Para: "perucho1949@yahoo.es"
Enviado: lunes 12 de diciembre de 2011 16:38
Asunto: SPD 77
SPD
No. 77 (6/ año 3). La Habana, 12/Diciembre-2011
“Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”.
Art. 53 de la Constitución
Boletín por un socialismo más participativo y democrático.
Artículos, notas, reseñas, publicaciones de interés.
Los autores son los responsables de sus escritos.
Reenvíe este boletín a todos los que estime conveniente.
Se autoriza la reproducción total o parcial en cualquier soporte.
Recopilación de Pedro Campos. CE perucho1949@yahoo.es
Se agradece críticas, comentarios, sugerencias y opiniones sobre forma/contenido
ÍNDICE
Celebración Abacuá en las calles de La Habana
Por Daisy Valera
Crisis capitalista y alternativa neo-socialista
Por Narciso Isa Conde
Carta a las Izquierdas
Por Boaventura de Sousa Santos
Ser de Izquierda en la Cuba del siglo XXI
A propósito de “Carta a las izquierdas” de Boaventura de Sousa Santos*
Por Pedro Campos
Extremos que coinciden y esquemas que se reiteran
Crónicas cubanas
Por Félix Sautié Mederos
La Conferencia del PCC y el papel del Partido
Por Rogelio M. Díaz Moreno
MASA
Por Félix Guerra
CONTENIDO
Celebración Abacuá en las calles de La Habana
Por Daisy Valera
El pasado domingo 27 se cumplieron 140 años del fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina por el régimen colonial español. Como cada año, la escalinata de la Universidad de La Habana reunió a miembros de la FEU* y otras organizaciones estudiantiles para la tradicional peregrinación hasta el monumento ubicado en La Punta.
Días anteriores varios medios de prensa hicieron referencia a la muerte también el 27 de noviembre de 18 71 integrantes de juegos abacuás relacionados con los estudiantes. El hecho se mencionó además en la alocución de la vicepresidenta de la FEU Lisara Corona Oliveros momentos antes de iniciarse la marcha. En ambos casos el abordaje de esta parte de la historia se realizó de manera superficial.
Los medios noticiosos oficiales se demoran en mencionar otro conjunto de actividades que de forma paralela se vienen realizando desde el año 2005 con el propósito de rescatar la memoria histórica.
El recibidor de la Casa Editora Abril fue el punto de encuentro elegido para comenzar un acto que se extendió desde la 1 hasta aproximadamente las 5:30 de la tarde del domingo, el discurso inicial estuvo a cargo de dos miembros de la Asociación Abacuá de Cuba: Orlando Gutiérrez y Ramón Torres Zayas.
El mismo trató sobre la masacre, por las autoridades españolas, de 5 hermanos abacuás que intentaron rescatar a los estudiantes de medicina antes del fusilamiento. También la celebración buscó destacar la figura de Andrés Facundo Cristo de los Dolores y Pettí, al que se le considera el promotor de la inclusión de hombres blancos en la religión Abacuá.
A la esquina del parque de la Calle Colón que hasta el momento había sido el principal lugar de encuentro, asistieron apoyando la actividad miembros de la Gran Logia Masónica de Cuba, del Grupo Mercedita Valdés y del proyecto Rincón de los Milagros.
Otro de los colectivos que encabezó la actividad fue la Cátedra Haydé Santamaría, iniciadora de esta tradición que ya cuanta 7 años y cuyos miembros llevaron a cabo las investigaciones que relacionan a los estudiantes de medicina, “blancos” con los abacuás asesinados. Este grupo se ha encargado de revivir una parte de la historia cuyo olvido pone de manifiesto acciones de discriminación racial.
Los iremes (diablitos de los abacuás) y el sonido de los tambores guiaron la procesión de aproximadamente 300 personas. A diferencia de la de los universitarios, que recorre la calle San Lázaro, esta se desarrolla por el transitado Paseo del Prado hasta la el Monumento a los estudiantes.
El trayecto fue una celebración matizada con música, ron y un cartel donde podía leerse:
MUCHO PODEMOS LOGRAR CON LA ORANIZACION OBRERA; POPULAR Y BARRIAL.
El mismo nos recuerda que esta conmemoración ha sido convocada por individuos y grupos comprometidos con el rescate de la historia, ante el desinterés de la oficialidad.
Aunque sería fácil simplificar la marcha como un acto religioso, el significado trasciende hasta convertirse en una reivindicación que persigue limpiar la costra de todo tipo de coloniaje.
*Federación Estudiantil Universitaria
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Crisis capitalista y alternativa neo-socialista
Por Narciso Isa Conde
En nuestra América y en el mundo, con la propuesta socialista, con el proyecto de sociedad socialista, ha pasado lo mismo que con la revolución:
Su pertinencia tiene bases reales en la existencia del capitalismo y su multi-mega crisis actualmente en expansión, en la cada vez más dramática explotación, exclusión y empobrecimiento de una gran parte de la sociedad, en la degradación moral y perversión institucional que genera su dominación.
