lunes, 21 de enero de 2013

TELESUR APERTURA Y RETO

TeleSur apertura y reto


TeleSur, noticiero, conductor, Cuba, noticias
En la foto tomada directamente de la TV, el conductor del noticiero de TeleSur que abrió la transmisión en tiempo real a Cuba. Foto PS

Los cubanos opinan:
Alternativa a la captura ilegal de TV por satélite
Bueno empezar a competir
El verdadero ministerio (de cultura) está en la pantallita
Por Manuel Alberto Ramy
LA HABANA. Hoy, domingo 20, amanecí poniendo el Canal Educativo 2, por donde saldría la señal en directo del multinacional TeleSur. A las 8 en punto entró la identificación del canal y después el servicio informativo. No fui el único cubano que tomó el primer cafecito frente a la pantalla; millones de compatriotas hicieron igual. Los vecinos de mi barrio no fueron excepción y ellos son el primer pedacito de Cuba, el territorio y personas que tengo a mano para tomar el pulso. Dejé pasar horas para conocer las primeras impresiones, pero la primicia me vino de Olga, profesional ya jubilada.
“Me gusta. Es una alternativa a la televisión por satélite ilegal”, me dijo haciendo referencia a la cantidad de ciudadanos que, de manera indirecta y mediante servidores-distribuidores clandestinos, ven algunos de los canales de la TV extranjera en directo a un precio de 10 CUC mensuales por el servicio. O de otros, que más selectivos o con menos posibilidades de contar con un distribuidor o repetidor de programas en vivo, reciben lo que desean mediante la copia de memorias flash al precio de 1 CUC.
“Es bueno que empecemos a competir, bien lo de Telesur, pero deberíamos iniciar por nuestra propia televisión”, agrega Olga.
Mientras ella me argumenta pienso que está tocando puntos válidos: alternativa, pero no solo frente a la distribución ilegal de programas en la forma que sea –no hay muros que impidan las comunicaciones–, sino que se ha abierto un reto a la TV nacional, que cada vez y debido a su merma en la calidad facilita las otras opciones. Después de ver unas horas la programación, Olga me destaca el ritmo, el estilo más moderno, la flexibilidad en poner lo que dijo una persona y la respuesta de la otra –se refiere a cómo presentaron lo que dijo el destituido embajador de Panamá en la OEA, señor Cochez, y después mostrar una breve entrevista al embajador de Venezuela en ese organismo comentando el diferendo. “Nosotros –dice en referencia a nuestros noticieros– solo ponemos la respuesta de los nuestros, nos quedamos sin conocer lo que dijo el otro.”
Otro vecino, que la oye, es René, un alegre borrachín del barrio. “Sí, compadre”, dice, “si hay una bronca con alguien, nos enteramos del ‘c… de la tuya’, pero no de cuando nos mientan la madre ni por qué”.
Para la buena Josefina, también jubilada y amante de la pequeña pantalla, “es un cambio que anunciaron el otro día”, dice en referencia al programa en el que comparecieron directivos de la TV nacional anunciando modificaciones que, para muchos compatriotas, no quedaron claros. Me anoto en esa lista.
De esa comparecencia, cuando más, saqué la conclusión que se trata de ir dando un perfil definido a cada uno de los cinco canales de cobertura nacional y permutar algunos programas de un canal para otro acorde con lo anterior. Lo cual no discuto, pero a mi juicio no es lo esencial. Lo básico, le dije a Josefina, es la filosofía, el concepto sobre el que debe operar la TV y los cambios que en los mismos se realicen; los márgenes de autonomía con que cuenten los realizadores dentro del concepto primario de qué TV necesitamos y deseamos (pueblo y gobierno). Y eso no estuvo en la presentación de los directivos. Cambiar perfiles bajo el mismo concepto no resuelve el problema, y es un asunto que nos atañe a todos.
“¿Quién hace la cultura en Cuba: el ministerio o la TV?”, me preguntó mi amigo Guillermo –que no es mi vecino–, un revolucionario culto, agudo, abierto a novedades y transformaciones que ayuden al proyecto de actualización que vive el país para preservar el socialismo.
