lunes, 16 de julio de 2012

SPD - 108


    

 
SPD-108
No. 108 (30/año 4). La Habana, 16-julio/2012
“Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”.
Art. 53 de la Constitución
Boletín por un socialismo más participativo y democrático.
Artículos, notas, reseñas, publicaciones de interés.
Los autores son los responsables de sus escritos.
Reenvíe este boletín a todos los que estime conveniente.
Se autoriza la reproducción total o parcial en cualquier soporte.
Recopilación de Pedro Campos. CE perucho1949@yahoo.es
Se agradece críticas, comentarios, sugerencias y opiniones sobre forma/contenido
El boletín SPD se puede encontrar en el sitio www.cuba-spd.com
ÍNDICE
Nota del SPD sobre la presencia del cólera en Cuba
En una cuartilla de tierra: La prensa está para informar no para manipular
Cuba combate el cólera en silencio
Por Fernando Ravsberg
Generalizaciones improcedentes ponen en tela de juicio honradez del cooperativismo
Por Radulfo Páez
El aumento de los precios y sus causas reales
Por Pedro Campos
                                                                    Cuando se tira de la soga
                                                                                                        Por Félix Sautié Mederos
 
 
CONTENIDO
Nota del SPD sobre la presencia del cólera en Cuba
La información, que venia corriendo hace días por cables internacionales e Internet, ha sido ahora confirmada oficialmente por el gobierno cubano: tenemos cólera en Cuba. Según la información oficial el nivel alcanzado por la enfermedad no es alarmante, está bajo control, se han tomado todas las medidas necesarias para evitar su propagación y existen los medicamentos para enfrentar la situación.
Esperamos que las informaciones sobre la evolución de la enfermedad se den a conocer oportunamente y la población pueda tomar a tiempo, las medidas necesarias.
No debe escapar a las autoridades que en muchas calles de Centro Habana y la Habana Vieja, municipios con alta densidad de población, abunda la basura sin recoger, así como los basureros improvisados a causa de los problemas del aparato de “Comunales” para enfrentar esta situación. Estamos en verano, hay mucho calor y lluvias. La unión de estos factores puede crear un caldo de cultivo propicio para la propagación de enfermedades virales. Urge tomar medidas sanitarias en esta dirección.
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En una cuartilla de tierra: La prensa está para informar no para manipular
El periódico Granma en su edición de hoy sábado 14 de junio, pone en su primera plana un titular sin más detalles: “Información del Ministerio de Salud Pública” con un 2 minúsculo debajo para indicar que el texto está en la segunda página del diario.
A continuación, en la primera página, aparece un amplio titular: “Florida sufre una epidemia de tuberculosis y el gobernador cierra el hospital donde se trata”, con todo el texto de la noticia, ocupando cerca de una cuarta parte de toda la primera plana, donde se informa de una epidemia en EEUU con 99 casos detectados y 13 muertos.
Cuando se va a la segunda página a buscar el texto de la nota, ésta informa oficialmente la existencia de un brote de cólera en Cuba con 158 infectados y 3 muertes. Anteriormente se había informado de 85 infectados con el virus “vibrio cholerae”, que solo los especialistas saben a qué se refiere, sin mencionar la enfermedad por su nombre conocido popularmente. De entonces a la fecha hay un incremento de 73 casos.
La información de Granma, parece así más dirigida a desviar la atención de sus lectores hacia la epidemia de tuberculosis en la Florida que a informar al pueblo cubano sobre la existencia del cólera en Cuba.
No se dan cuenta los que dirigen ese periódico y su línea editorial que esta burda forma de manipulación de la información solo sirve para poner en entredicho la veracidad de la nota sobre el cólera en Cuba y cuestionarse toda su intención de minimizar el fenómeno y circunscribirlo a Manzanillo.
El órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, parece haber olvidado que hace tiempo ya no es la única fuente de información de los cubanos. Otras fuentes dan otros datos distintos al de Granma, y hablan de la presencia del cólera en otras regiones.
Ante la escueta nota de Granma, la ubicación de su texto en la segunda página y su evidente intención manipuladora, las otras informaciones, que pudieran ser falsas, cobran credibilidad.
Granma debería tener más cuidado con estos temas tan sensibles y tener presente que el pueblo cubano hace mucho tiempo aprendió a leer entrelineas.
Estas cosas ocurren cuando el objetivo principal no es informar sino desviar la atención de la opinión pública hacia otro tema, forma de manipulación, que tanto se ha criticado a toda la prensa burguesa de occidente.
Ojalá este comentario ayude en algo a la prensa partidista.
La Habana, 14 de julio de 2012
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Cuba combate el cólera en silencio
Por Fernando Ravsberg
La Habana, Martes, 10 de julio de 2012
Miles de médicos cubanos han trabajado en una campaña contra el cólera en Haití.
