El hombre de la KGB en el Escambray y Zacarías Hernández
Parte ICartas a Ofelia/ Crónicas cubanas
Angelito saluda a Fidel Castro
Cubamatinal/ París, 22 de julio de 2012.
“El Dr. Vicente de la O, natural de Sancti Spiritus, médico que acompañó al Ché Guevara desde Minas del Frio hasta Banao, primer poblado donde comienza el lomerío del Escambray, era tío de mi padrino Miguel de La O, abogado de profesión. Mi padrino era muy respetado por la ciudadanía, a pesar que militaba en el Partido Acción Unitaria, P.A.U. que era el partido político liderado por Batista.A Vicente por ser médico, el Ché lo nombró comandante y director del Sanatorio de Topes de Collantes, el cual fue construido por Batista en los tiempos de su gobierno electo. Ese hospital está en lo más alto de las lomas de la zona de Trinidad y tenía la ventaja de contar con una carretera pavimentada, teléfono, luz del alumbrado público y una planta eléctrica de reserva. Topes de Collantes es una construcción alucinante porque es una mole con paredes de concreto.Allí en aquel hospital, específicamente en la cocina del centro hospitalario, trabajaban Edel Montiel, y Zacarías Hernández. Ambos habían participado, junto a otros guerrilleros, en la fundación del frente Guerrillero del Escambray, pero tanto Edel como Zacarías no eran ambiciosos y tampoco poseían vocación militar. Por estas características, cuando cayó la dictadura de Batista, ellos buscaron un humilde trabajo en la cocina de Topes de Collantes. Edel era natural de Santa Clara. Zacarías había nacido y se había hecho hombre entre las lomas de la sierra. De cualquier manera, gracias al mencionado empleo en la cocina del hospital, los dos guerrilleros habían adquirido, cada uno, su casa con luz eléctrica y patio, donde podían criar algún puerquito y tener algunas gallinas.El comandante Vicente de la O, quiso que los dos ex guerrilleros se integraran a las milicias, pero ellos rechazaron enérgicamente aquella petición. Entonces, sucedió algo que desató una crisis y terminó en tragedia: la llegada de un barco ruso al puerto de Casilda, a fines de marzo o principios de abril del año 1960. Pues, el asesor militar soviético del gobierno cubano, Francisco Ciutat de Miguel, más conocido como Angelito, junto al comandante La O, llegaron a Topes de Collantes y le ordenaron a Zacarías que era el jefe de cocina del hospital, que preparara una comida para el capitán de la nave soviética y su tripulación. Ya que estaban preparando un homenaje para estos visitantes y que tenían que comer antes que los pacientes.La respuesta de Zacarías al poderoso asesor soviético fue: ‘los rusos comerán después de los enfermos y punto’.Obviamente, esa indisciplina de Zacarías molestó mucho al hispano soviético que aunque no tenía pinta de militar sí que lo era. Así que no pasó mucho tiempo para que Zacarías Hernández, pagara un alto precio por servir primero a los enfermos que a los tripulantes rusos.Cenaron los rusos, pero después de los pacientes tal como el terco de Zacarías lo quiso.Entonces, producto del carácter del asesor soviético, que había sido herido en su orgullo castrense y era tan terco como el ex guerrillero y no perdonaba, Edel Montiel, Zacarías Hernández y otros dos hombres que tenían armas tomaron el pequeño cuartel de Topes De Collantes.