Su posibilidad fue drásticamente negada por los efectos circunstanciales de la caída de la Unión Soviética y del llamado campo socialista y por el predominio temporal del “discurso único” neoliberal, que impuso en la conciencia colectiva la idea de la imposibilidad de nuevas revoluciones y nuevas alternativas al capitalismo realmente existente.
Pero en la era neoliberal la crisis del capitalismo continuó y se agravó, mientras que su reestructuración dentro de las coordenadas de ese modelo privatizador y los cambios tecno-científicos introducidos al patrón de acumulación, especulación y sobre-explotación ha provocado grados de concentración de la propiedad, de los ingresos, de las riquezas y del poder sin precedentes; dramáticamente contrastantes con el empobrecimiento de las sociedades, el deterioro y saqueo de sus recursos naturales, el auge de la delincuencia estatal y no estatal, la opresión patriarcal, la dictadura de los adultos, el racismo, la xenofobia y la degradación en todos los órdenes
Las penosas condiciones de exigencia de pueblos y naciones y su tendencia a agravarse y extenderse, en un sub-continente con una larga tradición de luchas sociales, democráticas y patrióticas como América Latina y el Caribe, han provocado nuevas modalidades de resistencia, protesta y rebeldía desde los sujetos sociales mas golpeados, empobrecidos (o en vía de empobrecerse), súper-explotados y excluidos; aun en medio de las disgregaciones, modificaciones y fraccionamientos sociales provocados por el neoliberalismo.
Tal fenómeno se ha extendido a todos los continentes, al Norte y al Sur, al Este y al Oeste, sin excluir a EEUU y EUROPA OCCIDENTAL estremecidas sus economías y sus sociedades por la peor –y más integral- crisis del sistema capitalista.
La globalización neo-liberalizada ha generado progresivamente, paso a paso y dolor a dolor, su contrapartida socio-política en una parte de los países recolonizados de nuestra América y la indignación multitudinaria en no pocas naciones del centro y la periferia del sistema.
Las luchas sociales se politizan cada vez más.
Las protestas de más en más tienden a ser acompañadas de propuestas.
La sociedad capitalista neoliberal ha creado las condiciones para pensar en una alternativa a ella que detenga el genocidio y el ecocidio, y devuelva la confianza en la posibilidad de una vida digna para los pueblos.
La conciencia anti-neoliberal ha crecido al compás de la resistencia y ha generado una fuerte tendencia a favorecer el desarrollo de la conciencia antiimperialista y anticapitalista.
Esto así porque el neoliberalismo es la nueva modalidad del capitalismo, su ideología actual y los resultados de su proceso de restructuración en las últimas décadas, la lucha contra sus efectos perversos saca a la superficie su matriz capitalista y estimula el pensamiento y la conciencia en favor del cambio revolucionario y de un nuevo proyecto de sociedad.
Por eso desde hace años se ha comenzado a hablar de la necesidad de un proyecto anti-neoliberal o de una sociedad pos-neoliberal, que viene siendo una especie de transición a una sociedad poscapitalista.
Y paulatinamente el nuevo pensamiento contestatario ha cruzado y acompañado -cruza y acompaña- las luchas contra el orden capitalista neoliberal.
¡Acción y pensamiento combinados!
Pensamiento y acción, una veces en paralelo, otras veces uno detrás y otro delante, con desniveles y desproporciones significativas, o con avances ascendente de ambos, han debilitado progresivamente la tesis de la imposibilidad de los cambios y las opciones alternativas.
Recuperación progresiva de un fuerte revés para abordar el reto de este siglo.
Cierto que el golpe al ideal socialista registrado antes de finalizar el siglo XX fue contundente.
Cierto que la defensa del socialismo quedó reducida a sectores políticamente marginales o minoritarios. Pero perduró, y eso fue de gran valor e indudable trascendencia.
Y perduró con las siguientes modalidades:
La testimonial, nostálgica del pasado, anclada en gran medida en el proyecto socialista colapsado y en la interpretación dogmática del marxismo.
La innovadora, de corte revolucionario, que implica la superación del llamado socialismo real y la renovación y rearme recreación de la propuesta socialista.
Ambas corrientes han actuado a contracorriente del discurso único neoliberal.
La primera forma parte de la crítica, del combate, de la impugnación al capitalismo neoliberal; pero no genera ni fuerza ni propuesta alternativa atractiva, creíble, convocante; menos aun contrapoder, poder desde abajo, subversión innovadora, capacidad transformadora...Es una especie de semilla que alimenta pero no germina.
Las fuerzas tradicionales de la izquierda que la representan no vanguardizan, están incapacitadas de encarnar estrategia de ruptura del viejo orden y de creación del nuevo, independientemente del valor de sus luchas actuales.
