lunes, 2 de julio de 2012

USA EL SISTEMA DE SALUD Y LA CORTE SUPREMA

  USA el Sistema de Salud y la Corte Suprema
                                 Por Lorenzo Gonzalo, 28 de junio del 2012
Hoy Jueves, 28 de junio, ha sido un día decisivo para la Salud de los ciudadanos de Los Estados Unidos de América y también un gran día en cuanto a justicia se refiere.
El país tiene alrededor de 50 millones de personas sin seguro médico. Esta cifra es un aproximado que más bien está dado por estadísticas de instituciones inclinadas a la existencia de una ley de salud. No obstante esta parcialidad, no parece estar lejos de la cifra real. Con el reconocimiento de la Constitucionalidad del Seguro de Salud que fue aprobado en el año 2010, estas personas podrán poseer cobertura médica.
Desgraciadamente, el país insignia a la hora de referenciar la esencia de un Estado Capitalista, se comporta en política, como arrastrado sobre un oleaje de criterios que están dados por las concepciones individualistas, asentadas en la genética social durante más de dos siglos de consignas relacionadas a los supuestos beneficios de la labor personal, por encima de cualquier consideración comunitaria. Esa conducta afirma su esencia, pero en general perjudica a millones de seres humanos.
La Ley de Seguro Médico aprobada durante el mandato de Obama representa para el país uno de sus mayores logros sociales desde época de Franklyn D. Roosevelt. Constituye además un tema que se debate desde los años de aquella Presidencia y que Presidentes como Nixon y Bill Clinton intentaron retomar.
Para sobresalto y sorpresa de quienes no están instruidos de los mecanismos que rigen en Los Estados Unidos de América, no bastó la aprobación del Congreso y fue puesta en dudas por los 9 Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, un organismo que en gran medida, brinda el “mantra” sobre aquellos aspectos vinculados a las concepciones individualistas que rigen en el medio. Son ellos los cancerberos de la individualidad, los garantes del sistema, los elegidos para garantizar que el mecanismo esencial de la superestructura política, marche por el sendero de siempre.
Estaría de más explicar que una Ley de Salud que garantice cuidado médico a cada ciudadano, asegurando al propio tiempo que su bienestar personal no se perjudique en términos económicos, no entorpecería para nada la continuidad del sistema. Las enfermedades son imponderables que no pueden ser controladas por decisión de la persona afectada, excepto su atención preventiva. No obstante esta experiencia, que proviene de la práctica de otras naciones que tienen los mismos objetivos económicos que la estadounidense, ha resultado difícil de aplicar en este país.
Esto sucede por la presencia de los elementos doctrinarios que tanto mencionamos y que la humanidad ha ido codificando en su genética desde sus mismos orígenes. Como manera contrastante, tal y como sucede en muchos otros aspectos, en Los Estados Unidos de América esto se manifiesta de manera más brutal. Cuando aparece una nota disonante, respecto a los criterios ideológicos que rigen la política de Estado, se revuelven las hormonas de este monstruo y los tentáculos corporativos se agitan. Es un espacio donde el Poder no autoriza incursionar.
Quizás la dirigencias bolchevique, en el primer Estado diferente que la humanidad pretendió crear, intuyó la necesidad de establecer un método para asegurar la hoja de ruta de las concepciones defendidas, creando en consecuencia una maquinaria que bautizó con el equívoco nombre de  Partido y cuya función, aunque con grandes diferencias respecto a la Corte Suprema de Justicia estadounidense, es muy parecida en algunos de sus aspectos generales, teniendo a su cargo establecer los “mantras” para la conducción y administración del “Estado y la Sociedad Socialista”.
La Ley de Salud aprobada en el primer cuarto del año 2010, no es una panacea ni un icono de ejemplo, pero al menos en ese sentido protege de aspectos relegados hasta hoy, por la legislatura del país económicamente más poderoso del mundo.
Queremos hacer la siguiente aclaración: el poderío estadounidense no es solamente poseer el mayor PIB del mundo, sino que tiene fuertes bases en el disfrute de comodidades y facilidades de acción personal para sus ciudadanos, con acceso además a una alimentación variada que es, sin duda alguna, de carácter mayoritario. Cualquier país que lo sobrepase en el PIB tendrá que lidiar por alcanzar esos estándares por decenas de años y acaso por más de un siglo.