Desarmaron los soldados y fueron a la casa del comandante de La O, con una soga con la cual dijeron que lo pensaban ahorcar. Por suerte el comandante no se encontraba. Había salido unos minutos antes a la Ciudad de Trinidad. El comandante William Morgan me preguntó qué había pasado y se alarmó mucho cuando se enteró de la existencia de un militar ruso con poder y un nombre falso. Morgan hasta ese día había creído que la Revolución Cubana era un proyecto democrático en evolución. Pero al constatar la presencia soviética con poder, vio una contradicción entre el discurso oficial y los hechos. Por supuesto esto le produjo un golpe moral. Pues, el comandante William Morgan era un demócrata norteamericano y no podía ponerse al servicio de una potencia extra continental y totalitaria, que además era enemiga de su patria. El sí creía que era válido luchar contra dictadores como Batista y Trujillo, aunque estuvieran amparados y protegidos por la extrema derecha norteamericana, porque los Estados Unidos eran esencialm
ente enemigos de las dictaduras y los totalitarismos. Los Estados Unidos no se agotaban dentro de una coyuntura política sino que representaban la libertad y los derechos del hombre.De cualquier manera, Vicente de La O fue destituido, porque presionaba a los rebeldes que no querían ingresar a la milicia y esto acarreaba muchos problemas. En su lugar fue nombrado director del hospital y Jefe de operaciones antiguerrilleras, el comandante médico Piti Fajardo. Por supuesto, Fajardo sabía muy poco del tema de la guerra. Quien sí sabía y era un estratega con historia, era Francisco Ciutat de Miguel: el verdadero jefe.Por otra parte, en la Ciudad de Trinidad vivía el Comandante Alfredo Peña. Un grupo de jóvenes trinitarios, que tenía planes de alzarse contra el gobierno irrumpió en su casa y le robaron unas armas que Alfredo tenía y se dieron a la fuga en un carro blanco. Los carros de milicianos, iban persiguiéndoles. El carro prófugo tomó por la carretera de Cienfuegos y doblaron a la derecha rumbo a Topes de Collantes. Los prófugos eran más veloces y en una curva doblaron en un lugar ya previsto, donde Edel Montiel y Zacarías los esperaban.Los perseguidores no se percataron que su objetivo se había desviado y prosiguieron rumbo a Topes, con el agravante que el carro delantero de los milicianos también era blanco. Entonces, le avisaron por teléfono al asesor soviético y le informaron que rumbo a Topes iban los insurgentes en un carro blanco, sin más detalles. El soviético montó su emboscada junto al Dr. Piti Fajardo y creyó, cuando ya estaba a la vista, que el carro blanco de los milicianos era el de los prófugos.Se armó la balacera, pero detrás del carro blanco de la milicia iba una caravana de carros del gobierno. Aquella confusión que dio lugar a que las fuerzas gubernamentales se mataran entre sí, ocasionó la muerte de Piti Fajardo y el gran estratega soviético recibió un balazo en un tobillo. Esa herida fue la primera que recibió Ciutat de Miguel durante toda su larga carrera militar. Estos hechos hicieron lucir mal al soviético ante los ojos de Castro, pues había llegado de Moscú recomendado como lo que era: un estratega militar. Pero parece que el asesor no estaba preparado para lidiar con el guajiro Zacarías.Ciutat de Miguel que fue el verdadero estratega militar de la guerra contra los revolucionarios democráticos alzados en el Escambray, finalmente capturó a Zacarías, quien se encontraba herido. Las torturas que le hicieron para que confesara que él era un agente de la C.I.A. fueron espeluznantes. Zacarías nunca había vivido en una ciudad y no tenía idea de lo que era el imperialismo y mucho menos la C.I.A. Recuerdo que una vez casi se muere de la risa cuando yo le comenté que muchas estrellas eran mayores que la Tierra y que un día el hombre iría a la luna. Zacarías estaba totalmente seguro que la luna era del mismo tamaño que la Tierra. Pues bien, a Zacarías lo ataron y se lo llevaron en un helicóptero. Lo dejaban caer sobre un charco del río Cabirni, lo sacaban para que respirara y de nuevo lo metían en el agua. Ciutat de Miguel le decía:
-¿Vas tú a confesar o qué? -El coño de tu madre- fue siempre la repuesta de Zacarías.Al final con más de 60 mil hombres y 5 años de lucha, aplastaron la rebelión armada en el Escambray y otras provincias de toda Cuba y hombres como Zacarías Hernández que nunca entraron por la puerta de ningún juzgado acusado de delito alguno, pasaron a la historia como ‘bandidos’. De la misma manera que aquellos que en casi todas las ciudades de la isla de Cuba, se atrevieron a desafiar a los comunistas, se convirtieron en ‘gusanos’. Razón tenía Ciutat de Miguel (Angelito) cuando decía:‘Si repetimos muchas veces que estos bandidos alzados son cucarachas, llegará el día que ellos mismos se creerán que son cucarachas’.Después Angelito fue decisivo en playa Girón. La K.G.B. le informó que el desembarco llegaría por la Ciénaga de Zapatas y preparó las defensas, dejando a otros la gloria de esa victoria militar.
¿Qué le importaba a Angelito la publicidad, si él era clandestino dentro del poder?
Francisco Franco, Jefe del Estado español, siempre le siguió los pasos a Ciutat de Miguel. Tanto es así, que antes de morir, El Caudillo quiso conocer a su antiguo rival y el encuentro se realizó en el norte de España. Franco lo recibió y le reconoció los grados de general en retiro, con el salario correspondiente. Ironías de la historia, Franco aseguró la vejez de su adversario militar.
Por su parte, Zacarías, el revolucionario democrático, que sin preparación escolar sabía el precio de luchar por la Libertad: ¡Fue fusilado!”. Roger Redondo González.
Y gracias a estos testimonios seguimos aprendiendo sobre nuestra historia contemporánea.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz,
Félix José Hernández
Querida Ofelia:Cubamatinal/ París, 22 de julio de 2012.