Esto así porque están considerablemente limitadas para captar los cambios provocados por el nuevo capitalismo, los nuevos actores sociales, los nuevos fenómenos, las nuevas rebeldías; así como para proponer algo esencialmente diferente al “socialismo real” o “socialismo de Estado que se derrumbó al finalizar el siglo XX.
La segunda corriente es otra cosa y por eso ha venido convirtiéndose en la negación del capitalismo realmente existente y en la negación del “socialismo” estatista.
Se ha dedicado a pensar y actuar en función de posibles transiciones revolucionarias de nuevo tipo, en función de nuevas revoluciones populares y democracias alternativas, en procesos que unen inseparablemente la democracia participativa e integral a la nueva propuesta socialista, reivindicando los valores socialistas originales.
Esa nueva manera de abordar el tema ha tenido el valor de ajustar cuenta con las causas del derrumbe y/o de desarrollar un pensamiento revolucionario distante de aquellos dogmas; un conjunto de ideas y métodos heréticos, innovadores, ecuménicos, abiertos a todas las fuentes y actores capaces de contribuir a la derrota de la actual dominación capitalista.
Es una semilla que alimenta y germina, que potencia e inocula conciencia y organización a las justas rebeldías y a las luchas espontáneas, a los combates clasistas y no estrictamente clasistas de la actualidad.
Un pensamiento que se ha reproducido de lo pequeño lo grande, sin prisa pero sin pausa, hasta expandirse y multiplicarse; aunque todavía con serios déficit en la definición y reconstrucción de las nuevas vanguardias articuladas a los nuevos sujetos sociales del cambio.
Desde esa nueva reflexión se ha podido apreciar que el seudo socialismo, el llamado socialismo real (más bien irreal), había desacreditado al socialismo liberador y le facilitó a los ideólogos del capitalismo neoliberal implantar temporalmente en las masas la idea de su muerte definitiva; diferenciándose de aquel gran revés, planteando la posibilidad de un socialismo diferente, distante y distinto esencialmente en sus contenidos y en sus formas a aquellos modelos estatistas-burocráticos.
Desde esta actitud se ha venido insistiendo en recrear el proyecto revolucionario, rescatando todos los valores del socialismo original que fueron pervertidos; incorporando otros aportes históricos valiosos, inspirándose en diversas fuentes y nuevas reflexiones surgidas de la crítica al capitalismo actual y de las nuevas y diversas rebeldías contra él: de clases, etnias, generaciones, géneros, defensores del ambiente, pueblos originarios…
Esa necesaria diferenciación ha incluido la denominación de la propuesta de nueva sociedad.
Porque hablar a secas del socialismo no resolvía el problema de la credibilidad popular respecto a la nueva propuesta. Lo ingenioso en materia de propaganda y comunicación fue distanciarse de lo que fracasó, para hacer más atractiva y facilitar la percepción popular sobre las posibilidades del socialismo.
El nombre necesitaba de un sello diferenciador del llamado socialismo real y de la socialdemocracia. Y entonces comenzó a hablarse de nuevo socialismo y del socialismo del siglo XXI o para el siglo XXI.
El honor a la verdad esto no fue un invento del comandante Chávez, ni es de factura estrictamente venezolana.
De todo esto -tanto en cuanto nuevos contenidos y a nuevas formas- viene hablándose desde que comenzaron a analizarse las causas del derrumbe aquel, e incluso desde antes de esos acontecimientos… en innumerables seminarios, foros, publicaciones, ensayos, y libros que han abordado los nuevos desafíos para las fuerzas del cambio.
El mérito de Chávez en ese aspecto, después de contribuir extraordinariamente a recobrar la confianza en la posibilidad de nuevas revoluciones, es haber hecho suya la propuesta general del nuevo socialismo, del socialismo del siglo XXI, proyectándola a escala continental y mundial, ampliando extraordinariamente el debate en torno a ella, y generando más y mejores ideas…
Y no solo. Algo de mucho valor es haber desatado en Venezuela –con proyecciones continentales y mundiales- el proceso de re-cuestionamiento del capitalismo y el debate acerca de posibilidad de la transición al socialismo en el marco de una democracia participativa e integral y de un desmonte progresivo del neoliberalismo; esto independientemente de los significativos retrasos, deformaciones evitables y estancamientos dañinos; independientemente de las muchas cosas que faltan por definir, crear, desarrollar, profundizar y enriquecer, e incluso de que, por inconsecuencias notables e indefiniciones estratégicas superables, se acentúen los riesgos de retrocesos.
Estamos en medio de la crisis de la civilización burguesa y del difícil pero imprescindible parto de las nuevas transiciones revolucionarias. La crisis marcha adelante y angustian, pese a las formidables rebeldías en desarrollo - muchas cargadas de fuertes críticas a la decadente dominación de las elites capitalistas y a todos sus engendros- los retrasos organizativos en la creación de contra-poder transformador.
