ATENCIÓN FRANK
Conversaciones con un amigo, disyuntivas del socialismo.
Félix Sautié Mederos
Crónicas cubanas
III
Entre los problemas de conceptos que tuve la oportunidad de intercambiar durante las conversaciones con mi amigo de la Nueva Izquierda cubana que he estado testimoniando en las últimas crónicas publicadas en POR ESTO! (1), realizamos una especie de balance sobre los antecedentes, el surgimiento y el desarrollo de las ideas socialistas hasta nuestros días, contrastándolas con los procesos de la Revolución Cubana, lo que me motivó a plantearme un conjunto de consideraciones que quiero añadir a los testimonios que al respecto he estado publicando en las dos crónicas precedentes que cito (1).
Debo significar que mi amigo posee una profunda formación humanística e histórica sobre los procesos sociales de izquierda en el mundo, a los que le ha dedicado mucho tiempo de estudios; y, en consecuencia, nuestro intercambio pudo desenvolverse dentro de determinados límites de ilustración política, económica y social que propiciaron la identificación de un grupo básico de conceptos y principios esenciales que en nuestro criterio compartido dan forma y factibilidad a las ideas esenciales de sustentación de un sistema de libertad, equidad distributiva y justicia social desarrollado a partir de una horizontalidad propiciadora de la autogestión y la cooperativización, que personalmente identifico con lo que se ha definido en los últimos años como el Socialismo del Siglo XXI y también con lo que pudiera ser una interpretación positiva de la consigna planteada en Cuba con motivo del 1ro de mayo 2013, de avanzar hacia un socialismo próspero y sustentable como futuro a construir a partir de cambiar todo lo que deba ser cambiado en nuestro proceso socio político actual.
En este orden de pensamiento, considero que si estos conceptos solo son simplemente enunciados sin contrastarlos con la práctica social concreta en nuestro proceso socio político de los últimos cincuenta y tantos años, podrían quedarse, como tantas veces ha sucedido en nuestros ámbitos políticos locales, como simples aspiraciones y/o consignas carentes de definiciones prácticas para las personas fundamentadas a partir de sus anhelos legítimos y sus esperanzas de satisfacción de sus necesidades espirituales y materiales. Esto podría suceder si no se precisan adecuadamente los conceptos y se proponen con eficacia elaborativa las tareas teórico-practicas a implantar para alcanzarlos.
Cuando expreso los términos tareas teórico-prácticas a implementar, me refiero a acciones concretas dirigidas hacia la subsidencia así como hacia el desarrollo espiritual y material de las personas sobre la base del respeto a sus derechos inalienables, dirigidas a propiciar en la sociedad la imprescindible equidad distributiva, igualdad de oportunidades, justicia social y la paz que permitan el cumplimiento del ideal planteado por Simón Bolívar de alcanzar la mayor suma de felicidad posible para la población.
Serían conceptos fundamentados en nuestra historia, cultura y tradiciones más allá de los esquemas del Siglo XIX europeo que copiamos en la construcción cubana del Socialismo Real. El no basarse en estos esquemas decimonónicos se encuentra precisamente la originalidad del Socialismo Bolivariano en Venezuela y de la Revolución Ciudadana en Ecuador, así como las experiencias concretas de las izquierdas latinoamericanas en Bolivia, Argentina y Brasil, cada una con sus características propias. Esto que esbozo pudiera ser una especie de definición en principios de lo que consideramos en nuestra conversación como el renovado ideal del Socialismo del Siglo XXI, que se hará realidad incluso de acuerdo con la teoría del conocimiento, cuando se lleve a la práctica, lo que constituiría por quienes lo propician y se esfuerzan en edificarlo una reafirmación de sus conceptos morales y éticos ante la vida.
Es imprescindible sacar al socialismo de las abstracciones terminológicas tan al uso desde el punto de vista político que confunden, tergiversan y facilitan la manipulación a favor de un verticalismo autoritario en los sistemas socialistas de gobierno, surgidos o inspirados posteriormente por los procesos de la Revolución de Octubre con su expresión estalinista que condujo en definitiva al fracaso a la concepción del Socialismo Real en el mundo; por cuanto transformaba a la persona que debe ser el sujeto esencial de la sociedad, en objeto que es movido centralmente por medio de dogmas políticos, programas concebidos por encima de lo que son sus genuinos intereses e implementados por medio de un sistema disciplinario de deberes únicos sin claro planteamiento de lo que son los derechos esenciales. Todo ello redujo la actividad social a una acción colectiva dirigida a cumplir orientaciones emanadas desde los centros de poder político, económico y social sin tener en cuenta los conceptos democráticos y participativos.
Esa disyuntiva del socialismo de planificación central y centralización vertical adoptada a partir del ejemplo de la Unión Soviética, que incluso confieso autocríticamente nos deslumbró a muchos a partir del Triunfo de 1959 y durante los primeros años de desarrollo de la Revolución Cubana, cuando se analiza a profundidad a la luz de los acontecimientos históricos y a partir de las concepciones esenciales que conformaron las ideas socialistas en el tiempo, podemos comprender que su fracaso estruendoso en los países socialistas de Europa y en la desaparecida Unión Soviética, tuvo como una de sus causas determinantes básicas el no haber puesto al centro de todo al ser humano y quererlo sustituir por colectivos poleas abstractos y prácticamente artificiales en los que las personas carecían de democracia y participación efectivas.
De esos conceptos, prácticas y consecuencias concretas quedan múltiples ejemplos en Cuba, que deben formar una masa crítica priorizada de todo lo que debe ser cambiado para lograr el propósito de construir efectivamente un socialismo próspero y sustentable. Así lo pienso y así lo afirmo con mis respetos para quienes opinen diferente y sin querer ofender a nadie en particular. fsautie@yahoo.com
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