“El Dr. Vicente de la O, natural de Sancti Spiritus, médico que acompañó al Ché Guevara desde Minas del Frio hasta Banao, primer poblado donde comienza el lomerío del Escambray, era tío de mi padrino Miguel de La O, abogado de profesión. Mi padrino era muy respetado por la ciudadanía, a pesar que militaba en el Partido Acción Unitaria, P.A.U. que era el partido político liderado por Batista.A Vicente por ser médico, el Ché lo nombró comandante y director del Sanatorio de Topes de Collantes, el cual fue construido por Batista en los tiempos de su gobierno electo. Ese hospital está en lo más alto de las lomas de la zona de Trinidad y tenía la ventaja de contar con una carretera pavimentada, teléfono, luz del alumbrado público y una planta eléctrica de reserva. Topes de Collantes es una construcción alucinante porque es una mole con paredes de concreto.Allí en aquel hospital, específicamente en la cocina del centro hospitalario, trabajaban Edel Montiel, y Zacarías Hernández. Ambos habían participado, junto a otros guerrilleros, en la fundación del frente Guerrillero del Escambray, pero tanto Edel como Zacarías no eran ambiciosos y tampoco poseían vocación militar. Por estas características, cuando cayó la dictadura de Batista, ellos buscaron un humilde trabajo en la cocina de Topes de Collantes. Edel era natural de Santa Clara. Zacarías había nacido y se había hecho hombre entre las lomas de la sierra. De cualquier manera, gracias al mencionado empleo en la cocina del hospital, los dos guerrilleros habían adquirido, cada uno, su casa con luz eléctrica y patio, donde podían criar algún puerquito y tener algunas gallinas.El comandante Vicente de la O, quiso que los dos ex guerrilleros se integraran a las milicias, pero ellos rechazaron enérgicamente aquella petición. Entonces, sucedió algo que desató una crisis y terminó en tragedia: la llegada de un barco ruso al puerto de Casilda, a fines de marzo o principios de abril del año 1960. Pues, el asesor militar soviético del gobierno cubano, Francisco Ciutat de Miguel, más conocido como Angelito, junto al comandante La O, llegaron a Topes de Collantes y le ordenaron a Zacarías que era el jefe de cocina del hospital, que preparara una comida para el capitán de la nave soviética y su tripulación. Ya que estaban preparando un homenaje para estos visitantes y que tenían que comer antes que los pacientes.La respuesta de Zacarías al poderoso asesor soviético fue: ‘los rusos comerán después de los enfermos y punto’.Obviamente, esa indisciplina de Zacarías molestó mucho al hispano soviético que aunque no tenía pinta de militar sí que lo era. Así que no pasó mucho tiempo para que Zacarías Hernández, pagara un alto precio por servir primero a los enfermos que a los tripulantes rusos.Cenaron los rusos, pero después de los pacientes tal como el terco de Zacarías lo quiso.Entonces, producto del carácter del asesor soviético, que había sido herido en su orgullo castrense y era tan terco como el ex guerrillero y no perdonaba, Edel Montiel, Zacarías Hernández y otros dos hombres que tenían armas tomaron el pequeño cuartel de Topes De Collantes.
Desarmaron los soldados y fueron a la casa del comandante de La O, con una soga con la cual dijeron que lo pensaban ahorcar. Por suerte el comandante no se encontraba. Había salido unos minutos antes a la Ciudad de Trinidad. El comandante William Morgan me preguntó qué había pasado y se alarmó mucho cuando se enteró de la existencia de un militar ruso con poder y un nombre falso. Morgan hasta ese día había creído que la Revolución Cubana era un proyecto democrático en evolución. Pero al constatar la presencia soviética con poder, vio una contradicción entre el discurso oficial y los hechos. Por supuesto esto le produjo un golpe moral. Pues, el comandante William Morgan era un demócrata norteamericano y no podía ponerse al servicio de una potencia extra continental y totalitaria, que además era enemiga de su patria. El sí creía que era válido luchar contra dictadores como Batista y Trujillo, aunque estuvieran amparados y protegidos por la extrema derecha norteamericana, porque los Estados Unidos eran esencialm
