AYUNO, HUELGA DE HAMBRE Y MOVILIZACIÓN SOCIAL
Por Angel Ortiz, Bogotá, Colombia *
En los últimos años, realizar huelgas de hambre en Cuba, individuales y colectivas, se ha convertido en un medio para que personas privadas de su libertad o no, llamen la atención acerca de su posición respecto a cómo ven la actualidad cubana y sus condiciones de vida. La prensa internacional ha recogido algunos de los casos, sin embargo, la reiteración de esta acción denota que estos ciudadanos cubanos sienten que no existe diálogo suficientemente amplio, como para canalizar constructivamente las diferencias y la diversidad de opiniones que genera cualquier sociedad y, en particular, el paradigma cubano.
La práctica de la huelga de hambre como método no violento de lucha, de personas que no encuentran otro camino para expresarse políticamente, no es nueva y, en ocasiones, dependiendo de los fundamentos ideológicos de esa persona, nace de una propuesta enmarcada en el desarrollo espiritual (ayuno) y otras, desprovista de tal orientación (huelga de hambre). En cualquier caso, hablamos de la decisión voluntaria de renunciar a tomar alimentos por horas, días o semanas.
La mayoría de las religiones tienen el ayuno como uno de los instrumentos que hacen posible el desarrollo de las fuerzas espirituales del ser humano. El hinduismo, por ejemplo, va más allá de la acción de no ingerir alimentos, para decir que el buscador de la Verdad también debe sustraerse de comer o beber “el alimento equivocado”, categoría en la que incluyen el alcohol, el tabaco y los estupefacientes, pues el objetivo es no ingerir nada que obstaculice el buen uso de las facultades humanas para el beneficio del desarrollo del individuo y la comunidad.
En el mes de Ramadán, los musulmanes no sólo se privan de comer y beber, sino que es imprescindible permanecer lejos de los actos que puedan provocar ruptura de la armonía que nace en el día de ayuno. Su práctica debe contribuir a que la persona se guarde de los insultos a otros y la mentira, por lo que no deben realizarse actividades ilícitas, ni buscar defectos en el prójimo, pero tampoco los oídos deben escuchar murmuraciones ni calumnias.
El Nyung-nge budista se realiza en aislamiento y silencio, con absoluta concentración. El objetivo es purificar la mente, para desarrollar amor y compasión hacia los seres que sufren, es decir, el efecto del ayuno de una persona beneficia a toda la naturaleza, que mantiene relaciones con esa persona.
El ayuno judío, el Yom Kippur, es el preámbulo para celebrar el arrepentimiento, el perdón y la reconciliación. Es conocido como el Día del Perdón, el fundamento del cristianismo, cuyo origen está en los 40 días de ayuno de Jesús, a su vez líder de un movimiento que conformó la cultura occidental.
El ayuno, sea practicado desde una u otra religión, tiene dos aliados, la oración y la meditación. Fortalece la comunicación con lo divino, para que la comunicación horizontal con desconocidos, amigos y enemigos, pueda ser fluida, sana y constructora de puentes de entendimiento en medio del conflicto, la incomprensión y la hipocresía. El ayuno no busca la muerte del que lo realiza. Su propósito es el respeto a la vida, pero moviliza hacia la acción social efectiva. La experiencia de Mahatma Gandhi, quien recurrió a la huelga de hambre desde la espiritualidad, no sólo aportó para entender el hinduismo como fuerza política movilizadora, sino también para plantear la búsqueda de reivindicaciones sociales, políticas y económicas con métodos de no violentos. La “propuesta Gandhi” demostró que es posible revolucionar lo impensable, la descolonización de la India, a partir de la espiritualidad. Pero, la base de su pensamiento radica en lo que denominó la "fuerza de la verdad". Es esa fuerza la que da resistencia y vigor a la acción no violenta emprendida.
Cuando los jóvenes cristianos, de tradición católica, presos políticos, miembros del Ejército Republicano Irlandés (IRA), no tuvieron otra opción que la huelga de hambre colectiva de 1981, lo hicieron reconociéndola como una herramienta de lucha no violenta, para reivindicar el derecho que le negaban las autoridades británicas.
Como en el caso de la India, la acción colectiva de 1981 de los irlandeses produjo una gran conmoción social, sin armas ni violencia. La solidaridad local e internacional, incluida la izquierda política y todas las derechas, se originó no sólo por el reconocimiento del coraje de los huelguistas, sino por el contenido de sus pronunciamientos. Gerry Adams, quien apoyo en la interpretación internacional a los huelguistas y es parlamentario por Belfast Oeste, consideró que aquella huelga era comparable al gesto de Rosa Parks, la mujer negra que se negó a sentarse detrás en un autobús y que encendió la mecha de lo que fue el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.
Tanto el ayuno, cuya motivación es espiritual, como la huelga de hambre, pueden llegar a movilizar a las sociedades más inertes. En Cuba, si esa acción se hace desde la “fuerza de la verdad”, motivará a simpatizantes o no de la acción a pensar en las razones que llevan a ciudadanos sujetos de derechos a decir “es necesario que hablemos de renovación” y nos movilicemos hacia nuevas vías de comunicación no violentas, para solucionar los problemas del país, más allá de la retórica frase “rectificación de errores y tendencias negativas”.
*Para APIC Alternativa La Decana, 29 de septiembre, del 2012
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