martes, 3 de abril de 2012

?Y LA FE DE LOS CREYENTES DONDE ESTA?; las claves que nos dejo el Papa

Y, ¿la fe de los creyentes dónde queda?; las claves que nos dejó el Papa





Crónicas cubanas

Félix Sautié Mederos


Cuando el Papa Juan Pablo II se despedía de La Habana el 25 de enero de 1998, una copiosa lluvia había irrumpido en aquellos momentos finales de su viaje. La hermenéutica sobre el hecho quedó plasmada en su discurso de despedida: “Esta lluvia de últimas horas de mi permanencia en Cuba puede significar un Adviento. Quiero expresar mis votos para que esta lluvia sea un signo bueno de un nuevo Adviento en vuestra historia”, refiriéndose según sus propias citas al canto litúrgico que expresa: “Que los cielos destilen rocío y que las nubes envíen al Justo”. Catorce años después, durante su regreso hacia El Vaticano, Benedicto XVI es sorprendido a medio camino del aeropuerto José Martí, por un copioso e inusitado aguacero. Para los que tenemos determinada sensibilidad mística, esta coincidencia posee una especial significación de futuro que deseo testimoniar pasando por alto los menosprecios que han estado realizando los que han reducido la estancia del Papa en Cuba únicamente al contrapunteo “gobierno-disidencia-jerarquía católica”, sin tomar en consideración que la peregrinación papal en la Cuaresma del año jubilar 2012 se realizó con motivo del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre. Algo que por lo menos deberían respetar algunos que incluso se declaran no creyentes.

Lo que el gobierno o la jerarquía católica hayan realizado en esta ocasión son cuestiones concernientes a su conciencia por las que tendrán que rendir cuentas a Dios y al pueblo; y en medio de todo eso, yo pregunto: entonces la fe de los creyentes ¿dónde queda?, ante tantos insultos, manipulaciones, rencores, odios y represiones de quienes se desentienden del motivo místico que es la conmemoración de la Virgen de la Caridad y menosprecian los sentimientos populares que acompañaron por todo el país masivamente a la peregrinación de la Virgen Mambisa como preparación de este año Jubilar. Con toda claridad fue proclamado por el propio Papa que su visita era Pastoral; las demás interpretaciones han sido añadidas desde afuera en medio de una gran polémica que incluso ha pasado por alto las claves que en sus intervenciones en Cuba con su estilo académico que de acuerdo con sus orígenes no podía ser el mismo de su predecesor Juan Pablo II, quien fue un hombre de multitudes y verbo ardiente, pero que en sus esencias conceptuales las considero muy coincidentes y cito las principales claves que nos dejó el actual Papa:

En Santiago de Cuba, Benedicto XVI a su llegada dijo: “(…) yo deseo ir al Cobre a postrarme a los pies de la Madre de Dios para agradecerle sus desvelos por todos sus hijos cubanos y pedirle su intersección para que guíe los destinos de esta amada Nación por los caminos de la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación (…) Vengo a Cuba como peregrino de la Caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza (…) Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, donde quiera que se encuentren, sus sufrimientos, sus alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles y de un modo especial de los jóvenes, los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los trabajadores, de los presos y sus familiares, de los pobres y necesitados.(…) el progreso verdadero requiere de una ética que coloque en el centro a la persona humana y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas (…) Ruego al Señor que bendiga copiosamente a esta tierra y a sus hijos, en especial a los que se sienten desfavorecidos, a los marginados y a cuantos sufren en el espíritu o en el cuerpo…”
En su homilía en la misa que celebró en la Plaza Antonio Maceo en Santiago de Cuba, la que considero una clase magistral de mariología, en su párrafo final planteó una importante exhortación para el pueblo cubano: “ Queridos hermanos, ante la mirada de la Virgen del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios”.
En el Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, en su saludo dijo: “He venido como peregrino a la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, ‘la Mambisa’ como ustedes la invocan afectuosamente (…) Deseo saludar cordialmente a los aquí presentes. Reciban el cariño del Papa y llévenlo por doquier (…) Hagan saber a cuantos se encuentran cerca o lejos que he confiado a la Madre de Dios el futuro de su Patria, avanzando por los caminos de la renovación y la esperanza para el mayor bien de todos los cubanos. También he suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad (…) también me he acordado de modo particular de los cubanos descendientes de aquellos que llegaron aquí desde África así como del cercano Haití que aún sufre las consecuencias del terremoto de hace dos años. (…) Que nadie les quite la alegría interior tan característica del cubano.”

