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From: Perucho Figueredo
To: perucho1949@yahoo.es
Sent: Monday, January 16, 2012 12:45 PM
Subject: SPD 81
SPD
No. 81 (3/ año 4). La Habana, 13/Enero-2012
“Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”.
Art. 53 de la Constitución
Boletín por un socialismo más participativo y democrático.
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ÍNDICE
De las Propuestas para el avance al socialismo en Cuba
Presentación para su discusión al pueblo, a los trabajadores y a los revolucionarios cubanos, a propósito de la convocatoria del VI Congreso del PCC.
La balada del Poder. Y etcétera. (I Parte)
Estado centralizado-Partido Único IGUAL a monopolio del pensamiento. IGUAL a fomentar apoliticismos. Así, imposible lograr diversidad y expansión de las ideas.
Por Félix Guerra
La balada del Poder. Y etcétera. (II Parte)
HAIKUS: Partido-Único/ Estado centralizado/ Estado-Gobierno de una sola pieza. ¿Y LOS DEMAS?
Por Félix Guerra
En el empeño de construir una sociedad plenamente libre y soberana.
Hay que estar dispuesto a coincidir con quien sea si lo que dice es verdad. Se puede coincidir en cualquier apreciación, lo que no se puede es coincidir en los remedios.
Carlos C. Díaz- Orlando Ocaña.
La "Comuna de París" asoma en China
Una ola que crece de huelgas obreras y levantamientos campesinos
Tomado de Prensa Obrera de Argentina. 5 de enero de 2012
Por un 2012 sin descalificaciones, rencores ni odios entre cubanos
Crónicas cubanas
Félix Sautié Mederos
CONTENIDO
De las Propuestas para el avance al socialismo en Cuba.
Presentación para su discusión al pueblo, a los trabajadores y a los revolucionarios cubanos, a propósito de la convocatoria del VI Congreso del PCC.
1-Establecer la República democrática revolucionaria directa de los trabajadores. Cambiar la forma indirecta y representativa, de tipo burguesa, del actual sistema político, por la democracia participativa, decisoria y directa. Todo el poder decisorio y legislativo fundamental recaería totalmente en el pueblo. Los aspectos nacionales y municipales más importantes que afecten a todos deberán ser sometidos a referendo. Todo cuando impida, obstruya o imposibilite la soberanía del pueblo sobre las leyes y el gobierno deberá ser derogado.
-Crear los Consejos de Trabajadores en todos los centros de producción o servicios, por donde empezaría esta nueva democracia, para empoderar a los trabajadores con el verdadero poder, el de la economía, a fin de que ejerzan el control directo de todas las decisiones: elección y/o ratificación de dirigentes empresariales, planificación, gestión y control democráticos de los planes de producción, costos, gastos e inversiones y cambiar la forma de pago de salario por la repartición equitativa de parte (1/3) de las utilidades. Este proceso deberá ser encabezado directamente por los trabajadores. Su emancipación es obra de ellos mismos.
-Hacer real el poder del Poder Popular a todos los niveles, (el estado en lo sucesivo), otorgando pleno control de toda la actividad social en los municipios a sus autoridades respectivas, las cuales deberán ser elegidas en forma democrática y directa por el pueblo, con decisión sobre el uso de parte de los impuestos que se recauden para la organización y realización de presupuestos participativos autónomos ajustados a las necesidades reales y concretas de cada Municipio y Comunidad.
-Todo el actual Orden Interior –policía, bomberos y demás- subordinado al MININT, deberá municipalizarse y depender de los órganos locales, así como supeditar todo el sistema de prisiones a órganos de justicia locales.
-Elección por el voto popular, directo y secreto, de un tribunal de garantías constitucionales.
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Nota de SPD: Publicamos de nuevo La balada del Poder. Y etcétera. Partes I y II, del poeta Félix Guerra, con miras a la Conferencia del PCC.
La balada del Poder. Y etcétera. (I Parte)
Estado centralizado-Partido Único IGUAL a monopolio del pensamiento. IGUAL a fomentar apoliticismos. Así, imposible lograr diversidad y expansión de las ideas.
Por Félix Guerra
Creo que en esta fecha, comienzos del Siglo XXI, tan crucial como otras, ocurre una suerte de Renacimiento del pensamiento social y del Humanismo. Por lo que, con sentido de la oportunidad, el conjunto y combinación de los asuntos al respecto deben ser puestos sobre la mesa, para su análisis crítico. Es hora ahora de que lo poco y lo mucho necesiten ser cuestionados.
Es Labor de amasar, agregar, sumar amar, crear, sin hipercriticismo y al mismo tiempo sin mojigaterías puritanas u ortodoxas. No al margen de militancias, ideas y compromisos sociales. Pero sin dejar espacio a escolasticismo, verdad repetida ni dogma.er procedencia.
Recuerdo ahora dos Haikus japoneses que versan sobre política:
1
Monopolios dueños
de todo. Y la Gran Burguesía
dueña de los Monopolios
2
El Estado se apoderó
de todo. Y algunos
se apoderaron del Estado
Alguien, de forma anónima y criolla, escribió un tercero:
Estos pequeños poemas, muy cultivados en Japón desde hace siglos, nos lanzan de inmediato al tema del Poder, y también, como un resorte, al asunto de los partidos políticos. Y a otro punto candente de la agenda de nuestros días: el controvertido Estado.
EL ESTADO
Desde el punto de vista de los antropólogos, al menos de la mayoría, se sitúa el surgimiento del Poder en eras inmemoriales, miles de años atrás, y como antecesor directo del Estado. La humanidad vivió algún tiempo en una sociedad igualitaria donde resultaba más satisfactorio dar que recibir. Dar era símbolo de un incipiente poder, aunque sin ostentaciones, un poder humilde, dulce, obediente, constreñido al sentimiento de servir a otros. Martí dijo: Los hombres no siguen sino a quien los sirve, pero lo enunció hace apenas menos de siglo y medio, como una suerte de amonestación ética a poderosos de su época y otras venideras.
Si el espíritu de aquella época del poder incipiente se pudiera mezclar con las sociedades contemporáneas, el mundo estaría repleto hoy de personajes al estilo del Padre de las Casas, Robin Hood, la Madre Teresa de Calcuta y otros prominentes humildes.
Pero el tiempo pasó. Y con el tiempo, y vamos a decir, la evolución, algunas criatura alcanzaron la categoría de distribuidores. Alguien que tiene poder, ya sea por buena puntería con la lanza o flecha o fuerza sobrante para arrastrar o cargar la presa, distribuye luego. Alguien que distribuye, se está haciendo de un poder creciente.