El brote de cólera que afecta a la ciudad de Manzanillo, en el oriente de Cuba, se mantiene bajo estrictas campañas sanitarias para evitar que se propague al resto de la isla y se convierta en un problema nacional.
La última epidemia de la enfermedad en la isla se remonta a fines del Siglo XIX.
Mientras tanto, la información a la población se limita a un escueto comunicado en el que incluso evitan mencionar la palabra "cólera", pero se reconocen 85 casos positivos y 3 muertos, haciendo énfasis en que eran ancianos aquejados de otras dolencias.
Las especulaciones en torno a cómo llegó la enfermedad son variadas. Se informa de pozos contaminados pero especialistas apuntan también a los miles de cooperantes médicos que formaron parte de las brigadas enviadas a Haití a combatir la epidemia en ese país.
Las autoridades de salud aseguran que el cólera está controlado y los especialistas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dicen no tener noticias de casos fuera de Manzanillo.
Médicos de Bayamo, ciudad ubicada a solo 100 km del lugar donde se originó el brote aseguraron a BBC Mundo que no hay enfermos de cólera reportados en esa población.
Las claves del silencio
Críticas desde EE.UU.
La congresista estadounidense Ileana Ros-Lehtinen denunció el pasado lunes que el gobierno de Cuba se niega a reconocer que el cólera está propagándose por la isla para evitar ahuyentar a los turistas y seguir percibiendo las divisas que aportan al país.

"En cualquier otro país, funcionarios de salud pública hubieran emitido advertencias y alertado a la población del creciente peligro para la salud, pero en la Cuba totalitaria, el régimen mantiene a los cubanos y al mundo en la oscuridad", dijo en un comunicado la congresista republicana, de origen cubano.

Según ella, la falta de información oficial obedece a que la "economía en bancarrota de Castro no puede permitirse el asustar a los turistas y el dinero que traen".
Mientras la información oficial indica que "han sido identificados diferentes gérmenes, precisándose el diagnóstico del Vibrio Cholerae" en 85 de ellos, los críticos al gobierno se preguntan por qué la información de la enfermedad se conoce a cuentagotas.
No es la primera vez que se limitan los detalles con respecto a un brote. En los años 90, el entonces vicepresidente Carlos Lage confesó a varios periodistas que había sido él personalmente quien ordenó que no se brindara información sobre una epidemia de dengue en la zona oriental de Cuba.
El gobierno teme que se genere una campaña mediática internacional que afecte el turismo, uno de los sectores claves de la economía cubana.
Sin embargo, lo cierto es que siempre el silencio oficial ha servido para desatar los más oscuros rumores.
Por lo pronto, México y Alemania emitieron una alerta a sus ciudadanos aunque el comunicado del país europeo matiza que el peligro de contagio del cólera para quienes visiten Cuba es muy bajo, si evitan tener contacto cercano con los enfermos en hospitales de la región.
La campaña sanitaria
La salud pública cubana tiene la potestad de conformar y movilizar brigadas epidemiológicas.
Mientras tanto, en Manzanillo sigue el combate a la enfermedad. Varios vecinos dijeron a BBC Mundo que se mantiene un cordón sanitario para evitar la difusión del brote, aunque está abierta la salida y entrada de la ciudad. En los hospitales tienen prioridad absoluta las personas con los síntomas.
Un comunicado de salud pública aseguró que este brote de cólera "está controlado y su tendencia es a la reducción de casos, como resultado de las medidas higiénico-sanitarias y antiepidémicas que se están ejecutando" en la ciudad.
Las brigadas hacen muestreo de pozos y del abasto de agua clorada, suprimen salideros, limpian fosas y las higienizan. También se prohibió a los trabajadores autónomos vender líquidos y los médicos afirman tener "los recursos necesarios para la adecuada atención de los pacientes".
El asesor de la OPS en Cuba, Jorge Hadad, dijo a BBC Mundo que La Habana no ha solicitado asistencia para combatir la enfermedad y agregó que a su juicio el país "tiene la formación técnica, la experiencia y los recursos para combatirlo".
Según el especialista, el cólera podría haber llegado "desde Haití, República Dominicana o África, lugares desde donde hay gran trasiego de viajeros". Sin embargo, afirma que es necesario estudiar cómo se contaminaron entonces las fuentes de agua.
El poder de la Salud Pública
Pero el país cuenta con la capacidad de la salud pública cubana para responder ante casos de emergencia que es reconocida en Cuba y en el extranjero. Sus brigadas médicas han logrado controlar desde epidemias de dengue en la isla hasta el cólera en países tan complejos como Haití.
Además cuentan con los recursos de un Estado que es dueño de casi todo.
Pueden utilizar el transporte público, las máquinas y herramientas de cualquier empresa, los locales de las instituciones y paralizar centros de trabajo para formar brigadas sanitarias con sus empleados.