Superarlos es el gran reto de estos tiempos.
Noviembre 2011, Santo Domingo RD
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Carta a las Izquierdas
Por Boaventura de Sousa Santos
No pongo en duda la existencia de un futuro para las izquierdas, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir aquello que las izquierdas tienen en común equivale a responder a la pregunta: ¿qué es la izquierda? La izquierda es un conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que todos los seres humanos tienen el mismo valor y constituyen el valor supremo. Este ideal es puesto en duda siempre que hay relaciones sociales de poder desigual, es decir, de dominación. En este caso, algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros individuos o grupos en medios para sus fines.
El capitalismo no es la única fuente de dominación, aunque es una fuente importante.
Las diferentes formas de entender este ideal han provocado varias divisiones. Las principales han surgido de respuestas opuestas a las preguntas siguientes. ¿Puede el capitalismo ser reformado con el fin de mejorar la suerte de los dominados o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Debe llevarse a cabo dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado, en sí mismo, es una relación de dominación o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?
Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el origen de violentas divisiones. En nombre de la izquierda se cometieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las izquierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igual gracias a ellas. Este corto siglo de todas las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín.
Los últimos treinta años se han caracterizado, por un lado, por una gestión de ruinas e inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.
Mientras tanto, libre de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial.
Vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie. ¿Cómo recomenzar?
Con la aceptación de las siguientes ideas:
1) El mundo se ha diversificado y la diversidad se ha instalado dentro de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay internacionalismo sin interculturalismo.
2) El capitalismo concibe la democracia como un instrumento de acumulación; si es necesario, la lleva a la irrelevancia y, si encontrara otro instrumento más eficiente, prescindiría de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad es la gran bandera de las izquierdas.
3) El capitalismo es amoral y no entiende el concepto de dignidad humana; su defensa es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, hasta las limosnas sólo existen como relaciones públicas).
4) La experiencia del mundo muestra que hay muchas realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativismo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.
5) El siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la que hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.
6) La propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).
7) El corto siglo de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que se distingue en todas las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas mismas están dilapidando.
8) El capitalismo necesita de otras formas de dominación para florecer (del racismo al sexismo y la guerra) y todas deben ser combatidas.
9) El Estado es un animal extraño, mitad ángel, mitad monstruo, pero sin él muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables en busca de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.
Con estas ideas seguirán siendo varias las izquierdas, aunque ya no es probable que se maten las unas a las otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.
Traducido por Antoni Jesús Aguiló y revisado por Àlex Tarradellas.
Fuente original: http://www.cartamaior.com.br/templates/colunaMostrar.cfm?coluna_id=5169
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Ser de Izquierda en la Cuba del siglo XXI
A propósito de “Carta a las izquierdas” de Boaventura de Sousa Santos (1)
Por Pedro Campos
La experiencia revolucionaria del siglo XX demostró, una vez más, el fracaso de pretender enmarcar en un cuadro estrecho la revolución o el socialismo, más allá de las generalizaciones dialécticas y clásicas de la socialización y democratización del poder económico y político, proceso que siempre tendrá particularidades de acuerdo con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la idiosincrasia, la cultura, la historia y otras peculiaridades de cada país.
En esta dirección, se puede coincidir en buena parte, con las ideas presentadas por el compañero brasileño Boaventura de Sousa Santos para una izquierda en el Siglo XXI (1), partiendo del origen del concepto político de izquierda, nacido de la revolución francesa, como expresión de los partidarios de la República en contraposición a la Monarquía y visto en su progresión posterior, como movimiento que siempre tendería a la igualdad, la libertad y la fraternidad, aunque –desgraciadamente- en su nombre, algunos hicieran todo lo contrario.
Ahora bien, desde la experiencia política de la Revolución Cubana y la evolución que sufre este proceso actualmente, para un amplio sector revolucionario en la Cuba de hoy, ser de izquierda incluiría estar a favor y luchar por:
1-Repartir y compartir, humanizar, socializar y democratizar el poder económico y político, siempre en forma transparente, por medio de la participación real y efectiva de todos los ciudadanos en los debates y decisiones que los afecten y en los presupuestos participativos a nivel local y nacional por medio de referendos.
2-La libertad plena de cada uno de los individuos, que es lo que hace libre al conjunto de ellos, sin otra restricción que el respeto a los derechos de los demás. La verdadera libertad solo es posible cuando el ser humano dispone de medios que le permiten interactuar equitativamente en el seno de la sociedad. Por eso, la lucha por la libertad implica trabajar por dotar a todos los seres humanos de esos medios (básicamente propiedad, cultura y salud).