La distancia entre ese poder creciente y los que decrecientemente van teniendo menos poder comunitario y personal, dividió a los hombres finalmente en clases sociales. El Poder hoy todavía distribuye, aunque de forma más compleja y omnímoda que antaño, por supuesto. El Poder, por lo general, a la postre reparte poder, y el que reparte y reparte se queda con la mejor parte.
Quizás por esa razón, ni Martí ni Marx hablaron excelencias del Poder, aunque sabían que de momento resultaba necesario y hasta imprescindible. Marx incluso habló del Comunismo, donde el Estado se apagaría como una braza de carbón, y casi toda la administración de la sociedad pasaría a manos de la mayoría, es decir, el pueblo y la suma integra de los individuos. Su gestión sería el motor del progreso y la luz del camino.
Hoy se da una paradoja (nada abunda tanto como las paradojas).
Son o eran, hasta hace unos días, los mandatarios capitalistas quienes abogaban por el decrecimiento del Estado, en particular en los asuntos de economía y otros. Ahora con la crisis neoliberal que lanza al desempleo a cientos de miles, azota las bolsas de múltiples latitudes, crea distancias abismales entre los ciudadanos, arruina millonarios o consolida fortunas precisamente de los usureros y, por y último, constriñen el consumo y los mercados, ellos mismo se aconsejan con premura.
El Estado, se proclama, debe regular importantes asuntos financieros, monetarios, bancarios, y de paso un tanto algunos tráficos y aberraciones del mercado, para evitar estos tropezones aterradores que amenazan riquezas y estabilidad mundial. La primera aberración es que esta crisis neoliberal, que amenaza con hambre, comienza por ser una crisis de superproducción.
Detrás de toda esta crisis, agazapada y todavía no suficientemente develada, se esconde la “burbuja” armamentista, mucho más resistente que las del jabón, que necesita guerras para aumentar y sofisticar la producción de arma: sin guerreros y Estados en guerra, los monopolios bélicos sufren recesión. Y los dueños de los monopolios se resienten y tornan huraños durante esa inopia que es la prevalencia momentánea de la paz. .
La industria bélica es poderosa y violenta en sus entrañas. Y aliada siempre, como decir uña y carne, de los gobernantes y Estados que prefieren la metralla para dirimir asuntos de espacios vitales, posesión de territorios, combustibles y otras materias primas, agua y otros minerales, así como en conflictos limítrofes. También a quienes gusta ostentar del poder del más fuerte. O por quítate tú, pequeño, que me pongo yo.
Y son los ideólogos y mandatarios de signo opuesto, es decir, socialistas, quienes abogan por el Estado fuerte.
Y más: los países del socialismo real instauraron en Europa un Socialismo donde el Estado era propietario principal y casi absoluto. Dueño tanto de las fuerzas productivas, mediante el salario (de forma similar al capitalismo), como de los medios de producción, organizados en empresas estatales y administrados a través del clásico sistema vertical de ministerios.
Un Estado con ascensores, por donde suben muy poco a poco las inquietudes y conflictos y por donde bajan a toda prisa, y ya sin tiempo para debate, normas, orientaciones, resoluciones y leyes.
Los distribuidores en ambos casos están arriba, en la cúspide, y los trabajadores distribuidos a su vez en los cimientos y paredes bajas y mediana de la pirámide. La sociedad en esencia igualitaria aquella de los albores, dejó de ser y ahora de nuevo es utopía. Nos encontramos por doquier y momentáneamente en el apogeo de los Estados. Unos y otros en planteos, revalorizaciones o reforzamientos.
EL PARTIDO, LOS PARTIDOS
Martí fundó un partido, no tres. No estaba loco. Fundó el Partido de la Independencia.
Pero fuera y por sus respectivas razones, y por eso fundó Martí, estaban los partidos de los autonomista y los anexionistas.
De paso, con la presencia del Partido de Martí y los patriotas que apoyaba, se continuaba una confrontación ahora de forma más coagulada, completa, institucional, abierta y organizada. Era el entrechocar entre las corrientes lógicas de una época en Cuba, impuestas por la economía, la geografía y la historia.
Un grupo tendía a autonomizarse de España. Otro a anexionarse a USA. Y otro, el último en aparecer porque necesitaba madurar y era la actitud más radical, el independentismo, que postulaba convertir un Estado dependiente y un país ocupado en una Nación única en el concierto mundial, con soberanía irrestricta sobre su territorio.
Martí nunca esgrimió la teoría de un Partido Único.
Y durante un breve pero fructífero período, resultó realmente el partido de vanguardia, no una consigna, porque era imperativo de un proceso de independencia nacional y también más general de toda la América del Sur y el Caribe, superó ideológicamente el argumento de las lógicas y partidos adversarios. Triunfó esa esencia en la conciencia del cubano, a pesar de los escamoteos de l998 y 1902, la Enmienda Platt y la Base Naval de Guantánamo.
La independencia de Cuba, con respecto a cualquier metrópoli colonial o neocolonial, permaneció latente y reforzó día a día la identidad del cubano durante más de medio siglo.
A la idea de la independencia se llegó por un camino tortuoso que tuvo inicio quizás cuando los recién llegado conquistadores, procedentes de España, quemaron al insurgente Indio Hatuey, que no era precisamente un nativo de esta Isla de Cuba. La imaginación de la Historia jugaba una partida complicada, como todas.
La realidad de cualquier tiempo, incluyendo el cristianismo y la propia historia de Cuba, margina cualquier deseo mesiánico de intentar “arreglar” el mundo definitivamente de un día para otro, en una conversación o durante un mandato o una generación. La Historia demuestra su compleja movilidad y su antidealismo acérrimo. El mundo se arregla y se “arreglará” continuamente, al menos mientras exista la historia, el tiempo y este Planeta.
Un partido de vanguardia, en los escasos instantes en que los hubo, interpreta de forma relampagueante e infalible el “segundo” histórico, para lograr sus objetivos tácticos y estratégicos, Y es capaz de mover rápidamente sus trincheras un minuto más tarde, cuando las “condiciones objetivas y subjetivas” se transformaron. Fue todo una acción leninista, aquella de l917, que al pasar por la tubería de los manuales se convirtió en consigna y dogma.
El tiempo y el espacio están tachonados de regateos, permutaciones y cambios. No hay verdad sempiterna ni localismos indisolubles. El cambio es esencia de las dialécticas que constantemente explican y zarandean los escenarios históricos. Es el río de Heráclito aplicado y actualizado a la totalidad de los individuos y la sociedad.
En USA impera hoy el llamado sistema bipartidista, que viene a ser el Partido A y el Partido B del capitalismo norteamericano. Los dos, con sus desavenencias y diferencias, representan sin duda los intereses de un mismo sistema. Aunque todavía queda un margen para los llamados candidatos independientes, que se suman a la duración capitalista, pero con otras visiones más radicales, tanto a la derecha como a la izquierda. Y los minúsculos partidos de la izquierda más sustancial y ortodoxa, que todavía no entraron a una lógica posible.
