FERNANDO SOTO MERECE CONTINUAR
El equilibrio suele ser saludable
Eligio Damas
He leído hoy, 27 de diciembre, en VEA, un artículo firmado por Reinaldo Quijada, a quien como decimos los cumaneses de la orilla, que en fin de cuentas somos todos, sólo que como diría Cantinflas, “siempre hay unos más iguales que otros”, no he tenido el gusto de conocer, en el cual toca el tema de la permanencia de Fernando Soto Rojas en la presidencia de la Asamblea Nacional. Sostiene el articulista, “Las organizaciones sociales en su mayoría, vemos en Fernando Soto Rojas un importante interlocutor político. Esto se ha puesto de manifiesto en el último año.”
Desconozco la pertinencia o validez de la expresión usada para sostener que el parlamentario por Falcón, representa un vínculo importante entre esas “mayorías” y el alto gobierno. No obstante, mis observaciones, que adolecen de todos los defectos y debilidades de quien mira desde lejos, hasta más allá de la barrera, me dicen algo parecido a lo sostenido por el comentarista citado. Pareciera que el excomandante guerrillero pusiese interés en escuchar a gente que tiene mucho que decir y sin acceso a los puestos de mando.
Cuando se reactivó la discusión del GPP, Soto Rojas insistió en construirle de manera que asumiese tareas con sentido estratégico y no se le convirtiese en un apéndice e instrumento únicamente para participar en las venideras elecciones. Si bien es cierto, que construirle de arriba hacia abajo, pasando por un acuerdo burocrático entre partidos, lo que implica repartirse los cuadros directivos solo con fines publicitarios que hablen de una “unidad” prefabricada, que significaría volver sobre lo mismo, en un país donde el reclamo de cambios es unánime y novedoso, no luce acertado; pero tampoco secuestrarle para que realice tareas diseñadas en otros espacios, a corto plazo y se convierta en retaguardia de quienes tengan “la fortuna” de resultar ungidos.
No es tampoco casual u oportunista que quien fuese guerrillero continúe en su prédica de organizar al pueblo, al cual concibe como el artífice de los cambios requeridos para construir una sociedad justa y armoniosa.
Por haber expuesto opiniones que parecieran acertadas sobre el GPP, nos pareció ideal que le hubiesen dado una responsabilidad descollante en la promoción del mismo. Por el respetable rol que ha desempeñado como parlamentario, su historial, le creemos un combatiente capaz de volar largo con suficiente autonomía. Por esas mismas razones emergió como figura o pieza con magia para atraer las fuerzas que fuera del Psuv y ese fenómeno que llaman el chavismo, apoyan con entusiasmo el proceso e insertarlas para la acción inmediata y lo estratégico. Pero pareciera que nos equivocamos. No está jugando el papel éste; desconocemos por qué. Ahora hasta hay dudas acerca de su continuación en la presidencia de la AN.
El articulista, Reinaldo Quijada - le tomo como fuente porque habiendo escrito en VEA, le da credibilidad, cada quien tiene derecho a pensar lo que juzgue conveniente- escribió que “el Presidente Chávez, expresó que si bien no era una decisión tomada, a él le parece que debe seguir allí.” Se refería a Soto Rojas y la presidencia de la Asamblea Nacional.
Pero también puso cuidado en llamar la atención sobre lo que opinó Diosdado Cabello al respecto, “que la presidencia de Soto para el próximo período no estaba decidida.” Llama la atención que el Vicepresidente del Psuv, lo que es muy poco habitual, haya opinado sin seguir la premisa presidencial. Lo que a uno permite concebir que el asunto se discute y podría haber decisión distinta, pese la confianza de Chávez en el presidente parlamentario, según lo que citó Quijada. Entonces, lo que aspira el articulista y esas mayorías a las cuales alude y quienes apenas nos atrevemos a dar nuestras infundadas opiniones, pareciera asunto difícil.
Viendo las cosas desde lejos, cotejando informaciones que a uno llegan por difíciles caminos, nos inclinamos a concebir no saludable que en aquellas instancias a las cuales el partido y las figuras de comando tienen acceso y capacidad de manejar, no deben tomarse decisiones que escoren el barco. Es necesario, así como mantener el ritmo adecuado, sin apuros pero con constancia, persistencia, pretender saltarse escalones innecesaria y peligrosamente, hacer sacrificios y empeñarse en marchar a la velocidad que pueda dejar atrás a gente buena, honesta, respetable y brillante trayectoria, también lo es admitir, que otros, de rasgos, costumbres, hábitos y formas de ser distintas, hacen falta y hasta podrían ser indispensables. Hay contradicciones de contradicciones y todas ellas deben manejarse con buen juicio. No todas significan que del otro lado hay un enemigo.
No hay motivos para desequilibrar. El sectarismo no aconseja bien. Chávez bien lo percibe, por eso, hablando de Fernando Soto, “le parece que debe seguir allí”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario