ATENCIÓN FRANK
Con el sentido de la lucha
Félix Sautié Mederos
Crónicas Cubanas
De Mérida a La Habana
Después de unos breves días de estancia en Mérida, Yucatán, acompañado por mi Elena que me ama y me cuida de mis dolencias y edad, gentilmente invitado a compartir las celebraciones por el 22 aniversario del periódico POR ESTO! en donde publico desde hace varios años gracias a ese sentido solidario de respeto a la verdad, la dignidad y soberanía que lo caracteriza como un único órgano de prensa que en su territorio estatal e incluso nacional se atreve a publicar lo que para los otros ha sido prohibido, nuevamente me encuentro en mi añorada Habana de siempre arropado por sus multifacéticos edificios que se equilibran y sostienen en pie en virtud de una inusitada estática milagrosa que pasa por encima de las penurias materiales, las desidias y el abandono, con sus señoriales fachadas aún en pie esperando por el futuro, carentes hoy de pintura y colorido pero dignas y orgullosas de su tradicional cosmopolitismo, su cubanía irrenunciable y su diversidad de estilos arquitectónicos que han hecho de la Capital cubana una ciudad única y trascendente.
Disfruto en estas circunstancias y coyunturas, plenamente de ese regreso mítico que les narro y otra vez puedo realizar mi acostumbrado tránsito ahora con el recuerdo de un México querido y acogedor, por las calles habaneras y sus aceras a veces hundidas otras emergidas que me obligan durante los horarios de tarde noche a caminar con alguna precaución, iluminado por luces amarillentas tenues y a veces apagadas que en los ámbitos de mi rincón de Centro Habana ofrecen a los transeúntes una penumbra muy especial que ya extrañaban mis ojos de impertérrito habanero.
Contrastes y similitudes colmaron mis primeras impresiones de improvisado viajero que regresaba a su espacio geográfico de origen, las que quiero testimoniarlas a mis lectores de POR ESTO! Creo importante hacerlo porque entre los yucatecos y los cubanos ancestralmente ha existido una muy arraigada hermandad e intercambios de familia que los viejos habaneros me contaban en sus relatos caseros cuando apenas era un niño, la que ha sido sellada en la guayabera criolla y yucateca de un mismo origen que usamos indistintamente como prenda caribeña e identitaria de ambos pueblos hermanados por la geografía, la historia, la cultura común y los ancestros hispánicos indistintamente mezclados en un enriquecedor mestizaje con mayas y africanos.
En Yucatán me encontré más que una península continental, la que verdaderamente lo es desde el punto de vista geográfico, a una verdadera isla política, económica y social de paz y desarrollo como parte de un gran país añorado y querido que hoy se desangra por causas de una incontenible violencia que cobra numerosas vidas de sus propios hijos a diario fuera de las fronteras estatales yucatecas. En Yucatán se distingue la tranquilidad, el silencio educado, la limpieza deslumbrante mantenida incluso con la más activa participación de sus ciudadanos además conscientes veladores de los grandes y únicos monumentos de un pasado y un presente maya pletórico de cultura, conocimientos y misterios. Vi también grandes y modernas universidades edificadas por un Estado que ha hecho una evidente apuesta por el desarrollo y el futuro. Allí vibré emotivamente como periodista de muchos años de profesión, revivido y estimulado por la cercanía interior y la presencia activa de un POR ESTO! inclaudicable que deja de lado a las amenazas y corrupciones que lo intentan silenciar, chantajear y ahogar para convertirse en voz alta y clara de un pueblo que se enfrenta a la adversidad, la traición y el odio con sus mejores tradiciones de lucha encarnadas por un Benito Juárez inmortal y benemérito por siempre de nuestra América que José Martí nos enseñara amar y defender.
Ese contraste radical de un Yucatán erguido y un periódico insurrecto por la paz, el amor, la dignidad y la soberanía me hizo sentirme orgulloso de ser un cubano latinoamericanista, de izquierda, cristiano, socialista, seguidor de Jesús de Nazaret, de José Martí y de Benito Juárez, a quienes admiro en lo más profundo de mi Ser Interior. Estoy muy orgulloso también de publicar con regularidad en las irreductibles páginas de POR ESTO! y de compartir luchas y anhelos con su digno director, mi amigo de muchos años, Mario Renato Menéndez Rodríguez, mexicano y cubano forjado en la sangre y la lucha por un mundo mejor.
En tanto que de nuevo en La Habana que suspira por un futuro luminoso y que se enfrenta a los bloqueos, las burocracias políticas, económicas y dogmáticas, me he encontrado con mi pueblo que resiste, trabaja y sobrevive anhelante de los cambios y de las reformas que se dilatan en el tiempo rezagándonos del futuro a que todos tenemos derecho.
En estas circunstancias, estimulado por la lucha y la verticalidad manifiesta durante la celebración mañanera del jueves 21 de marzo de 2013 en un multitudinario desayuno de aniversario, compartido con periodistas, trabajadores poligráficos, colaboradores de otros Estados que se han negado a mantener el silencio impuesto de lo que sucede en un México que sufre, así como de intelectuales cercanos, políticos locales y de diversos niveles de gobierno junto con amigos en general de POR ESTO! reunidos todos en el local sindical del Frente Único de Trabajadores del Volante FUTV, recojo el desafío de dignidad y valentía lanzado al ruedo por decirlo de algún modo comprensible, por el Director General de POR ESTO!, Mario Renato Menéndez Rodríguez, quien proclamó consignas de esperanza y de futuro con su Atrévanse a luchar; No hay peligro más grande que la cobardía; y entre otras más No hay peor crisis que la crisis del derrotado, de la desesperanza, del conformismo.
En mi regreso a La Habana que suspira, me animo más aún a reforzar mis análisis, mis crónicas cubanas y mis esfuerzos por el socialismo participativo y democrático, por la solidaridad, la reconciliación, el diálogo, la libertad de conciencia, de pensamiento y de expresión así como el amor a la vida, a la naturaleza y a la justicia social. Gracias Mario, gracias POR ESTO!, gracias compatriota Alicia Figueroa por tus desvelos en atendernos a todos en los más mínimos detalles, gracias compatriotas cubanos que me acompañaron en la delegación de Cuba, gracias Yucatán, gracias México, gracias a todas las personas de buena voluntad que no se dan por vencidas.
Así lo viví, así lo pienso y así lo testimonio, como siempre con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie. fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! el miércoles 27 de marzo del 2013.
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