Sin embargo, el Partido Republicano y el Partido Demócrata no son la misma cosa. Dentro de cualquier institución o sistema o social, por sencilla y pareja que puedan parecer sus lógicas, necesariamente hay diversos y permutables intereses contrapuestos. La diversidad, la lucha de contrarios, lo que niega o reafirma, el debate de ideas y su progreso formal o dialéctico, está implícito en ese juego de valores, principios, escuelas, estilos, cualidades, tendencias. Y etcétera.
He aquí varias demostraciones de lo anterior:
No fue lo mismo Clinton que si hubiese sido su adversario Bush padre. No son semejantes el Bush II fraudulento y el ecologista Gore. Obama y McCain no fueron antes ni nunca un calco uno del otro.
Y así lo expresa hoy el hecho que casi cada ciudadano y gobernante de Cuba y el Mundo, antes del 4 de noviembre hubiese dado un pedazo de su alma a cualquier ángel o demonio por ver a Obama en la presidencia, cuasi político de este milenio, Aunque luego decepcione en poco o en mucho. La esperanza, en el terreno de la política, tampoco se pierde nunca. Los hechos lo confirman una y otra vez.
La contingencia histórica del triunfo de Barack Obama, abre nuevas fascinantes expectativas e interrogantes que serán despejadas en el tiempo inmediato venidero.
Y de esa ondulación impredecible también se alimenta la Historia en grande para avanzar en alguna dirección, aunque los desenlaces posteriores no alcancen a ser profetizados.
POEMAS DE LA SANGRE COTIDIANA
Noviembre 5 de 2008
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La balada del Poder. Y etcétera. (II Parte)
HAIKUS: Partido-Único/ Estado centralizado/ Estado-Gobierno de una sola pieza. ¿Y LOS DEMAS?
Por Félix Guerra
UNO
¿Cuántos partidos con LÓGICA podrían convivir en Cuba? Las contrapartidas ayudan a los gobiernos a más eficacia en economía e ideología. ¿El pluralismo de base socialista sería la solución?
Lo que demuestran las experiencias de Venezuela, Ecuador y Bolivia, es que los gobernantes y los pueblos se crecen frente a los contrincantes, y no tienen opción: es obligado apoyar, combatir, legislar, gobernar a favor de la mayoría de la población, en una lucha de acciones e ideas que no puede llenarse de demasiados fallos ni secretismo y voluntarismos. Menos de burocracia dispuesta a vender su alma al diablo.
Y eso que allí, en los países mencionados, permanecen las clases antaño privilegiadas, todavía con una parte sustancial de sus inmensas riquezas. Y que muchos recursos mediáticos continúan en sus manos.
Aquí las clases privilegiadas desaparecieron hace décadas. Y los medios masivos, estatalizados, pueden reconvertirse en una nueva modalidad de propiedad social que contenga al Estado. Mayoritariamente el pluralismo aquí sería de base socialista, salvo los grupos que deseen con intención oponerse al socialismo o colocarse al servicio de añejos intereses.
DOS
Pregunto en primer lugar:
¿Qué gana un país o un sistema con un Partido Único?
Un partido único con una militancia del 10 de la población, que ya es mucha militancia, deja fuera de sus filas a un 90 por ciento de personas. Ese 90 son individuos también en su mayoría con instintos, creencias y convicciones políticas e ideológicas.
Se erige de facto un NO militantismo mayoritario, que poco a poco y en diagonal crea sus diversas lógicas al margen, incluso en los momentos de más identificación con el gobierno y el sistema.
El desgaste que produce el mucho tiempo en el Poder, crea diversas erosiones y constantes apoliticismo. Como no hay donde sufragar reproches, las diferencias crean un foso que crece y crece.
El apoliticismo, para ir rápido, se alimenta todo el tiempo de ese segmento creciente de población y de las diferencias acumuladas con los gobiernos a todas las instancias.
Y por supuesto, el apoliticismo se nutre de las reelecciones indefinidas y elecciones restringidas a la circunscripción. De ausencias de mecanismos democráticos para opciones y debates, incluso dentro del Partido Único, salvo que esté la Orden del Día por orientaciones verticales (“de arriba”).
De la no participación real, por consiguiente, en los asuntos de la vida nacional, la política, la economía, la ideología, el gobierno y el Poder, así como de los detalles de una vida ciudadana local del día a día. Del voluntarismo que prescinde de opiniones. De la representatividad no efectiva, siempre silenciosa y aprobatoria.. Del unanimismo inexplicable y lleno de fantasías.
En el acápite de los detalles de la vida cotidiana, se agrega cualquier “nimiedad”: una vivienda que se derrumba, una cuota de aceite escaza para cocinar, un aceite de shoping para el que no hay moneda dura, un bache callejero que no encuentra redención una media libra que te “tumban de” la cuota del arroz o el pollo, por parte del bodeguero o el carnicero, que ese instante representan absurdamente al Estado. Un trámite burocrático dilatado hasta la eternidad o una maniobra burocrática para sacarle pesos al necesitado. También, y mucho, insuficiencias crónicas del salario y de la libreta de abastecimientos. Y etcétera.
El sentido de pertenencia, slogan ahora, no es posible reforzarlo con propaganda: necesita un sustento material.
En un Estado centralizado se centralizan las quejas. El Poder paga y suma constantemente en su contra cualquier deuda. Cada arañazo de la insatisfacción popular se agrega a la curtida piel monopólica del Estado-Gobierno.
Si el Estado centralizado se unificó en uno solo con el gobierno y el Partido, entonces es el culpable virtual de cada rincón y minuto donde se cometa cualquier violación o error. Es una erosión continua de prestigio y autoridad.
Los socialismos que se derrumbaron o desviaron, tenían Partido Único. El Partido Único en realidad comienza y termina siendo a imagen y semejanza de los dirigentes en el Poder (y viceversa) Ese partido no es más que una herramienta utilitaria del Poder. Bueno, regular o malo, según la dirigencia.
Pregunto, en segunda instancia:
¿Alguna Ley, Constitución, Sistema Social, algún código humano o mundial, algún signo o tradición de la Historia, da derecho a impedir creación y presencia de nuevos partidos, que respondan a una lógica de fundación, a un cúmulo de ideas, legítimas insatisfacciones, a intereses de grupos de individuos en una dirección específica? Ejemplo, la ecología, las discriminaciones de etnias y minorias, religión, género, preferencias sexuales, etcétera?
¿Cualquier partido que no sea ese Único oficial, representa disidencia, enemigos de derecha, aliados del Imperio? ¿Nada ni nadie es de izquierda o socialista si no milita en ese partido minoritario o se mantiene ortodoxa, incondicional y constantemente en su orbita?