La eficiencia y experiencia de la Salud Publica cubana en situaciones de emergencia y los recursos a su disposición son la explicación por la que no hay más problemas de salud en la isla a pesar de las difíciles condiciones sanitarias que existen.
Sin embargo, en el país hay problemas con la recogida de la basura, las filtraciones en los acueductos que contaminan el agua potable y por doquier hay cloacas con salideros.
Todo esto multiplicado por un clima tropical y húmedo, que es un excelente caldo de cultivo para microorganismos.
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Generalizaciones improcedentes ponen en tela de juicio honradez del cooperativismo
Por Radulfo Páez
En articulo publicado por el periódico Granma, el 21 de junio-2012, titulado “Terapias contra el descontrol”, bajo la firma de Lisandra Fariñas Acosta, se señala: “El robo de nóminas al falsearse su monto total contra el efectivo extraído del banco y el desvío de recursos de la agricultura, a partir de frecuentes negocios de las administraciones con cooperativas de fuera y dentro de la provincia, o robo de recursos materiales, fueron los principales delitos identificados. Lógicamente, con los responsables de cada una de estas ilegalidades se tomaron las medidas pertinentes”.
Según el artículo las ilegalidades en el servicio de salud en mas de 15 unidades de la capital cubana, ocasionadas por 223 y 117 delitos en los años 2007 y 2008 respectivamente, provocaron una perdida total ascendente a 14,5 millones de pesos.
Llama la atención que no se precisa qué administraciones fueron las comisoras de los hechos, ni qué cooperativas o tipo de ellas fueron las encausadas. Es incuestionable que la información pone en tela de juicio o duda, no solo a cualquier administración de la salud por la generalización que se hace de la culpabilidad, sino que también cuestiona sin especificar a todas las formas cooperativas que existen, que como se sabe son tres: Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA), Unidades Básicas de Producción Cooperativas (UBPC) y las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
No se dice de qué tipo eran las cooperativas involucradas en los delitos.
Por otra lado llama la atención que se hable de ilegalidades cometidas en el 2007 y en el 2008, por entidades “cooperativas”, que todos sabemos están intervenidas prácticamente por es sistema agrícola estatal, precisamente en los momentos en que en esta etapa de la actualización del modelo económico cubano, se trabaja en una ley general de cooperativas, la cual debe estar relacionada con los lineamientos del 25 al 29 para las cooperativas de 1ro y 2do Grados, aprobadas por el VI Congreso del PCC, según se publicó en un tabloide del 1ro de Noviembre de 2010.
Las CPA y las CCS se rigen por la ley 95 del 2002, cuyo ordenamiento legal hace difícil que estas puedan cometer los delitos mencionados, porque sus actividades se discuten democráticamente en asambleas generales con todos los cooperativistas. Incluso en el caso de la CPA se determina que parte de las utilidades obtenidas le corresponde a cada cooperativista. Los actos ilegales le pueden traer como consecuencia hasta la desintegración de las cooperativas que pueden aplicarse por las autoridades competentes.
Dadas las circunstancias de la UBPC, también es difícil pensar su probable responsabilidad, porque son las empresas agrícolas estatales las que controlan y gerencia todavía sus actividades. Esta forma organizativa es la que mas extensión de tierras ocupa en el país y están bajo la vigilancia estatal según establece la ley 142/93 y el acuerdo 2708 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
El fraccionamiento jurídico de las cooperativas en Cuba nos indica la conveniencia de elaborar y aprobar una ley general de cooperativas y un reglamento general único que mejore el sistema de cooperativas en el país y prevea la forma de impedir hechos tan bochornosos como el detectado por la periodista que con razón expresa: prevenir es la única garantía para preservar.
Me parece que no es conveniente para el cooperativismo en nuestro país que se pueda pensar por los lectores o diputados y los que laboran las leyes que las formas de producción cooperativa por ellas mismas puedan inducir a las ilegalidades a las administraciones oficiales, sean de la Salud u otro sector, como se sugiere en el articulo mencionado y que estas puedan inducir a las administraciones oficiales a cometer violaciones en cualquier sector de la economía.
En el sistema cooperativo se limitarían las ilegalidades y hechos dañinos a la economía que están ordenadas según la ley, lo cual deberá ser legislado y aprobado para beneficio del país y los trabajadores, a través del aumento de la producción en todos los sectores que se corporativicen.
Ya en el mundo existen 4 mi millones de personas vinculadas directa o indirectamente a estas formas de producción y servicios según Roberto Rodríguez ex ministro de agricultura del Brasil, quien añadió que el cooperativismo es el mejor aliado de los gobierno democráticos para la paz y es uno e los movimiento s sociales más grandes del planeta.
También según Granma del sábado 14 de julio, “las cooperativas tienen un papel clave que desempeñar en e logro de un futuro sin hambre”, según declaró el Representantes para América Latina de la FAO, Raúl Benítez.