3-La democratización del sistema político, hacia la democracia directa, participativa, inclusiva y no sectaria, que respete a las minorías y al individuo, donde sean el pueblo y los trabajadores los que decidan todo, sin intermediarios, en todas partes y donde unos pocos, -el número imprescindible-, sean encargados, temporal y rotatoriamente, de ejecutar las decisiones de todos, siempre bajo control de los colectivos laborales y sociales.
4-El pleno respeto de todos los derechos de todos los humanos, reconocidos internacionalmente, especialmente la irrestricta libertad de expresión, prensa y asociación de cualquier tipo y el reconocimiento a los derechos de los niños.
5-La paulatina eliminación de todas las formas de explotación de los seres humanos y especialmente del trabajo asalariado que tipifica la explotación capitalista y su ánimo de lucro, sea por particulares o el estado; así como por el desarrollo de nuevas formas de producción basadas en el trabajo libre, individual o colectivamente asociado, cooperativo y autogestionario que tiendan al predominio paulatino del intercambio de equivalentes sobre el intercambio desigual y monopolista de índole cualquiera.
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6-El respeto y conservación del medio ambiente, la biodiversidad y los sistema ecológicos, lo cual pasa por el uso y consumo racional y reciclado de los recursos naturales.
7-El pleno respeto a la diversidad humana en su más amplio significado: religioso, cultural, racial, sexual, político, etario, regional y de cualquier otra índole, que no dañe la dignidad de otros seres humanos, y especialmente, la erradicación de la criminalización de las diferencias.
8-La emancipación general de los seres humanos de cualquier tipo y sistema de dominación y enajenación, en el hogar, la familia, la escuela, el barrio, el país y entre naciones.
9-La no violencia y la solución justa, pacífica, política y democrática de todos los conflictos entre personas, grupos humanos o naciones. Toda violencia contra los seres humanos es reaccionaria, incluida la violencia que pretenda oponerse a la violencia, porque simplemente la reedita. La violencia debe ser desarmada a partir de la no-violencia.
10-La disminución paulatina del estado hasta su extinción, de manera que la administración sobre las personas vaya desapareciendo y vaya quedando solo la administración sobre las cosas, partiendo de que estatizar no es socializar, sino una de sus antípodas.
Socialismo por la vida.
La Habana, 7 de diciembre de 2011
1- http://www.cartamaior.com.br/templates/colunaMostrar.cfm?coluna_id=5169
Palabras claves: izquierda, poder, libertad, democracia, explotación, medio ambiente, diversidad, emancipación, violencia, derechos, estado.
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Extremos que coinciden y esquemas que se reiteran
Crónicas cubanas.
Por Félix Sautié Mederos
Eso de que los extremos se tocan y coinciden, a veces más de las que nos podemos imaginar, es un decir que día a día se hace realidad en las actuales coyunturas y circunstancias cubanas. Estas consideraciones son recurrentes en mis pensamientos, porque los hechos con que a diario me choco me crean inquietudes y preocupaciones al respecto que se van agolpando en mi ser interior. Creo que este es un momento apropiado para compartirlas con mis lectores, porque hace algunos días alguien me increpó por una crónica mía sobre un debate de la Revista Espacios Laical (*) realizado con la participación como exponente del politólogo cubano americano de origen hebreo Arturo López Levi, en la que afirmé textualmente que el disertante “hizo uso con convicción evidente de su pleno derecho para opinar desde adentro, emanado de su condición de cubano por nacimiento que nadie debería menoscabarle”.
Yo considero que los que me leen están en todo su derecho para la aceptación o no aceptación de lo que expreso; pero resulta que en este caso se acompañó su criterio con increpaciones extemporáneas y fuera de lugar hacia mi persona por haber escrito sobre un evento en el cual participé y por haber expresado mi opinión. Además distorsionó los hechos y planteó conceptos de exclusión tratando de imponer su forma de pensar. En tanto que en mi crónica me referí a un muy importante problema de concepto, relacionado con la libertad de expresión, así como con la libre participación en el diálogo sobre Cuba de todos los cubanos sin excepción por razones de ideas, conceptos o lugares de residencia. Considero que defender eso es algo que va más allá de cualquier afiliación o criterio político social; porque constituye un derecho que nos corresponde a todos.
Un principio básico de la democratización que tanta falta nos hace, es estar a favor que López Levi y otros cubanos de adentro o de afuera del país, participen plenamente, con la norma esencial del respeto a las opiniones de los demás, en las pocas oportunidades de diálogo que se encuentran a nuestro alcance. Aceptar y apoyar este derecho de participación, no es asumir necesariamente como nuestros los criterios y posiciones al respecto del futuro de Cuba que expongan los que en uso de su inalienable condición de cubanos participen en nuestros diálogos. Coartar sus su participación más efectiva es en cambio, una verdadera inconsecuencia democrática de quienes pretenden darnos lecciones de vida, ya estén adentro o afuera del país.
