Fecha: martes, 10 de enero, 2012 03:34
09-01-2012
El milagro económico de China
Hedelberto López Blanch
Rebelión
Tras conversar con varios especialistas en Beijing y Shanghai, el autor analiza el creciente desarrollo de la República Popular China.
Pese a que algunos pronósticos de analistas occidentales auguraban que la crisis capitalista mundial afectaría el desempeño de la República Popular China, los datos recién publicados indican lo contrario pues el Producto Interno Bruto (PIB) del gigante asiático creció 9,4 % en 2011.
Pero no solo eso, sino que un informe del Fondo Monetario internacional (FMI) augura que la economía de China superará a la de Estados Unidos, en términos reales, en el 2016. Los analistas más cautos posponen esa posibilidad para mediados de la década de 2020.
El FMI analiza no solo los tipos de cambios verdaderos, sino también el escenario en términos reales de las economías con Paridades de Poder Adquisitivo (PPA). O sea, compara lo que las personas ganan y gastan en sus economías domésticas.
Bajo el PPA, la economía de China se extenderá de 11.2 billones de dólares este año a 19 billones en el 2016. Mientras tanto, el tamaño de la economía estadounidense aumentará de 15.2 billones de dólares a 18.8 billones.
China tiene una extensa cultura acumulada durante cinco milenios y ha logrado con laboriosidad e inteligencia crear una civilización basada en un país pluriétnico unificado.
Como indican algunos de sus economistas, “el país transita por un camino de desarrollo que responde a su situación nacional: el camino del socialismo con peculiaridades chinas”
A partir de 1978 la nación asiática estableció un proceso de reformas y aperturas para poner énfasis en la exploración del camino de la modernización socialista en consonancia con la situación básica del país y las demandas de la época.
El salto resultó vertiginoso: el volumen económico global se octuplicó de 1978 a 2010 y alcanzó un Producto Interno Bruto (PIB) de 5,88 billones de dólares. En 2011 desplazó a Japón y se convirtió en la segunda economía mundial después de Estados Unidos.
La modernización se observa por todas partes en esta inmensa nación y con una base material más sólida, se profundiza el desarrollo de la industrialización, la informatización, urbanización y la comercialización.
Asimismo, el nivel de vida de la población ha alcanzado grandes adelantos pues pasó de la insuficiencia de ropa y alimentos hacia la casi satisfacción de las necesidades fundamentales de sus 1 300 millones de habitantes.
Si en 1978 existían más de 300 millones de personas que vivían por debajo del índice de pobreza, esa cifra se ha reducido a 25 millones y el Estado realiza grandes esfuerzos y ofrece ayuda a las familias para solventar a corto plazo esa situación.
La renta global nacional per cápita equivalente al nivel promedio mundial pasó del 24,9 % en 2005 al 46,8 % en 2010.
Otros datos son satisfactorios: El volumen global de importaciones y exportaciones aumentó de 20 600 millones de dólares en 1978 a 2 974 billones de dólares en 2010; de 1979 a 2010 se utilizaron 1 048 billones de dólares como inversión directa foránea.
En la actualidad, China ha establecido mecanismos bilaterales de economía, comercio y cooperación con 163 países y regiones, ha firmado 10 convenios sobre zonas de libre comercio; acuerdos de protección de inversiones con 129 naciones y 96 de eliminación de doble tributación.
La nación asiática también ha jugado un papel fundamental en la disminución de los efectos de la crisis económica mundial (sobre todo para los países en desarrollo) al importar un promedio anual de mercancías por valor de 750 000 millones de dólares lo que significa alrededor de 14 millones de puestos de trabajo en las regiones y países concernientes.
En los últimos 10 años, las inversiones directas en el exterior de tipo no financiero se incrementó de 1 000 millones de dólares a 59 000 millones lo cual ayudó al desarrollo de esas naciones.
Con la profunda crisis que atraviesan Estados Unidos y la Unión Europea, el presidente Hu Jintao aseguró que “en 2012 el peso de los productos exportables se dirigirá hacia los países en vías de desarrollo debido a la poca probabilidad del aumento de la demanda de los industrializados” y al mismo tiempo se importarán mayores productos desde esas regiones.
En una reciente visita de trabajo a esa nación, pude observar y conocer el enorme desarrollo en infraestructura, construcciones, carreteras y fábricas de todo tipo que se encuentran en ejecución.
Para indagar cómo se ha logrado el despegue económico y cuáles son las perspectivas futuras de esa nación, conversé con Zhu Ping, vice jefe de Departamento de Asuntos Exteriores del diario Economic Daily, y con Wang Xinhuan, director de Relaciones Internacionales del mismo órgano de prensa que se edita en Beijing.
Con el nombre de Periódico Económico de China, el diario ha reportado los cambios ocurridos en ese país en los últimos tiempos. Para Zhu Ping, los logros alcanzados en el abrupto desarrollo se debieron a la apertura iniciada en 1978 y la base fundamental fue abrirse al exterior y aprender las experiencias de los países más desarrollados lo que posibilitó ahorrar tiempo para avanzar en la industrialización y las innovaciones con tecnologías propias en todos los sectores.
Un ejemplo de lo que explicaba el interlocutor es que ya por las diversas ciudades se observan trenes y numerosos autos confeccionados con tecnologías netamente nacionales lo cual también se ha extendido a la aeronáutica, las telecomunicaciones de punta y la rama militar.
Zhu indicó que se cuenta con recursos humanos nacionales de excelencia en las diferentes esferas (universitarios y técnicos superiores) que en 2015 serán 156 millones de personas, y así se continuará perfeccionando y asimilando nuevas tecnologías para ampliar la demanda interna de sus habitantes. Se incorporarán capitales a empresas de punta, manufactureras y de la agricultura para alcanzar una economía eficiente, flexible y con soporte fijo.
En cuanto a la posibilidad de que el renmimbi o yuan pueda convertirse en un futuro en una moneda internacional opcional como el dólar o el euro, Wang Xinhuan señaló que ya existen 10 países donde se negocian los productos con esa denominación y también se usa en el comercio internacional.
Pero aseguró Xinhuan que lo más importante no será en qué moneda se negocie, sino lograr un desarrollo equitativo, justo y social para el pueblo chino y que se eliminen las diferencias que aun subsisten entre la parte este y el oeste del territorio.
Explicó que China tiene una población numerosa y una base económica todavía débil. Posee el 7,9 % de la tierra cultivable del mundo, el 6,5 % de los recursos de agua dulce del orbe y agrupa a cerca del 20 % de la población de la Tierra y sus éxitos son compartidos por más de 1 300 millones de chinos.
Por tanto, satisfacer constantemente la demanda de subsistencia y desarrollo de su numerosa población constituye uno de los desafíos más difíciles para su gobierno y Estado.
No obstante, después de esta visita a China, pienso que los logros alcanzados en tan corto período de tiempo se pudieran resumir en pocas palabras: Un Milagro Económico.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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