¿Quién se arroga ese derecho: directamente el Partido Único o el Poder? ¿A nombre del sistema social de que se trate?
Me pregunto:
¿El pluralismo de base socialitas, en primera instancia, no sería una solución para este conflicto de representatividad, participación y democracia?
¿El pluralismo de base socialista no aliviaría en mucho ese embudo de Estado centralizado y Partido Único que estrecha la voz social, la secretea, acogota al individuo, impide la diversidad de ideas y el debate ancho, abierto, expansivo, realmente persuasivo?
¿Sin tutela ideológica de quienes también monopoliza la exactitud universal, resulta posible andar por el buen camino de la verdad, las lealtades nacionales, el patriotismo, el antimperialismo, los deseos ecuménicos de justicia humana y social?
Pregunto: El Partido Único, enlazado al estado centralizado y reforzado en un haz también único por el resto de las organizaciones dependientes, como la organización de los jóvenes, las mujeres, los CDR y los sindicatos, ¿no se parece más, a estas alturas, a un trinquete dedicado al control ciudadano, de la propiedad, la producción, de la industria y la agricultura, la cultura y otras manifestaciones espirituales, etcétera? Y etcétera.
¿Una sociedad donde prevalezca el “que nadie toque nada, solo yo puedo tocar”, sería la tosca culminación de un proceso histórico que viene desde la más remota antigüedad, ampliando círculos del derecho humano a opinar libre, participar siempre o cuando quiere, elegir y revocar directamente a las autoridad del Poder?
¿La condición humana puede ser sometida a esos angostos pasadizos? ¿Y evocando precisamente a Marx, Engels, Lenin y toda la teoría escrita sobre Socialismo y Comunismo?
¿El monopolio ideológico y propagandístico del Partido Único es la garantía de la construcción del socialismo y eventualmente algún día del comunismo? ¿Dónde, en qué literatura se postula eso, basado en que experiencia o fundamento histórico? ¿No se parece más bien a un corralito ideológico y político, donde deba apacentar por siempre el ciudadano?
El partido único es un pasadizo visible y allanado para el culto a quienes dirigen: Partido, Estado, Gobierno, todos Únicos, centralizados, coaligados a una ideología en solitario, a los mandantes de por vida, que ya con los medios de información o divulgación, prensa y TV, bajo su sombra, logran prescindir de estatua, íconos y otras formas perversas de sacralizar el Poder.
No es tampoco porque alguien preconice que resultan “necesarios” más de un partido para el esfuerzo, minando la unidad, como insinúa irónico alguien en un comentario insidioso a la I PARTE de este artículo, para llegar algún día a la meta de construir verdaderamente la sociedad socialista.
Único y unidad no son sinónimos. Más bien único por lo general repele la unidad. Único casi siempre quiere decir elite, señero, solo, exclusivo, paradigmático. Y además, ya desde hace mucho comprendimos que solo hay unidad en la diversidad. Y siempre que se aclare constantemente: ¿Unidad con quien, por qué y para qué? De lo contrario Unidad es otra de las consignas abusadas.
Se trata más bien de que un solo partido, “Único”, relega a la población mayoritaria a caminos alternativos, le impide militancia, activismo constructor, crítico y público, la aportación voluntaria, parcial o plena, y la capacidad para participar opinar sin temores.
Único es el antípoda de la necesidad de contribuir todos a una tarea que entonces podría ser en realidad colectiva, social, codo con codo, con propiedad social, y no obra de artífices o recetas infalibles. La cooperativa de ideas, entronizada de forma permanente y para la totalidad de los individuos, es lo contrario a la historia del General que se fue guerra sin llevar siquiera cocinero.
La formula del socialismo democrático, divulgado por restringidos medios informativos, informales y alternativos, foráneos y digitales, a falta de otras opciones, ofrece sin embargo una solución contraria. Los individuos y el pueblo todo, sin exclusiones, participando sin tapujos, tabúes o temores, en economía y política, ideología y cultura, con la misma intensidad y bríos que hoy gastamos en practicar deportes o hacer largas colas en establecimientos de la red minorista del comercio nacional.
El socialismo de la centralización y la exclusividad fracasó en la URSS y el campo socialista, sin excepción.
El socialismo democrático y participativo, más que una etiqueta fabricado con el advenimiento del siglo XXI, es una opción real y otra manera del ver el Estado, el gobierno y la Nación. También la ideología. Es un ejercicio de pensamiento compuesto para encontrar caminos viables a los atolladeros. Es la oportunidad quizás de preservar el socialismo en Cuba y volver a entusiasmar a la población y los individuos que la componen, quienes compartirían de una u otra forma la propiedad que ahora es casi exclusivamente estatal y bajo égida del voluntarismo centralizado.
Ese socialismo no ha sido nunca y Cuba tiene la oportunidad de implementarlo por vez primera. Sería como reconquistar el puesto de vanguardia revolucionaria que siempre, desde hace 50 años, tuvo esta revolución que nació varias veces y casi siempre con armas en las manos, 1968, 1995 y 1959.
Sería el CAMBIO que aguardamos. Una acción histórica que tal vez no espera el adversario. Se haría, en lo económico, político y militar, con igual respaldo de gobiernos amigos que hoy tienden la mano.
Un nuevo gobierno en EE.UU., del corte renovador que ahora se inaugura, sería una cobertura propiciada por la Historia. Un instante crucial para colocar a Cuba a una altura suficiente, que reforzaría nuestras aspiraciones de dignidad, independencia y socialismo.
Si permanecemos extáticos o erramos el rumbo, ahora los conservadores podríamos ser nosotros. Y eso sería la absorción o extinción, por uno u otro camino.
La diversidad en genes, especies, comunidades, en opiniones, filosofías y clásicos de la filosofía e ideas económicas, los acuerdos desde todos los ángulos y visiones, las apreciaciones multilaterales, el dilemas de las opciones, la voz biodiversa de corporaciones civiles e individuos, conducirán por el sendero más correcto cualquier experimento. Y en particular, creo, en este terreno tan específico de las ciencias sociales y la construcción de justas sociedades humanas.
EL PODER, UNA BALADA MUY ANTIGUA.
A continuación algunas citas de textos de José Martí, héroe de la independencia cubana:
Cuando ha llegado el plazo que la ley fija para resignarlo (el poder), ¿es decoroso pretender conservarlo a toda costa?
Todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta. Con la casta vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderla, las intrigas para sostenerlas.
Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una posición privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidades en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes.
Para concluir otro pensamiento martiano: Solo resisten el vaho venenoso del poder las cabezas fuertes.
POEMAS DE LA SANGRE COTIDIANA
Noviembre 8 de 2008
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En el empeño de construir una sociedad plenamente libre y soberana.