La exclusión y las opiniones venales sobre los demás se han convertido en un problema muy generalizado entre los cubanos, que comienza en las cúpulas de nuestra sociedad y que se ha generalizado entre nosotros. Los oficialistas clasifican a los discrepantes como enemigos y mercenarios a los que les está vedado todo acceso social. Lo mismo realizan otros desde sus posiciones no oficialistas y por demás discrepantes también, negando toda posibilidad de participación a los de pensamiento diferente o que coincidan con lo que ellos se oponen. En este orden de cosas, se está agudizando una polarización contraria a cualquier posibilidad de razonamiento de partes en búsqueda de soluciones factibles para nuestros problemas. Eso nos está haciendo mucho daño, es contrario a la democracia y forma parte de una espiral de fuerza que se contrapone a las posibilidades del reencuentro y de reconciliación entre cubanos. En mi criterio las acciones a favor del reencuentro y la reconciliación en aras de la paz y de la concordia nacional, son alternativas a las que nunca deberíamos renunciar ni mucho menos negarlas; pero más importante que todo eso, considero que es el derecho de los cubanos sin excepciones onerosas a opinar sobre su propio país.
Hay quienes, orientados por los centros de poder a que responden o bien por su cuenta y riesgo, desde una u otra posición ideológica, han asumido el papel de jueces de los demás y se dedican a los ataques personales y a la descalificación indiscriminada, sin importarles para nada los derechos humanos de cada cual, ni la necesidad del diálogo civilizado entre las personas al objeto de comprenderse mejor y explorar las posibilidades de concertación. Con estas posiciones que por demás no aportan proposiciones ni criterios constructivos, lo complican y lo entorpecen todo, apostando en realidad por el caos y la desolación.
Personalmente he expresado en cada ocasión que me ha sido posible, desde adentro del país, de frente y plenamente identificado sin el uso de ningún seudónimo, que soy partidario de edificar una república en la que quepamos todos sin excepciones onerosas y me he manifestado también con toda claridad, a favor de desarrollar un socialismo participativo, democrático y verdaderamente humano, cooperativista y autogestionario que no excluya a la pequeña empresa familiar o local, así como a la inversión extranjera que aporte capital, tecnología y/o mercados. Estas son mis posiciones personales mantenidas con reiteración. El hecho que piense de esta forma, no quiere decir que no acepte que los que opinan distinto puedan plantear sus criterios y posiciones al respecto y debatirlos entre todos en un diálogo civilizado en búsqueda de lo que realmente sea mejor para nuestro pueblo.
En el debate de Espacio Laical al que me referí en mi crónica (*) se habló con plena libertad de expresión y los participantes fueron diversos, tan diversos como diversas son las posiciones y criterios al respecto del proceso sociopolítico cubano. Yo estuve presente, los oí y los vi con mis propios oídos y ojos, por lo que no puedo aceptar que quienes no estuvieron presentes e incluso algunos más lejanos aun desde el exterior, planteen descalificaciones y criterios ofensivos que en realidad son superficiales, extemporáneos y esquemáticos al respecto de algo en lo que no participaron. Así lo pienso y así lo afirmo.
(*) ”De nuevo los debates a contracorriente en espacio laical”, `publicado en Por Esto el martes 29 de noviembre del 2011 http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=131572
E-Mail: fsautie@yahoo.com
Publicado en Por Esto! el lunes 12 de dic. 2011
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=134355
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La Conferencia del PCC y el papel del Partido
Por Rogelio M. Díaz Moreno
Hay unos cuantos que pensamos, ya que de ideologías se trata, que la pretensión de pasar de ellas solo esconde el cinismo de los que propugnan las supuestas bondades del libre mercado –aunque reclaman a gritos el salvavidas de los estados, cuando lo que han robado del 99% de los demás ciudadanos del mundo no les parece suficiente para satisfacer sus ambiciones. Entonces, no me avergüenza pensar que alguna me puede servir. Claro, que una ideología civilizada debe cumplir ciertas condiciones. Por ejemplo, las delegaciones cubanas a los eventos cumbre de la Organización de Naciones Unidas, en los últimos años, han enarbolado un principio por el que voto con mis dos brazos, esto es, el de todos los derechos humanos para todos. Entonces, en un momento dado pensé que la Conferencia iba a recoger los temas pendientes del Congreso en este sentido de redefinir el modelo de sociedad que se desea para nuestro pueblo, desde ese punto de vista cívico-social, pero luego de adquirir el folleto respectivo en un estanquillo, estoy un poco menos seguro respecto a mis expectativas.
Tal vez se pueda considerar que estoy entrando en un terreno que corresponde únicamente a los militantes del Partido, pero como lo que este decide afecta en la práctica todos los cubanos, nos asiste el derecho a intervenir.