Según la ACI, Alianza Cooperativa Internacional, en Europa Occidental, la inmensa mayoría de los productores agrícolas están organizados en cooperativas y controlan más de la mitad del mercado de productos agrícolas. De hecho las cooperativas en Finlandia producen el 96 % de los lácteos, el 50 % de los huevos, el 34 % de los productos forestales. En Francia controlan más del 40 % de la producción de alimentos agrícolas y no agrícolas. En Uruguay producen el 90 % de la leche y el 30 % del trigo y miles de familias agrupadas en más de 100 cooperativas han logrado construir más de 14 mil viviendas, a pesar de haber perdido más de 15 años durante la dictadura militar. Uno de cada tres trabajadores canadienses, es cooperativista. (Ver Cooperativas y Socialismo, Editorial Caminos, La Habana 2011)
Finalmente hay que decir que estos 4 mil millones de personas en el mundo serian nuestros aliados naturales si en Cuba desarrollamos el cooperativismo ejemplarmente.
La Habana, julio de 2012.
Año Internacional de las cooperativas.
Nota del SPD: sería muy lamentable que Granma no publique este artículo.
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El aumento de los precios y sus causas reales
Hay aumento de precios porque el estado dueño de los medios de producción y del mercado, necesita más dinero para el funcionamiento de sus empresas mercantiles y su burocracia
Por Pedro Campos
Resumen: Sean monetaristas, librecambistas, liberales, keynesianos o sus variantes neos, los economistas burgueses buscan la explicación de la inflación fuera de las relaciones de producción y de las leyes económicas afines identificadas por Carlos Marx y otros. Para escapar al análisis de las relaciones de producción y específicamente a las relaciones entre el capital y el trabajo, usan categorías como la “macro-economía” que engloba fenómenos generales del mercado. Pero estos no son más que manifestaciones numéricas de las contradicciones, que no aborda y esconde, entre capitalistas y obreros. Ninguna escuela burguesa de pensamiento económico, lógicamente, se detiene en las relaciones de producción, que caracterizan las economías modernas, para evaluar el alza de los precios -no les conviene-, y ninguna se refiere, tampoco, a la ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia descubierta por Marx, en las economías que funcionan sobre la base de la explotación del trabajo asalariado, la gran generadora de superproducción, inflación, estancamiento, decrecimiento y demás manifestaciones de crisis en el sistema capitalista. Según esta ley los dueños de capital están obligados cada vez más a invertir en maquinarias, medios de producción y materias primas (capital constante), para poder mantenerse en la competencia ínter capitalista que se arrecia por los avances de la Ciencia y la Técnica. Este aumento de la inversión en medios y tecnología se refleja en los precios de los productos y deja menos dinero para pagar la mano de obra (capital variable), cada vez más especializada y por tanto también, cada vez más cara. Los economistas burgueses no reconocen este problema, no se detienen en que el capital, por el ánimo de lucro, no pague dinero suficiente a los trabajadores para que los artículos que producen puedan ser comprados. Ellos confían todo al mercado, un dios encargado de reproducir los panes y los peces de la nada, de generar capacidad adquisitiva desde la nada. “El mercado se encarga de poner a cada uno en su lugar”, dicen. Pero la verdad es que el aumento sistemático de los precios, que el capitalista evalúa sobre todo como consecuencia de la Ley de oferta y demanda en la esfera del consumo, tiene su base en el sostenido aumento del costo de producción a consecuencia del inevitable incremento de la inversión en capital constante que demanda la esencia reproductiva del sistema. En Cuba, el gobierno de Raúl Castro h introducido medidas parecidas a las que se aplican en las economías capitalistas modernas para tratar de paliar la crisis económica del estado cubano, que no es de superproducción por exceso de productos, sino de sub-producción, donde lo mismo encontramos estancamiento que inflación, la llamada “estanflación”, crisis que aquí se achaca a la holgazanería de los trabajadores, a la corrupción bastante generalizada y a los altos precios de los alimentos, las materias primas y las máquinas en el mercado mundial, que el estado se ve obligado comprar por falta de producción interna. No ha admitido nunca el gobierno-partido, ni fue capaz de aceptar en el VI Congreso del PCC, que las causas de la crisis cubana estaban en el sistema estatal asalariado, en verdad un capitalismo monopolista de estado, sometido a las mismas leyes generales del capitalismo, solo que aquí acentuadas y más visibles por el control absoluto del estado sobre el capital, el trabajo, el mercado y la economía en general. Con un solo capitalista que controla todo, es más difícil encubrir el desastre y sus causas sistémicas. El capitalismo monopolista, “socialista”, también necesita cada vez más dinero para invertir en medios de producción y materias primas a fin de mantener su nivel competitivo internacional en algunos renglones como el turismo y la biotecnología y además precisa de grandes cantidades de dinero para sostener su súper aparato burocrático, militar y de seguridad, al tiempo que cada vez paga menos salarios (reales) a sus trabajadores, por lo cual el estímulo a la producción está en el piso. Hay aumento de precios porque el estado dueño de los medios de producción y del mercado, necesita más dinero para el funcionamiento de sus empresas mercantiles y su burocracia. Y no hay aumento de la producción porque no se cambia la forma de pago, se mantienen los salarios, y se destina poca parte de las utilidades a pagar a los trabajadores, y por tanto, no hay estímulo. Ya hemos planteado la solución: realizar un cambio paulatino en las relaciones de producción. Avanzar del estatismo asalariado a formas superiores de producción de tipo cooperativo auto y co-gestionaria, donde se repartan equitativamente parte de las utilidades entre los productores directos, sin eliminar el espacio que todavía podrían tener otras formas de producción, en un marco de libre intercambio con regulaciones anti monopólicas, y el menor estado posible. No la inventó ningún cubano: la explicaron Marx y muchos otros hace más de siglo y medio. El camino se rectifica o el abismo avizorado por Raúl, se seguirá acercando. Y no por falta de teoría socialista y de consejos desde el seno revolucionario.
Artículo completo
Todas las doctrinas económicas burguesas abordan el problema de la inflación a partir de la relación entre la masa monetaria, su capacidad de compra y la cantidad de productos en el mercado. Todas, en fin, buscan las causas del fenómeno en la esfera de la distribución, el intercambio, la moneda o la circulación.
Sean monetaristas, librecambistas, liberales, keynesianos o sus variantes neos, buscan la explicación fuera de las relaciones de producción y de las leyes económicas afines, identificadas por Carlos Marx y otros.
Para escapar al análisis de las relaciones de producción y específicamente a las relaciones entre el capital y el trabajo, se escudan en el estudio de la “macro-economía” que engloba fenómenos generales del mercado como niveles de productos, dinero lanzado a la circulación, depósitos en los bancos, tipos de cambio, movimientos en las bolsas de valores y otros.
Pero estos no son más que manifestaciones numéricas de las contradicciones, que no aborda, en las relaciones de propiedad, jerarquía, distribución y consumo que se establecen entre los capitalistas y sus trabajadores asalariados.
Ninguna escuela burguesa de pensamiento económico, lógicamente, se detiene en las relaciones de producción, que caracterizan las economías modernas, para evaluar el alza de los precios -no les conviene-, y ninguna se refiere, tampoco, a la ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia descubierta por Marx, en las economías que funcionan sobre la base de la explotación del trabajo asalariado. Es esa economía, la gran generadora de superproducción, inflación, estancamiento, decrecimiento y demás manifestaciones de crisis en el sistema capitalista.
Según esta ley (1), los dueños de capital están obligados a invertir cada vez más en maquinarias, medios de producción y materias primas (capital constante), para poder mantenerse en la competencia ínter capitalista que se arrecia por los avances de la Ciencia y la Técnica.
Este aumento de la inversión en medios y tecnología, desde luego, se refleja en el aumento de los precios de los productos y, también deja menos dinero para pagar la mano de obra (capital variable), cada vez más especializada y por tanto también, cada vez más cara.
El aumento de la inversión en capital constante, se hace -desde luego- a costa de la disminución del dinero disponible para pagar la fuerza de trabajo- y es esto lo que explica que cada vez exista menos dinero, relativamente, para pagar los salarios de los trabajadores, menos dinero en manos de éstos para comprar los productos que ellos mismos producen. Es la expresión más clara de la lucha entre el capital y el trabajo.
Cualquier a de nuestros nuevos pequeños y medianos capitalistas, esos “cuentapropistas” que “contratan trabajadores”, puede dar una amplia explicación de cómo tiene que gastar cada vez más en materia prima y en equipos, siempre más caros, para poder continuar en la competencia, mientras mantiene los mismos pagos a sus asalariados o tiene que disminuirlos, para poder seguir embolsándose la mayor parte de la ganancia del timbiriche, el “almendrón” o “su” pedazo de tierra regado con el sudor de sus “contratados”. Y todos pagan más que el estado.
Los economistas burgueses no reconocen este problema, no se detienen en que el capital, por el ánimo de lucro, no pague dinero suficiente a los trabajadores para que los productos tengan salida. Ellos confían todo al mercado, un dios encargado de reproducir los panes y los peces de la nada, de generar capacidad adquisitiva desde la nada. “El mercado se encarga de poner a cada uno en su lugar”, dicen.
A lo más que atisban es a estimular el crédito para poner a circular el dinero de los bancos, a fin de reproducirlo; pero a ninguno se le ha ocurrido, ni se le va a ocurrir, repartir tales dineros entre los trabajadores para que puedan comprar productos estancados en los mercados. No. Si no pueden vender a precio de ganancia, prefieren que se pudran o destruirlos: “hay que mantener el precio en el mercado, a toda costa”, también dicen.