Hay que estar dispuesto a coincidir con quien sea si lo que dice es verdad. Se puede coincidir en cualquier apreciación, lo que no se puede es coincidir en los remedios.
Carlos C. Díaz- Orlando Ocaña.
La Conferencia del PCC debe ayudar a continuar en ese empeño, pero solo lo hará de superar sus propuestas claramente reduccionistas.
Llegó el momento impostergable de erradicar nuestras insuficiencias e eliminar nuestros errores políticos-sociales en La Conferencia del PCC. Lo que aprobemos condicionará la vida para el futuro que queda a miles de cubanos, que cargaron sobre sus hombros la construcción de una nueva sociedad. Y mientras que la justicia no está conseguida, se pelea.
Aun con demoras y obstrucciones, los acuerdos del Congreso en su parte económica se vienen cumpliendo,-ahí están las eliminaciones de prohibiciones para compra-venta de casa, autos, estadía en hoteles, celulares, trabajo por cuenta propia, mayor transparencia informativa etc.- obra de todos, pero especialmente de esa izquierda irreductible que lleva tiempo presionando para ello.
Pero sin mayor democratización social todo puede ser revertido.
La Revolución Cubana del 59, tuvo como motivación esencial la restitución de la Constitución de 1940, pisoteada por una tiranía militar, profundizó su pensamiento nacionalista y antiimperialista, evolucionó rápidamente y se declaró socialista en el sentido autoritario, burocrático y reduccionista predominante en el siglo XX, reproduciendo sus vicios como la estatización de toda la propiedad nacional y extranjera, incluyendo la chica y la cooperativa, la concentración y centralización de todos los recursos y las decisiones y el desarrollo de un sistema político con serias limitantes en cuanto a la transparencia pública, la movilización continua de las masas para apoyar decisiones y una democracia restringida y muy vigilada.
A pesar de avances progresistas importantes, nunca el proceso evolucionó hasta alcanzar las cotas democráticas, libertarias y socializantes del socialismo en sentido marxista. Tampoco alcanzó las aspiraciones totales del Proyecto Martiano. El enemigo contribuyó a ello con una presión sin precedente.
Por otra parte en Cuba también funcionó la contradicción esencial que se manifiesta en cualquier proceso de transición socialista, la que se establece entre un poder que debe ser necesariamente fuerte y un proyecto libertario que pretende la emancipación de las personas de todas las dominaciones. También se utilizó el liderazgo carismático, que en determinadas circunstancias, puede ser aprovechado por los revolucionarios.
Fue el propio líder de la revolución quien alertó y dijo que los revolucionarios podríamos destruir la revolución y llamó a impedirlo.
En ese contexto, tenemos motivos para sentir cierto orgullo de lo que la revolución ha logrado; pero -como hemos expuesto- no tenemos razones para estar satisfechos ni ser complacientes.
Frecuentemente la palabra y los hechos no han estado unidos. Se han cometimos serios errores. Hemos sufridos inocultables reveses, e incluso, no por excepcionales menos dañinos, creyendo defender lo justo hemos implementado métodos carentes del humanismo que perseguimos desde tiempos fundacionales. Algo de discriminatorio, y a veces de represivo, se impuso también en el plano ideológico en el proyecto cubano, ha señalado el intelectual revolucionario Aurelio Alonso.
Hemos llevado a límites innecesarios el espíritu de resistencia popular. Dolorosos problemas de discriminación racial y sexual en la Cuba de hoy, libertad, limitaciones de derechos y la separación familiar con su emigración están en la mesa del conflicto. La causa principal de eso fue que en el pensamiento rector estaba cercenado y simplificada la teoría emancipadora y la práctica política divorciada de la realidad.
Reiteramos, el momento impostergable de erradicar nuestras insuficiencias e eliminar nuestros errores está ante nuestras caras. Ese momento se ha condensado ahora en la llamada Conferencia del PCC. Los que cargaron sobre sus hombros la construcción de una nueva sociedad - y especialmente los jóvenes- deben actuar. Quien menosprecie este momento pagará muy cara su ignorancia pues dará así un voto de confianza a la burocracia para legitimarse.
Se hace necesario no escamotear más la realidad, el Socialismo no es la propiedad centralizada y estatal única, ni la dirección monopólica y excluyente de revolucionarios profesionales. Las organizaciones de masas son hoy más las representantes de los intereses del estado que de sus miembros y la política de jerarquizar el combate contra el enemigo no debe olvidar la acción en bien del pueblo.
El socialismo en Europa y Asia fracasó estrepitosamente, no por violencia externa, sino por el repudio de la clase que decía defender. El partido le debe un análisis integral a la sociedad cubana de esto.
Hay que volver a considerar las esencias y características del poder y de ese liderazgo. Es vital para la sobrevivencia de la Revolución Cubana que no perdamos el horizonte, que el poder se subordine al proyecto y sea este el que determine sus actuaciones, límites y caminos. Que el liderazgo actúe en el marco de la democracia y el control de abajo. Esa contradicción también tiene que ser reanalizada y a la vez que complejizada, atenuada.
Se hace necesario recordar que los nacionalismos y los antiimperialismos son progresistas en determinada etapa, apoyables y defendibles, pero no suficientes para otras. Debemos recordar que las independencias son rupturas de vínculos con el explotador internacional; las revoluciones, aniquilación de órdenes impuestos por explotadores internos y sus aliados transnacionales. Y revolución que se detiene fracasa.
Hay que acabar de renunciar a voluntarismos, extremismos, falta de sentido común, deseos de grandeza que no son posibles sino a un costo que afecta la construcción de una nueva Cuba y acabar de entender que todos contamos. Hay que cambiar no para satisfacer al enemigo, sino para satisfacer al pueblo que habló muy claro.
El cambio de las sensibilidades económicas políticas y sociales del mundo a principio del siglo XXI y del propio pueblo cubano exige nuevas metas democráticas, libertarias y socializantes por alcanzar, y son a nuestro juicio los objetivos socialistas de esta etapa del proceso revolucionario cubano; objetivos que parece comparte muy poco la dirección histórica.
Y sobre todo el abandono de un modelo de gestión político social donde las personas y sus derechos son menospreciados y la democracia popular termina siendo una consigna vacía, que hipoteca el ideal del socialismo, solo aceptada como movilización rutinaria permanente para apoyar pero sin ningún vehículo institucional serio para decidir.
La economía cubana alcanzó, en los últimos cincuenta años, un exagerado grado de concentración de la propiedad bajo las formas de propiedad estatal, A la vez, se estableció una identidad entre propiedad social y estatal, y se redujo a una mínima expresión a otras formas de propiedad social. La elevada concentración de la propiedad en manos del Estado propició la centralización excesiva, el desarrollo de la burocracia, limitó la iniciativa individual y la capacidad de decisión de los productores.
Por otra parte el poder popular solo dio verdaderamente cuotas de democracia a la base, a partir de allí, no es así y todo lo deciden comisiones de candidaturas previamente seleccionadas y propuestas por el PCC y sus organizaciones de masas, que se convirtieron solo en poleas transmisoras de las directivas de arriba y olvidaron su papel de representación de los intereses de sus miembros y muchas veces la identidad propia.
La sociedad actuó a partir de los mismos valores creados por el capitalismo, conteniendo primero y sofocando después muchos de los nuevos valores que se intentan crear. La crisis de los noventa concluyó ese trabajo y llegamos a aceptar el nepotismo como natural, la permanencia vitalicia en los cargos como necesaria y hasta nombrar internacionalismo a la venta de servicios médicos y la preparación deportiva en otros países.
El alerta de Fidel y las acciones de Raúl han contribuido a la concientización de que si no arreglamos esto caeremos en el abismo. Ya no hay más tiempo que perder. Pero en propias palabras de Raúl hay dos problemas serios que enfrentar. La concepción de que todo se debe al imperialismo y la amenaza de la inercia, el inmovilismo, la apatía.
En la opinión del Primer Secretario del PCC y Presidente del país: “El mayor obstáculo que enfrentamos en el cumplimiento de los acuerdos del Sexto Congreso es la barrera sicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación o doble moral, la indiferencia e insensibilidad y que estamos obligados a rebasar con constancia y firmeza”.
Por su parte el documento base para la Conferencia nos plantea…”Lo primero que estamos obligados a modificar en la vida partidista es la mentalidad que, como barrera psicológica, es la que más trabajo nos llevará superar, al estar atada a dogmas y criterios obsoletos.”
Sin embargo, el propio documento a la Conferencia adolece de insuficiencias y no está a la altura de lo demandado por nuestros dirigentes máximos.
Para comenzar, en su Informe Central al Sexto Congreso, el Presidente de Cuba, Raúl Castro, dijo que entre los problemas pendientes de solución figuraba la confusión de tareas y funciones entre esos tres poderes, que se expresaba en el “debilitamiento del trabajo político” del partido y el “deterioro” de la autoridad gubernamental y estatal. Confusión que se sigue manifestando en la propuesta a la conferencia, pues se quieren crear cuadros políticos administrativos integrales.
Como además, cosa que no dice el documento pero todos sabemos, se está privilegiando el ascenso de cuadros militares, tendremos una bonita trilogía de dirigentes multipropósito que contribuyen más a la confusión que señalaba Raúl que a erradicarla.
Por otra parte, se nos sigue negando -a más de 20 años de sucedido- un análisis integral de las causas de la caída del campo socialista. No se caracteriza qué es el socialismo hoy, solo se define revolución que no es lo mismo, Y NO ESTA EN EL DOCUMENTO, ADEMAS. No se caracteriza al Partido actual en su conjunto. Fortalezas y debilidades. No se caracteriza el momento histórico cubano, latinoamericano ni mundial. Menos se vislumbran los desafíos que enfrentaremos en los próximos cinco años.
La caracterización de la población cubana actual es reduccionista. No se abordan problemas vitales como la totalidad de los desafíos ideológicos y morales a los que nos enfrentamos, las características actuales de la influencia de la emigración en la sociedad, el peligroso problema del nepotismo.
Tampoco el papel protagónico de funcionarios electos por nadie en el aparato central del PCC, el apoderamientos de la revista del PCC por un grupito de intelectuales dueños de la categoría ideológica revolucionaria -sin definir y solo soportada por las opiniones de los lideres.
Llama la atención los pocos procedimientos nuevos para asegurar los amplios y múltiples propósitos que el PCC se adjudica. Por ejemplo, las buenas intenciones para ampliar la transparencia y eliminar el secretismo en la prensa no tienen correspondencia con nuevos mecanismos para asegurarlo.
Nuevos mecanismos democráticos como pudieran ser la elección de los secretarios generales del Municipio por el voto de toda la militancia, el establecimiento de órganos de ética y control sobre los medios de información, la participación de los secretarios generales de todos los municipios del país-junto al Comité Central -para la revisión de la marcha de la política a mitad de quinquenio-, mayor control y derechos a la comisión de control y revisión del PCC, el establecimiento del voto de censura a la dirección en caso de violación de los estatutos y políticas, normas para conocer la información en manos del partido, la cual debe ser para toda la militancia y no solo para una parte, posibilidades de intercambio horizontal entre los núcleos para sugerir políticas y alertar sobre situaciones etc., etc., están completamente ausentes del documento que se nos ha presentado.
Y la ausencia de recomendaciones para mejorar el poder popular es una ausencia muy relevante e inconcebible.
Si estas insuficiencias no se abordan -y otras más- el propósito del partido de encabezar el empeño de construir una sociedad plenamente libre y soberana, será una consigna más, la ultima, pues después, los signos de desintegración de la nación no podrán ser neutralizados.
La fatal división ocurrirá. Querámoslo o no. Esa es la historia de Cuba. Y no tengamos dudas, el imperialismo la utilizará sabiamente.
Viva la revolución Cubana.
Viva la renovación Socialista.
Socialismo o Barbarie.
La Habana, 10 de enero de 2012
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La "Comuna de París" asoma en China
Una ola que crece de huelgas obreras y levantamientos campesinos
Tomado de Prensa Obrera de Argentina. 5 de enero de 2012
En los últimos meses, China volvió a ocupar las primeras planas de la prensa internacional. En el marco de una desaceleración industrial, un conjunto de huelgas obreras y levantamientos campesinos ha vuelto a poner de manifiesto un cuadro de ascenso de masas, que plantea al rojo vivo todas las contradicciones del proceso de restauración capitalista en el país.
Huelgas en el "taller del mundo"
Entre los llamados "incidentes de masas", que llegaron a 180 mil el año pasado (The New York Times, 14/12), sobresalen los protagonizados por la clase obrera. Según un reciente cable de Ansa, más de 200 empresas fueron cerradas el mes pasado solamente en la provincia de Zhejiang, en el este de China, "afectadas, en su gran mayoría, por la caída de las exportaciones y el aumento de los costos laborales". El proceso que había estallado el año pasado, con una serie de huelgas en las plantas automotrices de propiedad japonesa, se ha visto profundizado en los últimos meses de 2011. Las empresas están recortando horas extras y, como ocurre en el distrito de Guangdong (el principal polo industrial de China), las autoridades anuncian la suspensión del aumento del 20% en el salario mínimo. El gobierno central, a través del responsable máximo de la seguridad interna, hizo saber a las autoridades locales que deben "prepararse para los efectos negativos (¡!) de la economía de mercado" (Financial Times, 4/11).
La agitación y las huelgas se reproducen a lo largo y a lo ancho del país, "desde las fábricas de zapatos y textiles de la provincia de Guangdong, conocida como el ‘taller del mundo', hasta el núcleo de plantas de electrónica y productos deportivos del sudoeste, cientos y hasta miles de trabajadores han paralizado la producción de las principales marcas occidentales" (Reuters, 25/11). Más de 10 mil trabajadores fueron a la huelga en noviembre en los centros industriales de Shenzhen y Dongguan, en el sur del país, destacándose la huelga de los más de cuatro mil trabajadores (en su mayoría mujeres) de la empresa Hailiang, que produce componentes para la japonesa Hitachi, en conflicto desde comienzos de diciembre. También en noviembre fueron a la huelga unos siete mil trabajadores de la planta de zapatos Yue Cheng, en la provincia de Guangdong, contra la intención de la patronal de mudar la fábrica a una zona rural del interior del país, donde la mano de obra es más barata. La semana pasada, se declararon en huelga unos ocho mil trabajadores de una fábrica de productos electrónicos, subsidiaria de LG, ubicada en la ciudad de Nanjing, también en el sur de China, de propietarios surcoreanos. Los trabajadores denuncian que el bono de fin de año de los empleados de la firma en Corea del Sur es seis veces superior al de la filial en China. También en reclamo de un adicional de fin de año, en este caso recortado por una patronal japonesa, fueron a la huelga hace pocos días unos 1.500 trabajadores de la fábrica Aries en Guangzhou, la cual produce autopartes para Nissan, Honda y Toyota.
"Una Comuna de París en China"
El conflicto que recorrió los titulares de todo el mundo durante las últimas semanas fue, sin embargo, el protagonizado en un pueblo de pescadores de unos 15.000 habitantes llamado Wukan, el que fue virtualmente tomado por sus pobladores durante casi todo diciembre. El conflicto se inició en septiembre, a partir de una movilización contra maniobras ilegales y fraudulentas en operaciones de venta de la tierra rural: según diversas fuentes, la ira popular estalló cuando se vendió una granja usufructuada por toda la comunidad local para la construcción de un complejo habitacional de lujo, a cambio de 156 millones de dólares que quedaron en manos de las autoridades.
El conflicto se mantuvo durante varios meses y cuando uno de los dirigentes de la población apareció muerto y con signos de tortura mientras estaba en manos de la policía, se produjo una pueblada que expulsó a las autoridades del PC local y a la policía, lo que dejó al pueblo bajo el control de sus habitantes movilizados y armados. Los pobladores dejaron ingresar a la prensa extranjera, lo cual permitió dar una enorme resonancia internacional a la protesta y obligó a las autoridades a negociar. Un corresponsal extranjero lo caracterizó como "una Comuna de París en China", porque -al igual que la de 1871, en Francia- "el primer gobierno obrero de la historia" organizó la totalidad de la vida social de la ciudad al margen del Estado. Finalmente se llegó a un acuerdo durante la última semana, cuando el gobierno aceptó liberar a los detenidos y no tomar represalias, además de iniciar una investigación sobre la muerte del dirigente local.
El conflicto de Wukan toca la línea de flotación de todo el proceso de restauración capitalista: la cuestión de la privatización de la tierra. Es la sustentación de la gigantesca especulación inmobiliaria que atraviesa el país. En la China ultracapitalista no hay propiedad privada de la tierra: como propiedad del Estado, los gobiernos están autorizados a expulsar a los campesinos que la usufructúan a cambio de una indemnización. Este es el núcleo de la caracterización de China como un régimen capitalista en transición, que pone en conflicto sus dos polos fundamentales: el capital internacional, por un lado, y la masa agraria no capitalista, por el otro.
El aparato burocrático, surgido de la revolución de 1949, funciona ahora con toda su potencia al servicio de la expropiación de los medios de trabajo del campesinado. La presión de la urbanización capitalista -resultado gigantesco de la rápida proletarización del país- choca con el trabajo de la masa campesina; el Estado intermedia esta confiscación a cambio de enormes beneficios monetarios en forma de coimas. A lo largo y ancho del país, las poblaciones rurales denuncian ventas clandestinas e ilegales de esas tierras, o sea sin autorización ni pago de la indemnización legal por parte de las autoridades locales: "Los residentes de Wukan afirman que oficiales corruptos han requisado cientos de hectáreas, en connivencia con los promotores, y las han vendido sin su consentimiento" (ídem).
Las autoridades locales y regionales calculan el precio de la tierra de acuerdo con su rendimiento agrícola, pero lo venden de acuerdo al rendimiento inmobiliario potencial. Algunos especialistas han calculado que los pobladores obtienen solamente un 5% del total del valor al cual las autoridades terminan vendiendo la tierra. Se calcula que las ventas de tierra suman aproximadamente un tercio de los ingresos totales de los gobiernos locales, que "dependen de estas ventas para sostener los gastos cotidianos" (New York Times, 14/12). "En los últimos cinco años se han producido más de 200 mil conflictos con campesinos cuya tierra fue expropiada por municipios invasores en el proceso de urbanización más acelerado de la historia" (World Policy, 23/10).
El problema de la tierra y la sucesión en el PCCh
Para el año 2012 está prevista la selección de la "quinta generación" -una rotación quinquenal establecida por Deng Xiaoping- y se renovarán siete de nueve lugares del politburó del Partido Comunista Chino. Una de las figuras en ascenso es precisamente Wang Yang, visto como ‘liberal', el secretario de la región de Guangdong, donde está ubicada la aldea de Wukan y buena parte de las industrias exportadoras (se trata de la provincia más rica del país). Wang aparece enfrentado a Bo Xilai, de la provincia de Chongqing, considerado un ‘conservador' y, al mismo tiempo, el máximo exponente de la política de privatización de tierras rurales para impulsar grandes emprendimientos inmobiliarios. Wang intervino en las huelgas que atravesaron Guangdong en 2010 para imponer a las empresas la negociación con los trabajadores en conflicto. Los ‘liberales' y los ‘conservadores' defienden la expropiación de los campesinos, que está inscripta en la ley. Los gobiernos locales, sin embargo, no la aplican, para evadir la autorización legal y el monto de las indemnizaciones. "Más allá de lo que diga la ley, pierden terreno aquellos dirigentes que titubean en cuanto a las expropiaciones de tierra y son promovidos aquellos que generan riqueza más rápidamente, por lo general transformando las tierras campesinas en propiedad municipal con altos precios", dice sin rodeos un editor del Wall Street Journal(28/12). La tregua negociada con los pobladores rebeldes de Wukan será temporaria: "las ocupaciones de tierras se incrementarán a medida que las autoridades locales busquen ingresos para promover el desarrollo de proyectos que les aseguren su promoción política" (ídem, 28/12).