En la homilía de su misa en la Plaza de la Revolución en La Habana expresó: “(…) Siento una gran alegría de encontrarme hoy entre ustedes y presidir esta Santa Misa en el corazón de este Año Jubilar dedicado a la Virgen de la Caridad del Cobre (…) la verdad es un anhelo del ser humano y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad (…) algunos como Poncio Pilatos ironizan con la posibilidad de poder conocer la verdad (…) Personas que se lavan las manos como el gobernador romano y dejan correr el agua de la historia sin comprometerse (…) hay otras que interpretan mal esta búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en su ‘verdad’ e intentando imponerla a los demás. (…) Todo ser humano ha de indagar la verdad y optar por ella cuando la encuentra. Aún a riesgo de afrontar sacrificios. Además, la verdad sobre el hombre es un presupuesto ineludible para alcanzar la libertad (…) El cristianismo al resaltar los valores que sustentan la ética, no impone, sino que propone la invitación de Cristo a conocer la verdad que hace libres (…) Queridos amigos no vacilen en seguir a Jesucristo. En Él hayamos la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Él nos ayuda a derrotar nuestros egoísmos, a salir de nuestras ambiciones, y a vencer lo que nos oprime (…) En Él todos hallarán la plena libertad, la luz para entender con hondura la realidad y transformarla con el poder renovador del amor. (…) El Padre Varela nos presenta el camino para una verdadera transformación social: formar hombres virtuosos para forjar una nación digna y libre, ya que esta transformación dependerá de la vida espiritual del hombre, pues ‘no hay patria sin virtud’.”

Finalmente en su despedida en el aeropuerto José Martí expresó “yo he deseado ardientemente venir entre ustedes como peregrino de la Caridad y agradecer a la Virgen María la presencia de su venerada imagen en el Santuario del Cobre, desde donde acompaña el camino de la Iglesia en esta nación e infunde ánimos a todos los cubanos para que, de la mano de Cristo, descubran el genuino sentido de los afanes y anhelos que anidan en el corazón humano y alcancen la fuerza necesaria para construir una sociedad solidaria, en la que nadie se sienta excluido (…) Vine aquí como testigo de Jesucristo, convencido de que donde él llega, el desaliento abre paso a la esperanza, la bondad despeja incertidumbres y una fuerza vigorosa abre el horizonte a inusitadas y beneficiosas perspectivas. (…) Que la luz del Señor…ayude a todos a estrechar la concordia y hacer fructificar lo mejor del alma cubana, sus valores más nobles, sobre los que es posible cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada. Que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de de sus libertades fundamentales (…) La hora presente reclama de forma apremiante que en la convivencia humana, nacional e internacional, se destierren posiciones inamovibles y los puntos de vista unilaterales que tienden a hacer más arduo el entendimiento e ineficaz el esfuerzo de colaboración. Las eventuales discrepancias y dificultades se han de solucionar buscando incansablemente los que nos une a todos, con diálogo paciente y sincero, comprensión recíproca y una leal voluntad de escucha que acepte metas portadoras de nuevas esperanzas.(…)”

Fueron planteamientos claros y esenciales. Quizás en una próxima crónica exprese otras cuestiones que no se agotan sobre esta visita. Así lo pienso, así lo he escuchado con atención y así lo afirmo.


E-Mail: fsautie@yahoo.com

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