Como parten de que la fuerza de trabajo es una mercancía más, ésta debe pagarse según la ley de oferta y demanda y no reconocen que las ganancias del capital salen precisamente de los resultados de la fuerza de trabajo que genera más valor que el pagado por su uso. Ellos no son capaces de identificar que el dinero invertido en fuerza de trabajo es el dinero que quedará después disponible para comprar esas mercancías. Piensan que ganan porque son mejores productores, más competitivos, más “bichos” en las operaciones mercantiles.
Para ellos el fetichismo del dinero es tal que creen poder manejar los procesos económicos a partir de controles de la moneda, de las tasas de interés, del gasto público, las emisiones de bonos, las reducciones presupuestarias y los reajustes en las ofertas de trabajo. El dinero, creen, genera más dinero, sin tener en cuenta que por medio hay un proceso de producción con fuerza de trabajo que es la que agrega valor a las nuevas mercancías y servicios.
Y las crisis se suceden y nunca pueden evitarse, a pesar de todas esas medidas y al final siempre resulta que son crisis de superproducción que obligan a reajustes de precios, eliminación de masas de productos y a reducciones de plazas, salarios y de presupuestos estatales para destinos sociales, especialmente la salud y la educación, de los cuales se jacta el “estado de bienestar” capitalista, como sus grandes logros.
“Por efecto de la diferencia relativa cada vez mayor entre el capital constante y el capital variable surgen y se desarrollan las crisis de superproducción, las financieras, las de los mercados y otras por el estilo, las cuales no son más que manifestaciones de la agudización de las contradicciones irreconciliables en esa relación entre el capital y el trabajo, en la organización de la explotación asalariada, en la forma cada vez más privada de la apropiación del excedente cuando la participación en la producción es más extendida, más social.
El aumento sistemático de los precios, que el capitalista evalúa sobre todo como consecuencia de la Ley de oferta y demanda en la esfera del consumo, en verdad tiene su base en el sostenido aumento del costo de producción a consecuencia del inevitable incremento de la inversión en capital constante que demanda la esencia reproductiva del sistema”. (2)
Hoy la crisis se ve con toda claridad en Europa, donde los gobiernos aplican recortes a los presupuestos para gastos sociales, reducen las plantillas de la burocracia estatal, se paralizan o aminoran la producción en sectores productivos completos y solo atinan a prestar dinero a los bancos, ejes de las economías capitalistas actuales, para que puedan saldar sus deudas y seguir funcionando.
En Cuba, el gobierno de Raúl Castro ha introducido tipos de medidas muy parecidas a aplicadas por las economías capitalistas modernas para tratar de paliar la crisis económica del estado cubano atado al sistema de trabajo asalariado. Crisis que no es de superproducción por exceso de productos, sino de sub-producción, por falta de producción, donde lo mismo encontramos estancamiento que inflación, lo que los economistas burgueses llaman “estanflación”. Aquí la crisis se achaca a la holgazanería de los trabajadores, a la corrupción bastante generalizada y a los altos precios de los alimentos, las materias primas y las máquinas en el mercado mundial, que el estado se ve obligado comprar por falta de producción interna.
No ha admitido nunca el gobierno-partido, ni fue capaz de aceptar en el VI Congreso del PCC, que las causas de la crisis cubana estaban en el sistema estatal asalariado, en verdad un capitalismo monopolista de estado, sometido a las mismas leyes generales del capitalismo, solo que aquí acentuadas y más visibles por el control absoluto del estado sobre el capital, el trabajo, los mercados y la economía en general. Con un solo capitalista que controla todo, es más difícil encubrir el desastre y sus causas sistémicas.
En el mundo capitalista desarrollado, la explotación asalariada como causa de toda la crisis, queda envuelta en un enorme conjunto de relaciones sociales que involucra a multitud de bancos, empresas, empresarios, accionistas, sindicatos, mafias, mercados, bolsas, mecanismos y formas de pago y cobro que crean una compleja madeja, donde es más fácil culpar a uno de esos eslabones y ocultar las causas reales.
El capitalismo monopolista, “socialista”, también necesita cada vez más dinero para invertir en medios de producción y materias primas a fin de mantener su nivel competitivo internacional en algunos renglones como el turismo y la biotecnología y además precisa de grandes cantidades de dinero para sostener su súper aparato burocrático, militar y de seguridad, al tiempo que cada vez paga menos salarios (reales) a sus trabajadores, por lo cual hay falta de estímulo a la producción.
No es un asunto primordialmente de dinero flotante sin respaldo productivo, de emisiones de dinero sin respaldo oro-divisa -como suelen explicar los economistas que dominan muy bien las teorías económicas burguesas y quieren resolverlo todo eliminando subsidios, cerrando puestos de trabajo y subiendo precios, sin percatarse de los daños sociales-; efecto en todo caso. Es una consecuencia de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia, que obliga al capital –en este caso del estado- a disponer de menos dinero para “comprar” capital variable, fuerza de trabajo y como no paga lo suficiente para que esta se reproduzca, viene entonces toda esa “apropiación indebida” que genera en los centros de producción o servicios y el natural éxodo de profesionales y técnicos hacia cualquier país del mundo.