ente enemigos de las dictaduras y los totalitarismos. Los Estados Unidos no se agotaban dentro de una coyuntura política sino que representaban la libertad y los derechos del hombre.De cualquier manera, Vicente de La O fue destituido, porque presionaba a los rebeldes que no querían ingresar a la milicia y esto acarreaba muchos problemas. En su lugar fue nombrado director del hospital y Jefe de operaciones antiguerrilleras, el comandante médico Piti Fajardo. Por supuesto, Fajardo sabía muy poco del tema de la guerra. Quien sí sabía y era un estratega con historia, era Francisco Ciutat de Miguel: el verdadero jefe.Por otra parte, en la Ciudad de Trinidad vivía el Comandante Alfredo Peña. Un grupo de jóvenes trinitarios, que tenía planes de alzarse contra el gobierno irrumpió en su casa y le robaron unas armas que Alfredo tenía y se dieron a la fuga en un carro blanco. Los carros de milicianos, iban persiguiéndoles. El carro prófugo tomó por la carretera de Cienfuegos y doblaron a la derecha rumbo a Topes de Collantes. Los prófugos eran más veloces y en una curva doblaron en un lugar ya previsto, donde Edel Montiel y Zacarías los esperaban.Los perseguidores no se percataron que su objetivo se había desviado y prosiguieron rumbo a Topes, con el agravante que el carro delantero de los milicianos también era blanco. Entonces, le avisaron por teléfono al asesor soviético y le informaron que rumbo a Topes iban los insurgentes en un carro blanco, sin más detalles. El soviético montó su emboscada junto al Dr. Piti Fajardo y creyó, cuando ya estaba a la vista, que el carro blanco de los milicianos era el de los prófugos.Se armó la balacera, pero detrás del carro blanco de la milicia iba una caravana de carros del gobierno. Aquella confusión que dio lugar a que las fuerzas gubernamentales se mataran entre sí, ocasionó la muerte de Piti Fajardo y el gran estratega soviético recibió un balazo en un tobillo. Esa herida fue la primera que recibió Ciutat de Miguel durante toda su larga carrera militar. Estos hechos hicieron lucir mal al soviético ante los ojos de Castro, pues había llegado de Moscú recomendado como lo que era: un estratega militar. Pero parece que el asesor no estaba preparado para lidiar con el guajiro Zacarías.Ciutat de Miguel que fue el verdadero estratega militar de la guerra contra los revolucionarios democráticos alzados en el Escambray, finalmente capturó a Zacarías, quien se encontraba herido. Las torturas que le hicieron para que confesara que él era un agente de la C.I.A. fueron espeluznantes. Zacarías nunca había vivido en una ciudad y no tenía idea de lo que era el imperialismo y mucho menos la C.I.A. Recuerdo que una vez casi se muere de la risa cuando yo le comenté que muchas estrellas eran mayores que la Tierra y que un día el hombre iría a la luna. Zacarías estaba totalmente seguro que la luna era del mismo tamaño que la Tierra. Pues bien, a Zacarías lo ataron y se lo llevaron en un helicóptero. Lo dejaban caer sobre un charco del río Cabirni, lo sacaban para que respirara y de nuevo lo metían en el agua. Ciutat de Miguel le decía:
-¿Vas tú a confesar o qué? -El coño de tu madre- fue siempre la repuesta de Zacarías.Al final con más de 60 mil hombres y 5 años de lucha, aplastaron la rebelión armada en el Escambray y otras provincias de toda Cuba y hombres como Zacarías Hernández que nunca entraron por la puerta de ningún juzgado acusado de delito alguno, pasaron a la historia como ‘bandidos’. De la misma manera que aquellos que en casi todas las ciudades de la isla de Cuba, se atrevieron a desafiar a los comunistas, se convirtieron en ‘gusanos’. Razón tenía Ciutat de Miguel (Angelito) cuando decía:‘Si repetimos muchas veces que estos bandidos alzados son cucarachas, llegará el día que ellos mismos se creerán que son cucarachas’.Después Angelito fue decisivo en playa Girón. La K.G.B. le informó que el desembarco llegaría por la Ciénaga de Zapatas y preparó las defensas, dejando a otros la gloria de esa victoria militar.
¿Qué le importaba a Angelito la publicidad, si él era clandestino dentro del poder?
Francisco Franco, Jefe del Estado español, siempre le siguió los pasos a Ciutat de Miguel. Tanto es así, que antes de morir, El Caudillo quiso conocer a su antiguo rival y el encuentro se realizó en el norte de España. Franco lo recibió y le reconoció los grados de general en retiro, con el salario correspondiente. Ironías de la historia, Franco aseguró la vejez de su adversario militar.
Por su parte, Zacarías, el revolucionario democrático, que sin preparación escolar sabía el precio de luchar por la Libertad: ¡Fue fusilado!”. Roger Redondo González.
Y gracias a estos testimonios seguimos aprendiendo sobre nuestra historia contemporánea.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz,
Félix José Hernández
El amigo ex guerrillero del Escambray Roger Redondo, me acaba de enviar desde Miami este interesante testimonio, que creo que debe hacerse conocer allá en nuestra querida Patria, por ese motivo te lo hago llegar.
Soy nieto de Miguel (Faustino) de la O, el abogado que era tie de Vicente de la O. Me pudiera decir quien escribió este testimonio?
ResponderEliminarMiguel Manuel de la O (hijo de Miguel Emilio de la O)