Los que pretendieron que la restauración del capital en China sería la vía de escape para la economía mundial suelen olvidar que esa restauración se procesa en los mismos términos de las leyes que llevan al capital a la crisis y al colapso. Prensa Obrera ha caracterizado en numerosas ocasiones, desde hace años, que la pieza decisiva de ese proceso de restauración giraba en torno de la expropiación de millones de campesinos. El futuro de la restauración capitalista en China es inseparable del futuro del capitalismo: las contradicciones mortales del capital adquieren una explosividad sin precedentes cuando se desarrollan en un marco de una transición histórica que supone liquidar un desarrollo no capitalista, impuesto por un movimiento revolucionario que atravesó diferentes etapas históricas.
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Por un 2012 sin descalificaciones, rencores ni odios entre cubanos
Crónicas cubanas
Félix Sautié Mederos
Otro problema muy importante que deberíamos plantearnos en este nuevo año, sería eliminar de raíz las dinámicas de descalificaciones, rencores y odios entre cubanos de adentro y afuera del país; que algunos, desde uno u otro signo político, han convertido en la razón de ser de su acción en la sociedad cubana contemporánea. En estas circunstancias, en mi criterio, las polarizaciones han llegado a un punto tal, que entorpecen la comunicación civilizada entre las personas; la que debería realizarse con independencia de opiniones y criterios sobre la política, la economía, las ideas religiosas y el medio social. Tal parece que el respeto por los demás ha entrado en una crisis de fondo y algunos se esfuerzan con similar intransigencia que la que critican por no restablecerlo como parte de un clima de reencuentro, perdón con justicia y reconciliación que tanta falta nos hace a los cubanos hoy.
También hay quienes reprimen a los demás para mantener de manera empecinada por encima del pensamiento diferente, sus ideas, criterios y poder. En paralelo, aparecen los que en nombre de sus divergencias no aceptan ninguna idea distinta a la de ellos, actuando con la misma ceguera y actitud intransigente que critican; y, que deberíamos erradicar para recorrer los caminos de convivencia, propios de una república democrática y participativa en la que quepamos todos en paz y concordia nacional.
Incluso podemos identificar, a los que desde afuera del país intentan forzarnos a quienes estamos adentro para que asumamos sus mismos criterios y posiciones, como si ellos fueran los únicos jueces de lo que internamente sucede. Con esas posturas coinciden con las cúpulas que desde adentro no admiten ninguna crítica o pensamiento diferente. Los extremos se encuentran y coinciden. Esa situación propicia rencores y crea un proceso de mayor fragmentación social que en definitiva es dañino para todos. El pueblo de a pie, entre tanto, es quien sufre como nadie los problemas internos, los bloqueos externos, las prohibiciones absurdas así como las inconsecuencias de unos y de otros. En este sentido, opino que la población nunca hará suyas las posiciones de fuerza que tanto rechaza en sus fueros internos, vengan de donde vengan y, en definitiva, no respetará a ninguna de las partes que así actúan.
En el fondo de todo se encuentra el sustrato esencial del no respeto irrestricto a los derechos inalienables con que venimos a este mundo en virtud de nuestra condición
humana, así como la falta de las libertades de conciencia, pensamiento, expresión y asociación. Por otra parte, los problemas acumulados y las dilaciones en resolverlos, incluidas las faltas de esperanza y de perspectivas futuras, se encuentran actualmente en un punto de inflexión que podría desbordarse en cualquier momento por causa de que se continúen desoyendo los anhelos y las angustias del pueblo, que en sus fueros internos lo hacen sentirse frustrado y desengañado.
Yo pienso que en el 2012 ha llegado el momento de detener los procesos de imposición y represión por medio de la fuerza, así como las descalificaciones, rencores y odios que se retroalimentan unos a otros, para plantearnos la urgencia de un diálogo de todos con todos en los más elevados planos, basado en los intereses esenciales de la identidad nacional que dieron origen a la Patria forjada por nuestros ancestros. Estamos ante una situación que requiere adoptar un camino de búsqueda de entendimientos en aras de la subsistencia de la Nación Cubana, la que se encuentra amenazada por circunstancias, coyunturas y empecinamientos que ponen en peligro su estabilidad.
En este orden de pensamiento, la lógica coyuntural aconseja que la iniciativa de los primeros pasos debería ser tomada por quienes detentan más poder y fuerza, porque precisamente ello les facilita mayor flexibilidad y capacidad suficiente para convocar un diálogo nacional en el que se impongan la razón, el entendimiento y los intereses esenciales del pueblo, con pleno respeto para la diversidad y las minorías, sobre la base del ideal martiano de con todos y para el bien de todos.
Las coyunturas, espacios temporales que vivimos en los años transcurridos del siglo XXI, presentan una crisis generalizada de las estructuras tradicionales de partidos, asociaciones y formas de poder, a la cual se suma un inminente cambio climático que habrá de sobrevenir ineluctablemente más temprano que tarde. En consecuencia, los cubanos de conjunto deberíamos ser lo suficientemente aprensivos y consecuentes con el medio socio político y natural en que estamos insertados, para plantearnos la urgencia de la concertación y de la concordia con el propósito de poder enfrentar el complicado futuro que cada vez nos es más cercano.
Escribo lo que he expresado inmerso en los sentimientos propios de quien ha vivido durante distintas épocas de la Historia Universal y específicamente cubana, porque nací en 1938 y mis primeros pasos de niño fueron en tiempos de la segunda Guerra Mundial, después vinieron las épocas de los gobiernos auténticos, del Batistato, de la guerra en la Sierra y en el llano, de la Revolución triunfante, Girón y el Bloqueo, la Crisis de Octubre, así como la Guerra Fría, la Caída del Muro de Berlín, el Período Especial en tiempo de paz y los momentos actuales. Estas vivencias me permiten apreciar en su verdadera dimensión las complicaciones del presente y la necesidad de construir un futuro de concertación y encuentro no basado en ilusas hipótesis de país, sino en las realidades, posibilidades e intereses básicos de la población con pleno respeto por las diferencias y la diversidad, expresados en un proyecto factible de tránsito y construcción en pos de un socialismo participativo y democrático, cuyos fundamentos, factibilidades y conveniencias hemos explicado con reiteración sus partidarios. Libre por demás de autoritarismos, centralismos y secretismos que se manifiestan contra natura.
Así lo pienso y así lo afirmo más allá de cualquier extremo o intransigencia inconsecuentes, en uso a mi derecho a expresarlo y proponerlo con respeto hacia los demás y amor por mi país, sin dejarme presionar por nada ni por nadie.
E-Mail: fsautie@yahoo.com. Publicado en Por Esto! el lunes 16 de enero 2012
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=141623
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