El dinero que entra por remesas podría tener un efecto inflacionario si no hubiera en qué gastarlo, pero todo el mundo sabe que va –fundamentalmente- a parar a manos de las Tiendas Recaudadoras de Divisa -TRD-, que no son capaces de reciclar sistemáticamente los productos mas consumidos y ofertados a dos veces y media su valor de costo, porque los dineros recaudados en esas tiendas del estado (¿las tiendas son del estado o de las FAR, o son la misma cosa, bueno ya ni sé?) son necesarios no solo para reponer esos productos, sino que son usados para otros fines de la burocracia. ¿Cuáles? Cuando exista transparencia, sabremos.
El estado que monopoliza el mercado interno, salvo algunos chinchales, cafeterías, restaurantes, una mínima parte del transporte público y los hospedajes privados, cree que va a encontrar salida a su crisis aumentando impuestos, despidos y precios, sin percatarse de que ese camino eleva el potencial.de la oposición, no a la Revolución, sino al gobierno y a sus políticas, que son dos cosas distintas pero que algunos en ambos extremos suelen confundir por interés clasista.
La Revolución social es el proceso de socialización y democratización de la economía, no siempre favorecido por las políticas oficiales.
El endeudamiento externo es enorme y al parecer se sigue ensanchando. Las generaciones venideras tendrán que pagar los platos rotos por el capitalismo monopolista de estado y por la “actualización”, incapaces de generar producción, pero muy eficientes en demandar cada vez más prestamos y ayuda externa.
Hay aumento de precios porque el estado dueño de los medios de producción y el mercado, necesita más dinero para el funcionamiento de sus empresas mercantiles y su burocracia. Y no hay aumento de la producción porque se mantiene el sistema asalariado de pago, en lugar de acabar de pasar a la distribución de una parte de la ganancia entre los trabajadores, lo que sí generaría un gran estímulo.
Nuestros estudiosos del marketing y conocedores de las teorías de Friedman, Keynes, Stiglitz y Soros, poco han tenido en cuenta las de Marx en sus políticas económicas. Ni las mencionan. Tampoco han tenido en cuenta las teorías del Premio Nobel de Economía 2009 Elinor Ostrom (primera mujer que consigue el premio) y Oliver E. Williamson, relativa a la superioridad de la administración cooperativa, sobre la capitalista.
Muchas veces hemos planteado la solución: realizar un cambio paulatino en las relaciones de producción. Avanzar del estatismo asalariado a formas superiores de producción de tipo cooperativo autogestionaria, sin eliminar el espacio que todavía podrían tener otras formas de producción, en un marco de libre intercambio con regulaciones anti monopólicas, y el menor estado posible. No la inventó ningún cubano: la explicaron Marx y muchos otros hace más de siglo y medio.
En cambio, la “actualización” ha optado por dar prioridad a las medidas para proteger el capitalismo monopolista de estado y desarrollar la explotación asalariada por privados, al tiempo que ni se habla de la participación de los trabajadores en la dirección, la gestión y las utilidades de las empresas estatales, mientras se sigue limitando el trabajo por cuenta propia en muchos sectores e impidiendo el desarrollo del cooperativismo extendido y libre, del que se habla y se habla, pero nada se concreta.
El camino se rectifica o el abismo avizorado por Raúl, se seguirá acercando. Y no por falta de teoría socialista y de consejos desde el seno revolucionario.
Socialismo por la vida.
La Habana, 13 de julio de 2012 perucho1949@yahoo.es
1- C. Marx. El Capital. T-III, Sección Tercera. Ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana , 1973.
2-Pedro Campos. El Socialismo de estado es inviable económica y socialmente. (2007).
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Cuando se tira de la soga
Por Félix Sautié Mederos.

A veces, mientras escribo mis crónicas cubanas y me asomo a las realidades en que me encuentro inmerso, no puedo dejar a un lado la amargura y los sentimientos angustiosos. En esos momentos experimento un choque con una muralla de empecinamientos, imposiciones autoritarias, y de sordera de quienes se resisten a escuchar los clamores de la población y continúan “tirando de la soga” sin tener conciencia que llegará un momento en que irremediablemente habrá de partirse con consecuencias incalculables para todos. Nadie podría escapar de un derrumbe total; serían consecuencias disímiles pero siempre consecuencias controvertidas en sentido general.