Entre las ventajas de la Ley de Salud aprobada en el año 2010, están contemplados derechos tales como tener seguro sin importar ninguna condición previa de salud, que las mujeres paguen iguales primas que los hombres, la prohibición de expulsar de un seguro a una persona enferma y que estos no puedan establecer un tiempo límite para la cobertura médica, con lo cual alguien que padezca una enfermedad excepcionalmente costosa tendría un tope en los gastos que lo dejaría a su deriva a partir de ese punto. Estas son algunas de las ventajas.
No es nada extraordinario, pero es un enorme adelanto para los estándares existentes hasta hoy. La otra cuestión, aquella que obliga a poseer seguro médico a todo ciudadano y que las empresas faciliten cobertura médica a sus empleados, aunque adolece del defecto de universalizar por medio de empresas privadas y no sociales. Su aprobación definitiva, aunque las gestiones en contra y la propaganda sucia inundará los tabloides a partir de ahora, constituye un adelanto y deja puertas abiertas para reformas eventuales.
La Corte Suprema de Justicia conciente de la mala reputación adquirida por sus posiciones partidistas ha fallado hoy a favor de considerar constitucional la Ley llamada Affordable Care Act, que traducido al español sería Ley de Bajo Costo en el Cuidado de Salud.
La noción del público respecto a la Corte Suprema se ha ido transformando en rechazo, debido a las diversas y controvertidas materias en las cuales ha fallado en las últimas décadas, las cuales por razones también partidarias o ideológicas no son aceptadas universalmente.
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Que un organismo exista en función de garantizar un balance entre el poder Ejecutivo y el Legislativo es algo fundamental que ayuda a evitar excesos en la administración y conducción de las políticas de Estado y sobre todo a evitar el liderazgo personal, pero que interfiera en las decisiones y acuerdos de gobierno (la legislación es un acuerdo de gobierno) por razones partidistas, imbuidas de creencias personales y estereotipos, es agregar más inconvenientes a la solución de las problemáticas sociales.
El derecho a la Salud no debía ser ni siquiera discutido. No importa cuanto puedan opinar al respecto 9 personas criadas en creencias personales y cuyas vocaciones sociales son vistas con un lente de opiniones dimanadas de la fe o de viejas tradiciones que se contradicen en la actualidad con las realidades. La Salud del ciudadano debe ser defendida por encima de toda creencia personal.
Las riquezas sociales siempre podrán hacerle frente a tan importante asunto, así como también el Estado debe velar porque los procedimientos al uso no tengan objetivos comerciales.
Esta es la otra cuestión que está al centro del debate referente a un Seguro Universal de Salud, lo cual traducido al lenguaje corporativo podemos sintetizarlo diciendo: hay que velar que el enriquecimiento de las compañías aseguradoras esté circunscrito exclusivamente al objetivo de curar a los enfermos y no recurriendo a procedimiento extras que encarecen la gestión, son injustamente pagados por los usuarios y no contribuyen a mejores resultados.
Nos alegramos por la decisión tomada por un organismo, cuya credibilidad cada día es puesta en tela de juicio y cuyo cuestionamiento continuará en aumento, en la medida que las personas se han visto obligadas a prestar más atención al funcionamiento de las instituciones que las rigen y que muchas veces deciden en asunto que muchas veces son la diferencia entre la vida y la muerte.

1 comentario:

  1. Entiendo que cualquiera sea el sistema político, quienes decidan(o no tengan otra opción)de pertenecer a un país, deben hacerse cargo de las necesidades mínimas para una convivencia justa. Defender la patria en caso de agresión, contribuir a la salud general, al bienestar en sentido amplio (educación, seguridad),etc.,son propios de las obligaciones ciudadanas. La salud, como dice el artículo, a veces, es la diferencia entre la vida y la muerte. Se puede mirar para otro lado? Pienso...

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