se tiene en cuenta lo que en mi criterio debería ser el principal objetivo de un Código del Trabajo: la Justicia laboral y el resguardo tanto de los deberes como los derechos de los trabajadores, porque para hablar sólo de orden, disciplina y eficiencia tendríamos que poner en primera instancia las desidias, el centralismo, el autoritarismo y los erráticos procesos de planificación y ejecución laboral de las administraciones estatales que, con su excesiva burocracia y lamentable corrupción, han desmotivado y desinteresado generalizadamente a los trabajadores cubanos de los procesos de sus centros de trabajos, en lo que según se expresa en un muy mencionado dicho popular, “ellos hacen como que nos pagan y nosotros hacemos como que trabajamos”. Lo que perfectamente podríamos interpretarlo como una respuesta de sutil protesta al sistema de trabajo establecido en el país, que criminaliza y no contempla en la práctica concreta cualquier manifestación colectiva de desacuerdo o protesta de índole laboral, identificándola generalizadamente como una acción política desconocedora del criminal bloqueo a que estamos expuestos y que se hace coincidir con los enemigos del país. Este proceso de debate en asamblea de trabajadores, es preciso sacarlo del conformismo y la mediocridad que ya se ha hecho habitual entre nosotros; y en este orden de pensamiento, quiero expresar mi total coincidencia con el artículo publicado por mi fraternal compañero de sueños por un Socialismo Participativo y Democrático Pedro Campos, con el título “Debemos exigir que el nuevo código del trabajo sea sometido a referendo” y el exergo que expresa que “La apatía en política cuesta cara”. Como referencia a lo que expreso, cito brevemente el planteamiento central de mi amigo Campos para información de mis lectores en POR ESTO!: “Empiezan en Cuba las discusiones del nuevo Código del Trabajo. No basta con opinar, con expresar lo que creemos en las reuniones verticalistas que se desarrollarán. Todos debemos exigir que el proyecto final sea sometido a referendo nacional, libre y democrático, pues se trata de un asunto que nos compete a todos. Desgraciadamente en Cuba, a consecuencia de la política de exclusión del gobierno, muchos dirán ‘no me importa lo que ahí se apruebe. Todo lo de este gobierno me es indiferente’. Grave error. El Código del trabajo tiene que ver con todos los ciudadanos…” Es preciso que no se pase por alto este proceso de discusión como consecuencia del conformismo y la mediocridad, hay que dejar atrás esas rémoras y actuar en consecuencia. Así lo pienso y así lo expreso, con mis respetos por la opinión diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsautie@yahoo.com Publicado en Por Esto! el martes m 13 de agosto del 2013. http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=261770

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