Nunca he negado ni tampoco pretendo hacerlo en lo adelante, mis participaciones y responsabilidades dentro de las luchas revolucionarias ni del sistema sociopolítico cubano con que soñamos alcanzar la equidad distributiva, la justicia social, el desarrollo y la paz, tratando de conquistar toda la justicia posible en una sociedad equitativa. Hoy percibo que esos ideales se han diluido dentro de la centralización, el autoritarismo y la burocracia. Están estancados y detenidos en el tiempo. También percibo con mucho dolor que las posiciones políticas e ideológicas requieren más que palabras, de hechos; y veo, un ruinoso vacío en la sociedad que nos propusimos edificar. Puedo añadir que desde que se comenzó a plantear oficialmente la necesidad de cambiar todo lo que deba ser cambiado y de eliminar las prohibiciones absurdas, que tanto afectan a la población, muy especialmente a los más desposeídos, me solidaricé con esos propósitos que hoy veo manifestados en muy lentos movimientos o incluso detenidos en el tiempo.

Esperanzado me identifiqué en mi ejercicio del periodismo con estos conceptos renovadores, para coadyuvar al enfrentamiento del futuro que tenemos por delante. Pero eso no puede ser sólo obra de unos pocos desde posiciones contestatarias, porque requiere de un profundo cambio de mentalidad generalizado, muy especialmente en las instancias de poder y de decisión que es donde se traba todo; y, aunque lo han proclamado de palabras no se ven los hechos, sino la lentitud de los procesos, así como algunas virtualidades específicamente semánticas. Por otra parte, reiteradamente en los medios masivos locales se presentan destacados funcionarios gubernamentales y políticos, expresando inculpaciones públicas al pueblo por su falta de “disciplina”, “ausencia del sentido de pertenencia” así como exhortaciones verbales a ser más productivos y eficientes, con un acoso de inspectores prepotentes y ocasionalmente corruptos.
Lograr mejores resultados en la producción y los servicios constituye un propósito importante, que controvertidamente se plantea alcanzar a partir de un orden de factores que sí altera el producto, postergando en cambio el estimulo al trabajo que permita a las personas sostenerse con sus propios esfuerzos sin tener que acudir a otros recursos para subsistir y no perecer. En tanto que las consignas y las exhortaciones no se validan con los hechos y los ejemplos personales cotidianamente son defraudados por causa de las actitudes burocráticas y corruptas de funcionarios todos poderosos, ante los cuales el pueblo de a pie se encuentra en un verdadero estado de indefensión. Estas son realidades que hacen cada vez más difícil nuestras vidas.

Considero que la vía de apretar más y más, sin abrir y cerrando los caminos así como las perspectivas honestas de participación efectiva y retribuida conforme al aporte de cada cual, lejos de resolver los problemas que estamos afrontando los van a empeorar. Esta estrategia aumentará cada vez más la brecha que ya existe entre la población y las instancias oficiales. Todo esto se complica por causa de la hipersensibilidad oficial ante las expresiones de un pensamiento diferente, así como de propuestas que no coincidan con sus proyectos específicos, incluyendo la denuncia a lo mal hecho y las críticas objetivas. Esas actitudes alejan cada vez más la concertación de los cubanos en pro de salir de los estancamientos en que nos encontramos detenidos. En tanto que nuestra prensa condena profusamente los recortes en Europa pero silencia las causas de nuestros problemas.

En estas circunstancias y coyunturas, dos hechos importantes: La población no podrá asumir la imprescindible necesidad de lograr un ordenamiento urbano, si se comienza por los aspectos formales externos menos importantes ante las ruinas, la falta de mantenimiento y la aguda escasez de viviendas, tal y como sucede en algunas partes con los toldos vendidos por las tiendas del estado y otros aspectos menores. He visto esas actitudes inconsecuentes frente a las ruinas producidas por causa de los años de abandono oficial que no se le puede imputar al pueblo, carente en todo este tiempo de acceso a los recursos materiales y financieros, así como víctima de prohibiciones absurdas en ciudades que como La Habana, muestran deterioros inocultables y derrumbes que reiteradamente matan personas.

Además, hace algunos días se han establecido y/o aumentado los impuestos aduaneros sobre alimentos y misceláneas, con el propósito de eliminar las posibilidades de los trabajadores cuentapropistas que pagan impuestos y que en sus modestos espacios sin que existan almacenes mayoristas donde abastecerse, venden a la población las prendas de vestirse y el calzado a precios más asequibles que los de las tiendas estatales que funcionan con desproporcionados márgenes de ganancia. Con tales medidas, a quienes se dañará sensiblemente es al pueblo de a pie. Han sido aplicadas sin tener en cuenta que muchas familias reciben esas ayudas desde el exterior para sobrevivir. Muy en especial los jubilados y personas de la tercera edad que la diáspora ha dejado solas y desprotegidas total o parcialmente.

Sin un cambio de mentalidad hacia proyectos y formas de solución más consecuentes, lejos de resolverse los problemas, aumentará el hastío, la falta de participación y la soga de manera inexorable se partirá. Así lo pienso y así lo expreso con mis respetos para las opiniones diferentes.
fsautie@yahoo.com.
Publicado en Por Esto! el lunes 16 de julio del 2012.
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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