ELIGIO DAMAS
Halcones y palomas, palabras utilizadas para expresar la existencia de dos tendencias en la política y diplomacia gringa. La primera, en gran medida, plasma al sector militar y Pentágono. Militarista y guerrerista, promotora de la estrategia de la guerra preventiva, según la cual EEUU se reserva el derecho, de manera autoritaria y abusiva, de invadir a cualquier país por “el cual se sienta amenazado”. Tendencia que invadió Irak, Libia y ahora amenaza a Irán y Siria; asesinó a mansalva a Bin Ladem, terrorista amamantado por ellos mismos y a Gadaffi; le dio un golpe de estado a José Manuel Zelaya de Honduras..
Las palomas, serían aquellos que prefieren el juego político, diplomático, el pegar con la mano enguantada. Obama, por ejemplo, haciendo de paloma, hipócritamente dice al Estado de Israel, ante caso Irán, “déjenle eso a la política”, mientras preparan el ambiente para invadir o soltar los halcones.
Todos los días, en cada momento de la historia, se puede apreciar como esas dos tendencias operan y entran en conflicto o contradicciones. Hay instantes para que cada uno de ellas prevalezca; pero generalmente se estorban y hacen que sus políticas, que emergen paralelamente y se atropellan, presenten a la diplomacia norteamericana como poco inteligente. Aunque, como ya lo dijimos, suelen también complementarse.
Hace pocos días observamos una prueba evidente de esa conflictividad que pudiera dejar atónito a cualquiera o confundir a la mayoría de la gente. Mientras John Kerry, Secretario de Estado, jefe de la diplomacia de USA, según la prensa internacional, gestiona a través de Brasil la recomposición de las relaciones con Venezuela, hasta llegar al nombramiento de nuevos embajadores, Roberta Jacobson, asistenta de aquél, sin motivos aparentes, pocos días después, peca de intromisión en los asuntos internos de este país suramericano y caribeño, intentando desacreditar al organismo electoral y lanzando denuestos contra la institucionalidad del mismo. Si sopesamos los detalles, pareciera que halcones y palomas anidaran juntos.
En lenguaje coloquial venezolano, es propicio preguntarse ¿quién los entiende? Más cuando ya resulta demasiado frecuente ese tipo de situación.
Tal contradicción o conducta dispar, encuentra eco en la MUD y en la campaña electoral opositora.
Capriles reclama con angustia un debate. Lo pide casi con angustia y de esa petición se hacen portavoces animados sus seguidores. Hay diarios, como El Tiempo de Puerto La Cruz, que desarrollan esa idea hasta mediante encuestas de primera plana. Esperan que algo suceda, distinto al desarrollo normal de la campaña, para que su candidato, de pronto, se gane el respaldo mayoritario de los venezolanos. Pero Maduro puso una condición para pensar en hacerle esa concesión a su rival. Pidió que éste pida públicamente perdón, empezando por reconocer que ofendió al comandante y sus familiares, sugiriendo que éstos convalidan una fea jugada con la muerte de aquél con fines electorales.
Ante aquella situación, el candidato de la MUD, balbuceó una excusa pero no llegó a la nobleza de reconocer sus bajas expresiones.
En aquella incertidumbre de “pierdo de calle ante Maduro y éste no me concede el debate que necesito como el oxígeno”, en varios diarios, entre ellos el ya mencionado, usando un “Rif” falso, aparece una abundante propaganda en la cual se repite en gráfico el mismo discurso ofensivo de Capriles.
Es evidente que entre este gesto y el deseo de lograr un debate, que quien gana fácilmente no suele conceder, por razones elementales, hay una profunda contradicción y una aparente distancia. Pareciera que la dicotomía de la diplomacia gringa se materializase en la misma MUD o para ser menos rígido, en la oposición venezolana.
Esa propaganda asquerosa, anónima, publicada ilegalmente en la prensa que le sirve a los fines de la derecha y diplomacia gringa, también contradice la “táctica” opositora, recomendada por Luis Vicente León de Datanálisis, de hacer lo necesario para separar a Chávez de Maduro.
Afortunadamente, no es trabajoso para el venezolano entender eso. Aunque la derecha insista en ignorarlo, el nuestro no es aquel pueblo al que se le cambiaban pedazos de cerámica, de platos trizados, por pepitas de oro. Ha visto y ve ahora, como la oposición va a elecciones, pero también desarrolla, en paralelo, una práctica golpista que se expresa de varias maneras, como esa que acaba de denunciar el presidente, de meter al país expertos en sabotaje, para intentar colapsar el servicio eléctrico y crear un caos que pueda servirles para algo.
Halcones y palomas vuelan sobre Venezuela.
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 3/29/2013 12:37:00 p.m.
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