“El verdadero ministerio está en la pantallita”, dice, “ahí viene la información completa o incompleta, la promoción de valores y desvalores, la cultura y la incultura. ¿Se están transmitiendo informaciones como es debido? ¿Está el debate e intercambio de ideas que navegan en la red y en la calle por los propios cubanos?...Y cuando hablo de cultura no me refiero a poner música culta o ballet constantemente, sino a la cultura en su acepción más amplia”, precisa.
“Hay que deshacerse de esa cultura pop o light que parece imperar en nuestra TV y que muestra una predilección por el puro entretenimiento”, sentencia, “una especie de superficialidad institucionalizada que solo se rompe en unos pocos programas”.
Pienso que la presencia de TeleSur en nuestra oferta de televisión supera las fronteras propias del sector y entra a jugar, no solo como un factor de presión a la TV nacional para que mejore, se extienda a los medios en general, y entre de lleno en la discusión de la política general que deseamos. Incluso opino que puede actuar como un factor que incida en el balance y la búsqueda de consenso en las esferas oficiales y partidistas.
Mi amiga Emelia, psicóloga y estudiosa de los medios, me reafirma estos criterios pero, agrega, “que nadie piense que se trata solo de una forma de hacer, que cambiando estilos y formatos se llega a la verdad”. Le pregunto si no cree que la confrontación con TeleSur puede mejorar nuestros programas informativos y dice que sí, por supuesto, “aunque no se trata solo de cambiar el decorado y el vestuario. Es también el enfoque”.
Tiene razón Emelia. A veces hay entrevistas que por las preguntas y las respuestas parece que todas tienen un guión único. Solo hay que sustituir el nombre del entrevistado, el lugar de la entrevista y algunas palabras. Todas son iguales. Claro, la culpa también es de algunos entrevistados –artistas, gente de la calle, funcionarios, atletas– que también parecen tener un guión único de respuestas. Aunque también el periodista debe saber a quién entrevistar o desechar luego el material si no es bueno. Pero a veces se piensa que cuando no se tiene algo nuevo que decir, es suficiente repetir lugares comunes, incluyendo consignas –artísticas, populares, políticas o atléticas y ceñirse a un simplísimo esquema:
“¿Qué significa para usted este(a) ____________
Escoja usted la palabra adecuada para llenar la línea (premio, cumplimiento de los planes, logro, gira, selección).
“¿Tiene algo más qué decir en relación con este(a) ____________
Escoja usted la palabra adecuada para llenar la línea (premio, cumplimiento de los planes, logro, gira, selección).
“Este(a) (premio, cumplimiento de los planes, logro, gira, selección) no hubiera sido posible sin la ayuda de todos.
“Para el próximo año (el terreno, las condiciones objetivas y subjetivas, la temporada ciclónica) dirá(n) la última palabra”.
Sin lugar a dudas la aparición de TeleSur en la llamada parrilla de la TV nacional está siendo bien recibida. No niego que me sorprendió que fuese solamente de TeleSur, pues fuentes que merecen todo mi crédito me tenían al tanto de que el ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión), desde hace meses venía preparando la puesta de un canal puramente informativo con materiales de Telesur y con otros de factura nacional capaces de competir con las cadenas internacionales. Incluso, un conocido mío, ya había sido contactado para participar en programas destinados a debatir temas nacionales e internacionales. Pero, parece que el proyecto o bien ha sido desechado y Telesur fue la alternativa o bien el alcance del proyectado canal, que hasta director tenía o tiene, saldrá al aíre pero reducido a la provincia de La Habana, posibilidad que me comentan otras fuentes dignas de crédito. Veremos.
Me sumo a darle la bienvenida a TeleSur, que también es nuestro, y a disfrutar de su programación.
Progreso Semanal/ Weekly autoriza la reproducción total o parcial de los artículos de nuestros periodistas siempre y cuando se identifique

No hay comentarios:

Publicar un comentario