martes, 26 de junio de 2012

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Pedro Fraga

Cubaencuentro
El padre de todos
Fidel Castro ha traicionado a cuanto seguidor de buena fe se incorporó al proceso revolucionario para restablecer el cauce democrático
Rafael del Pino, EEUU | 25/06/2012 10:05 am

No, no pienso referirme en este artículo al día de los padres en este mes de junio. La efeméride me hizo recordar un acontecimiento histórico que tuvo lugar hace ya 23 años.
El viejo refrán de agua pasada no mueve molinos a veces conspira en nuestros cerebros y nos hace omitir importantísimas experiencias cuando concentramos demasiado la atención en hechos y fenómenos actuales.
Creo que errores pasados no solo son capaces de mover molinos sino también cerebros. Uno de los ejes fundamentales en la importancia de la historia es poder analizar el pasado para comprender el presente. Solo mirando el pasado, podemos comprender el por qué de nuestra actualidad. Por eso haremos un sintetizado recorrido por algunas de esas huellas dejadas en medio siglo de avatares.

Hoy existen en mi profesión generales que nacieron después del triunfo revolucionario. Oficiales provenientes de las escuelas Camilo Cienfuegos educados bajo la maquinaria propagandística de un régimen totalitario, engrasada en medio siglo de control y tergiversaciones. Maquinaria implacable que se encarga afanosamente de borrar las huellas del desastre porque saben, como sentenció Lenin, que para hacer una evaluación objetiva de cualquier fenómeno social hay que analizar cómo surge, cómo se desarrolla y en qué se convierte.

Escojo esta fecha también porque probablemente muchos de los cadetes que hoy se gradúan como oficiales en las escuelas militares estaban siendo traídos al mundo por sus respectivas madres en los momentos en que se consumaba una de las más grandes infamias y traiciones cometidas por Fidel Castro, su hermano y el resto de los incondicionales que se prestaron a la farsa para asesinar al General de División, Héroe de la Republica de Cuba Arnaldo Ochoa Sánchez.

Pero como este crimen fue una de tantas traiciones cometidas por quienes han destruido la nación es preciso hacer un sintetizado recuento.

Desde el inicio mismo del derrocamiento de la dictadura de Batista, Fidel Castro ha traicionado a cuanto seguidor de buena fe se incorporó al proceso revolucionario para restablecer el cauce democrático. No le bastó con la traición a todo aquel que se pronunció alarmantemente contra el cambio de rumbo que tomaba una Revolución tan popular, sino que los trituró sin compasión. Desde combatientes del Moncada como Gustavo Arcos, que condujo el automóvil que nunca llegó a entrar en el famoso cuartel pero que le costó un balazo en la cadera, hasta otros combatientes de la misma gesta que lo siguieron más tarde en el Granma, como Mario Chanes de Armas, que cumplió hasta el último día de sus 30 años de presidio.
Comandantes del calibre de Huber Matos, que simplemente renunció a sus cargos por no acompañarlo en el camino del totalitarismo y que igualmente cumplió hasta el último día su condena a 20 años de prisión.

Pero la traición fundamental, no solo a los que sufrieron la represión e ignominia al oponerse al camino de una tiranía más sangrienta que la de Batista, fue a aquellos que dieron sus vidas siguiendo el programa revolucionario totalmente democrático del Moncada. La traición total al programa insurreccional del 26 de Julio que prometió un retorno de Cuba a la democracia representativa, a la Constitución de 1940 y a la celebración de elecciones libres en un año y medio después del triunfo de la insurrección.
Incontables son los ejemplos que necesitarían toda una biblioteca para registrar las traiciones de Fidel Castro. Y en todos, absolutamente en todos, estuvo presente el gastado argumento de la patria en peligro, de salvaguardar la soberanía de Cuba, de la falta de lealtad de los que disienten y la traición al máximo líder. Que como dijo Raúl en su discurso del 14 de junio de 1989 donde anunciaba el arresto del General Ochoa:Fidel es el papá de todos los cubanos y sus ordenes, encarnan el mandato y la voluntad de la Patria.

Estoy seguro que estos nuevos generales/camilitos y cadetes/oficiales desconocen la realidad histórica que le ha tocado vivir al pueblo cubano. Han sido muchos años de hermetismo, de tergiversación de la verdad, del empleo irrestricto de toda una maquinaria diseñada para convertir la verdad en mentira y viceversa. Pero siempre hay quien no se conforma con los credos ni el oscurantismo y encuentran la forma de informarse con fidelidad.

El pretexto más utilizado para justificar la conculcación de las libertades y de los derechos de los cubanos ha sido el de la soberanía en peligro”. Comenzaremos por ese aspecto. No es necesario dar explicaciones detalladas de lo que sucedió, prefiero limitarme a sus sanos juicios y que sean ustedes mismos los que investiguen y evalúen acontecimientos trascendentales ocurridos después de 1959 que por lo menos a mi me demostraron que el régimen implantado en Cuba por Fidel Castro ha sido el más entreguista de nuestra soberanía nacional en toda su historia.

¿Solicitó o no Fidel Castro que una brigada moto-mecanizada soviética permaneciera en Cuba por más de 20 años en las proximidades de Santiago de las Vegas con toda su técnica militar y armamentos? ¿Teníamos nosotros más que suficientes brigadas con el mismo potencial combativo para cumplir esas funciones?

