Nota: los invito a visitar mi página WEB http://www.cuba-spd.com/#
Enviado: Lunes 19 de noviembre de 2012 11:24
Asunto: Fw: CUANDO SE TRATA DEL PENSAMIENTO,
Cuando se trata del pensamiento
Félix Sautié Mederos.
Crónicas cubanas
En medio de la gran conmoción creada por el paso del ciclón Sandy a través del Oriente cubano y por las inundaciones producidas en las provincias centrales del país, lo que reflejé en mis dos últimas crónicas en Por Esto!, se han comenzado a realizar algunos debates, al respecto de nuestra profesión, entre los periodistas cubanos que trabajan en los medios oficiales con vistas a un próximo Congreso de la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba). Debo decir que en mis crónicas mencionadas también he significado este hecho, porque considero que pudiera ser muy importante si en definitiva se va al fondo de los problemas sin consideraciones preestablecidas ni limitaciones prohibitivas, que impidan que el pensamiento profundo pueda expresarse libremente. Incluso además, se tiene muy en cuenta, lo planteado por el Presidente Raúl Castro sobre la necesaria objetividad en nuestra prensa.
En un párrafo del Informe Central al 6to. Congreso del PCC en abril del 2011, expresó textualmente el Presidente Raúl Castro al respecto de la prensa en Cuba: “En este frente se requiere también dejar atrás definitivamente el hábito del triunfalismo, la estridencia y el formalismo al abordar la actualidad y generar materiales escritos y programas de radio y televisión, que por su contenido y estilo capturen la atención y estimulen el debate en la opinión publica, lo que supone elevar la profesionalidad y los conocimientos de nuestros periodistas, si bien es cierto que, a pesar de los acuerdos adoptados por el Partido sobre la política Informativa, en la mayoría de las veces ellos no cuentan con el acceso oportuno a la información ni el contacto frecuente con los cuadros y especialistas responsabilizados de las temáticas en cuestión. La suma de estos factores explica la difusión, en no pocas ocasiones, de materiales aburridos, improvisados y superficiales.” (Fin de la cita)
En mi anterior crónica titulada “El ciclón “Sandy”, el cambio de mentalidad y la información” (1), precisamente me referí a la importancia y la necesidad de dar testimonio en la prensa sobre los dolores y las angustias de las personas que sufrieron sus embates y consecuencias, sin el triunfalismo que solo prioriza y exalta lo que se hace oficialmente y que nos ubica más allá de los sentimientos que son como la sal que da sabor y la luz que iluminan a la vida, y que estimulan nuestro apego a la existencia.
En consecuencia me referiré pues, a una de las más importantes misiones de un periodista para con su pueblo: la de reflejar sus angustias y dolores más allá de cualquier otra consideración, así como ser objetivo en la expresión de la realidad en que estamos inmersos. José Martí, el Apóstol de nuestra independencia, se desempeñó indiscutiblemente como un brillante periodista y dijo que “No existe gobierno invulnerable: la prensa debe ser el examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan espacio a la libre emisión de las ideas” (2) “Libertad es el derecho que todo hombre tiene… a pensar y hablar sin hipocresía…” (3)
En este orden de pensamiento, ese concepto tan extendido en Cuba de ver enemigos por todas partes y de poner en práctica un secretismo pretendidamente defensivo, ha minado durante muchos años la posibilidad de lograr una información fresca y objetiva, así como a la expresión de las ideas para que éstas puedan debatirse en un ambiente de franqueza con vistas a promover el desarrollo de nuestra sociedad en su más amplia acepción. Estamos inmersos en un mundo intercomunicado en tiempo real, en el que cada día se hace posible que las personas puedan intercambiar sus pensamientos e ideas directamente sin intermediarios onerosos de ninguna índole. Es cierto que existen grandes intereses mediáticos que tratan de controlar la información y que escamotean muchas cosas. Pero eso no justifica para nada que se haga lo mismo en nombre de determinadas ideas y conceptos por muy justos que puedan ser; porque a la larga lo que se logra con ese pretendido control del pensamiento, es favorecer a las peores corrupciones escudadas tras el silencio mediático de la objetividad y la negación de que las personas puedan plantear abiertamente lo que piensan conforme a su conciencia y debatirlo con libertad de expresión. En tales circunstancias, cabría preguntarse que ¿con qué derecho válido se podría justificar la mediatización o el ocultamiento de la verdad objetiva por muy compleja y adversa que pudiera ser?; hacerlo es manifestar un desprecio por la inteligencia de las personas.
El pensamiento es voz del espíritu y el espíritu es como las nubes a las que alguien con sabiduría ancestral (4) expresó que no se le pueden poner rejas. El pensamiento es expresión de nuestra conciencia y se anida en nuestro ser interior. La conciencia y el ser interior solo pueden ser ahogados, limitados o manipulados cuando por voluntad propia los cedemos ante otros. Es por ello que cuando se trata de controlar al pensamiento se crean contradicciones insalvables que nunca podrían resolverse por alguna vía que no sea la del diálogo abierto, libre y profundo en el que las ideas, los conceptos y los pensamientos puedan ser analizados y debatidos con respeto mutuo. Es ahí donde la información objetiva y la prensa juegan un papel determinante. El problema al que nos enfrentamos al respecto y que debemos analizar los comunicadores y periodistas cubanos es en mi criterio muy personal: tomar en cuenta el legado que nos dejó José Martí e incluso lo que se ha planteado por el propio Presidente Raúl Castro de “generar materiales escritos y programas de radio y televisión, que por su contenido y estilo capturen la atención y estimulen el debate en la opinión publica” Así lo pienso y así lo expreso con mi mayor respeto por la opinión diferente. fsautie@yahoo.com
(1) (http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=204435
(2) Revista Universal de México, 29 de mayo de 1875, página 214.
(3) La Edad de Oro. Nueva York, 1889, Tres Héroes Tomo 18 página 304.
(4)Tomado y parafraseado de la Metáfora expresada sobre ponerle rejas a las nubes, por Álvaro García Lineras, vicepresidente de Bolivia al responder una interrogante sobre un posible control a Internet.
Publicado en Por Esto! el lunes 19 de noviembre del 2012.
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