ELIGIO DAMAS
En los momentos más difíciles de la lucha por la independencia, como los primeros días del año 1815, los guerreros de los llanos orientales, nunca bajaron la guardia ni pusieron cese a sus actividades y oposición a las fuerzas del imperio español.
Muchos de ellos, jamás abandonaron el territorio nacional, aunque anduviesen casi solos, escondidos en los barriales, riberas enmontadas de los ríos, golpeando al enemigo, volver a replegarse, hasta reponer fuerzas y reaparecer abiertamente y desafiantes en los campos de batalla.
Para ellos, Guayana fue siempre una obsesión. Mucho antes de ese año 1815, habían abrigado la idea de tomarla por saberla una retaguardia inexpugnable y un generoso reservorio de recursos. Cuando a finales de 1816, Manuel Piar, formado entre los guerreros orientales, formuló su proyecto de tomar Guayana, para el cual logró interesar al Libertador, después de las derrotas cruentas de Barcelona y Aragua de Barcelona y que hizo realidad para 1817, dándole espacio a la instalación del Congreso de Angostura, en verdad materializó un viejo sueño de los guerreros orientales.
Para dar un ejemplo sustentable de ese anhelo ancestral que se remonta a 1813, vamos a citar largamente un fragmento de Vicente Lecuna, “La guerra de independencia en los llanos”, inserto en el Boletín N° 21 de la Academia Nacional de la Historia, del 05-07-1923.
“En los primeros días de 1815, Monagas, Parejo y Sedeño lograron reunir numerosos bandos en los llanos de Barcelona y Maturín; más hallándose fuertemente defendidas estas posiciones por caudillos llaneros, pasaron a Guayana, considerándola mejor teatro para sus empresas. Monagas y Parejo se vieron obligados a repasar el Orinoco, pero Sedeño pudo mantenerse victorioso en el Distrito lejano de Caicara, y sirvió luego de enlace entre las partidas orientales de los jefes citados, los de Zaraza en los llanos de Casanare…..” “Todos estos caudillos sólo disponían de jinetes armados de picas o de lanzas y no contaban con más infantería que cuantos indios flecheros”. (Pág. 1019)
“Las lanzas de los llaneros tienen de doce a catorce pies de largo, y el asta de ellas la forma una vara gruesa y flexible, a cuya extremidad está la lengüeta. Los lanceros fijan las riendas encima de la rodilla, de forma que puedan guiar el caballo, y les queden las dos manos en libertad para manejar la lanza, y generalmente hieren a su enemigo con tal fuerza, con particularidad cuando van a galope, que lo levantan dos o tres pies encima de la silla.”(Pág. 1021).
Nota personal: Esta es una cita que hace Lecuna del general ingles Miller: “Memorias del General Miller. Edición Madrid, 1910. Tomo II.
Sigue Lecuna:
“Resueltos Monagas y sus compañeros, después de la batalla de Peñas Negras, a invadir la Guayana, marcharon sigilosamente con una columna escogida a sorprender el pueblo de Aragua de Barcelona, cuartel y base de los enemigos. Dos objetos se proponían con este movimiento atrevido: libertar a sus mujeres, aprisionadas por los españoles recientemente, junto con algunas señoras de la emigración (Se refiere a la Emigración a Oriente, desde Caracas en 1814) y distraer a Gorrín para que abandonase las márgenes del Orinoco. El asalto a la Villa de Aragua tuvo lugar el 14 de abril de 1815, y cuando los insurgentes celebraban el triunfo y el rescate de las mujeres, vieron en la puerta de la iglesia una proclama de Morales anunciando la llegada de 20.000 españoles al mando de Morillo. Lejos de desanimarse por esta noticia, y otras también desastrosas que allí supieron, cobraron nuevo aliento, y volvieron al sur a ejecutar su proyecto”. (Pág. 1025).
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Publicado por Eligio Damas para BLOG DE ELIGIO DAMAS el 2/05/2013 04:58:00 a.m.
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