¿Tuvimos o no una brigada similar durante largos años en Etiopía para proteger al asesino de Mengistu Haile Mariam?

¿Con qué derecho FC cedió esa región de Santiago de las Vegas a una potencia extranjera para que la convirtiera en una base militar en el corazón de nuestra patria?
¿Entregó o no FC a las tropas soviéticas toda la región donde radicaba el antiguo reformatorio de menores de Torrens, conocido en la guerra fría como Complejo de Lourdes, para que montara una base militar de exploración y espionaje electrónico contra Estados Unidos?
¿Solicitó o no Fidel Castro al Gobierno soviético que enviara pilotos de combate rusos para defender a Cuba y así poder enviar a los mejores pilotos cubanos para la guerra de Angola?

¿Con que derecho FC accedió a que pilotos rusos, que ni hablaban español, se ocuparan de la defensa de los cielos de Cuba? ¿Fue discutido en la Asamblea Nacional? ¿Fue aprobado por decisión de la Asamblea o por algún referéndum que le diera legitimidad?
¿Teníamos o no los suficientes pilotos para cumplir ese deber sagrado de defender la patria que solo corresponde a los cubanos?

¿Le cedió o no Fidel Castro un tercio de la base aérea de San Antonio de los Baños a la aviación estratégica de la Unión Soviética para que basificara sus mastodontes TU-95? ¿Es o no verdad que a los militares cubanos se les prohibió la entrada en esa área de nuestra propia base?
¿Qué relación puede tener, digamos, con la soberanía de Angola (la cual supuestamente defendíamos ), el aplastar al mejor estilo soviético, empleando nuestros tanques, el golpe de Estado que una propia fracción del MPLA dirigida por Nito Alves intentó darle a Agostino Neto? Intentona apoyada además por la propia URSS. ¿No era ese un conflicto interno de la organización gobernante MPLA a más de un año de haberse retirado a Namibia las tropas sudafricanas que apoyaron a la UNITA en 1975?

¿Tienen todavía estos señores la desfachatez de hablar de soberanía?

Pasemos ahora a La traición a la patria.

¿Cuál sería una verdadera traición a la patria; la que le endilgaron al general Arnaldo Ochoa para asesinarlo con visos legales por poner en peligro la subsistencia de un grupo ilegitimo de poder, o la de un gobernante protegido dentro de un puesto de mando, en un bunker a prueba de golpes nucleares como estábamos nosotros en la Crisis de los Misiles, pidiéndole a la metrópoli protectora que iniciara los golpes nucleares contra Estados Unidos que indudablemente acabarían con la existencia de todos los cubanos que no tuvieran dicha protección?

No especulo, he aquí el párrafo de la carta donde Nikita Krushov se opone a tamaña irresponsabilidad: “En su cable del 27 de octubre Vd. nos propuso que fuéramos primeros en asestar el golpe nuclear contra el territorio del enemigo. Vd., desde luego, comprende a qué llevaría esto. Esto no sería un simple golpe, sino que el inicio de la guerra mundial termonuclear”.

¿Nos dijo o no Raúl Castro en una reunión, que fue grabada y después distribuida por todas las unidades, que el coronel Pedro Tortoló Comas debió haberse pegado un tiro por no haber combatido hasta la muerte sacrificándose junto a los 784 cubanos que allí había?

Si es que encuentran el famoso vídeo vale preguntarse: ¿qué hicieron Fidel y Raúl Castro después del asalto al Moncada, sin estar rodeado por ninguna fuerza incomparablemente superior, sino rendirse a un sacerdote católico para que los protegiera? O, ¿qué hicieron otra vez en Alegría de Pio sino fue correr despavoridos quedando dispersos?

Destruir a Tortoló como lo hicieron por haberse negado a sacrificar centenares de vidas inútilmente para complacer el ego insaciable de un caudillo, es para mí una traición sin precedentes no solo al coronel sino a todos los oficiales que allí había, a los centenares de hombres que iban a morir y más aun a las esposas, hijos y familiares que perderían a sus seres más queridos. Saquen ustedes sus propias conclusiones si alcanzan a ver el vídeo.

Por último definamos la lealtad.

Todos los que le digan que si han llegado a ser lo que son, se lo deben al Comandante en Jefe, a la Revolución, al Partido o a cuanto otro fetiche se les ocurra están tendiéndole la trampa para que crucen la fina línea que separa la lealtad de la sumisión.

Cuba es una isla sin fronteras ni conflictos fronterizos de ningún tipo, sus fuerzas armadas están concebidas para defender el país de una agresión militar extranjera y no tienen contemplado en su doctrina militar ser empleadas contra la propia población civil. El mantenimiento del orden es la responsabilidad que se le ha dado al Ministerio del Interior.

Existe una gran diferencia entre la lealtad y la sumisión. La lealtad es el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. La sumisión es el sometimiento de alguien a otra u otras personas.

Cuando se actúa en interés de un grupo de gobernantes en contra de los intereses de la mayoría del pueblo cubano se ha traspasando el campo de la lealtad para caer en el de la sumisión.

Nunca será lo mismo someter una multitud que regir una sociedad.

Raúl tenía razón en la desarticulada diatriba improvisada en su nefasto discurso del 14 de junio de 1989. Solo que el efecto del vodka le hizo decir que “Fidel es el Papá de todos cubanos” en lugar de “Fidel es el padre de todos los traidores”.

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