Se puede considerar que cuando las principales fuerzas de la Revolución de 1959 se agruparon en un refundado partido comunista, estaban definiendo el modelo de sociedad que debería funcionar a partir de ese momento con los aportes de las fuerzas más progresistas del momento, lo que debió haber alcanzado su forma más definida con la proclamación de la nueva Constitución en 1976, aunque por ser nuestro país como es, las cosas en la práctica nunca fueron del todo como en la teoría. El caso es que, a estas alturas, obviamente hay que remodelar unas cuantas de esas cosas a partir del reconocimiento de que ya no funcionan “ni para nosotros mismos”. Pero de las cosas que más me preocupan, no veo mucho en los lineamientos propuestos para la nueva reunión.
Vamos a empezar por los ejemplos simples. Supongamos que yo reconozca que María y Pepe son trabajadores ejemplares, por lo tanto muy dignos y merecedores de integrar lo que se califique como vanguardia, y sean electos para el Partido y demás. Eso no significa que yo considere que el juicio de ellos es superior al mío para decidir si un humilde servidor necesita la autorización de niveles superiores para salir del país por una visita, por trabajo, para emigrar o por las razones que sean. O que ellos sean los que tienen que conceder a las personas, graciosamente o no, la posibilidad de realizar con bienes que supuestamente son suyos, sus derechos de posesión –para colmo, decisiones que deben tomar solo en Congresos de irregular celebración. Amén, de que hasta donde conozco, ni Pepe ni María creen que deban arrogarse tales prerrogativas. Tampoco me parece que sea el dirigente del Partido en una región el facultado para decidir si ciertas actividades económicas por cuenta propia se pueden realizar o no; para colmo, este dirigente no es ni siquiera elegido, ni responde, ante María y ante Pepe. Para interpretar la aplicabilidad de las leyes, considero, deberían trabajar los comités de especialistas en la legislación, inevitablemente sujetos al escrutinio y mandato del único Soberano universalmente admisible, o sea, la ciudadanía. Para cambiar las leyes, ok, eso es más complicado, pero tampoco procede una fuerza, que integra a menos del 10% de la población, determinar ejecutivamente el destino de la nación.
Así que voy definiendo una de las cosas que yo esperaba para esta Conferencia, esto es, esa definición del papel que se iba a asumir por el Partido dentro de la sociedad cubana en las nuevas condiciones del siglo XXI, el de las comunicaciones inmediatas, el de la Internet interactiva, la globalización palpitante y ritmos económicos vertiginosos. No es exagerado pensar que estos momentos son tan fundacionales y contemplan tantas transformaciones, como aquellos de los años entre la entrada de los barbudos a La Habana y la proclamación de la Constitución.
Entonces, para que el Partido juegue el rol de fuerza revolucionaria y fundacional, y re-fundacional cuando hace falta, tiene que trabajar fuertemente en la ideología, entendida como definiciones de los principios ante los asuntos que se antojan como vitales en las sociedades de hoy. Los derechos humanos, las relaciones sociales y políticas, la interacción del individuo y el Estado, y otros que se nos vayan ocurriendo por un camino, deben abordarse con valentía y profundidad para señalar el camino que se aspira a seguir. Y este camino debe, como colofón inevitable, dejar el paso libre a una sociedad pacífica –que sepa, eso sí, defenderse de cualquier agresión externa– de personas trabajadoras por el bien común a la vez que el individual, ya que para conquistar la libertad mayor y verdadera fueron todos los sacrificios que permitieron el triunfo de la Revolución cubana.
Entonces habrá que definir, inevitablemente, los contenidos de esa libertad. Hay que tomar por los cuernos al toro y consensuar, nacional y democráticamente, cómo se van a configurar y profundizar aquellos derechos de los ciudadanos y ciudadanas que empezaron a declararse en las llamadas revoluciones burguesas: de expresión, de movimiento, de asociación, etc. Cómo va el Socialismo a asegurar esos derechos en nuestra sociedad con mucha más efectividad que los regímenes demo-liberales modernos, como se supone que hace un sistema social superior, y qué otras potencialidades humanas podemos y vamos a desarrollar gracias a esta superioridad, que en los sistemas anteriores no pueden todavía concretarse. Como de ideología trataríamos, algo se solapará con el contenido económico del cónclave anterior, y muchos reclamamos mayor espacio para el control de los trabajadores sobre la producción y los asuntos públicos en general, como concreción y mecanismo de todos los derechos imaginables.
Y aprovechando que estamos en un proceso de separación de las jurisdicciones respectivas de las actividades del Partido y el Gobierno o el Estado en la actividad económica–uno nunca entiende bien cómo es esto en Cuba– entre lo más importante que puede tratar la Conferencia interesaría, sobremanera, que se replanteara nítidamente la propuesta de los militantes sobre el balance de poder político y administrativo que deberá existir entre las autoridades electas por sufragio universal y las nombradas mediante otros mecanismos. Tanto dentro del Partido como fuera de este, en el país, en la República. Y las garantías conque se contará para que, en la práctica, no falle lo que en teoría se delinee con mucha atención.
El Partido habrá de resolver dialécticamente, en algún momento, la contradicción existente en el hecho de que no participa en las elecciones –principio importante, ya que es el único legalmente existente– y, sin embargo, las otras organizaciones de masas de mayor importancia en nuestra atípica sociedad civil (sindicatos, uniones de estudiantes, etc.) que sí participan en la organización de los comicios, poseen entre sus estatutos la condición de acatamiento de las políticas del primero. En general, se supondría que las personas decidan libremente integrar las organizaciones que les ofrezcan diferentes grados de oportunidades y afinidades, antes que imponerles obligaciones adicionales. Todo esto constituiría un excelente tema de análisis que, sospecho, estará ausente de la venidera Conferencia.
Esta fuerza que está asumiendo la delicada y extraordinaria tarea de constituir la vanguardia de la sociedad cubana, tiene que convencer al resto de que presenta estrategias ventajosas tanto para los propósitos a largo plazo, como para las tareas inminentes. Entre los flagelos inmediatos, la discriminación por distintas causas, la corrupción y los desmanes de una casta burocrática plantean retos de primer orden. Para combatir al primero, hacen falta algo más que declaraciones generales; tienen que aparecer órganos ejecutivos que planeen y ejecuten políticas profilácticas y apliquen sanciones correctivas, vías eficaces de denuncia y protección para las víctimas de sus manifestaciones, y demás medidas de ese tipo en que se pueden ir pensando. Para acorralar al segundo, una vez más adelantamos nuestra exigencia del control de las personas trabajadoras sobre el proceso de producción-distribución de bienes y servicios que ellos personalmente generan. Qué mayor triunfo y gloria para el Partido que liderear a los trabajadores en esta campaña.
Para ser realmente exhaustivos no alcanzaría ni con dos Conferencias. Como hipotético delegado, yo le concedería gran importancia al tratamiento de las desigualdades que se ahondan en nuestros escenarios. Sí, porque aquellas diferencias en los niveles de vida de las personas, que no se originan en las diferencias de los esfuerzos y el trabajo personales, es uno de los peores taladros para la moral de los colectivos humanos y minador temible de proyectos socialistas.
¿Qué debería decir respecto a la juventud, la filosofía del camino que toma nuestra sociedad? Que es la arcilla fundamental de nuestra obra, respondería el Ché, en la que confiamos y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera. Otra deuda pendiente, pues la juventud a la que se refería el Guerrillero Heroico hoy ostenta más canas que protagonismos que no sean los de ejecutar obedientemente las orientaciones de los “niveles superiores”. Sea rebelde pero profunda, animaba de nuevo el Ché, a aquel sector al que hoy se le presentan apenas la fidelidad y la disciplina como valores supremos. Hay bastante que trabajar en la profundización de las doctrinas proletarias, considero, y ningún verdadero revolucionario debe tener nada que temer de su más amplia divulgación, estudio, conocimiento, debate y aplicación, desde los originales de Marx y Engels, hasta las contribuciones de los estudiosos más actuales, sin incitar temores o practicar censuras estalinistas contra textos como los de Trotski o los del mismísimo Ernesto Guevara. Hay que animar también a la negación dialéctica de todo lo que se debe renovar lógicamente en un sistema de pensamiento vigente a lo largo de tanto tiempo, negación que constituye a la vez la más triunfante reafirmación de una doctrina que aclama la superación de todo lo vuelto obsoleto con el desarrollo de las nuevas realidades.
Cualquier superestructura ideológica pasa naturalmente por las relaciones de nuestro pueblo con los demás en el mundo. No se concibe otra lógica –es decir, yo no la concibo– que no sea la de facilitar hasta el máximo, que todo simple hijo de vecino de Mayarí, del Cerro, de Trinidad, de Guáimaro y de Consolación de Sur, así como de los demás 160 y tantos municipios de nuestra patria, intercambien fraternalmente y sin cortapisas con el amigo boliviano, el pana venezolano, el hermano mejicano, el indignado ibérico, el latino documentado o no residente en la Yuma, etc. Que haya comunicación total, transferencia de conocimientos científicos y tradicionales, trueque de productos y esfuerzos de cada comunidad sin más intermediarios que los requeridos para tareas del transporte. El contacto pueblo a pueblo, corazón con corazón, alma con alma, sin oportunistas que se arroguen papeles que no se les han concedido desde el lado de abajo.
Rogelio M. Díaz Moreno
Físico, poeta y cuerdo
http://bubusopia.blogspot.com/
"Yo dono rosas, oro no doy"
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MASA
Por Félix Guerra
AGUARDAR PARAÍSOS CREA INFIERNOS.
TERNURA DOGMATICA SOLO ME DEJA VER BUENOS
A LOS MIOS.
ENVIE ESTE TEXTO A cien PERSONAS EN LOS PROXIMOS DIEZ siglos: ALIMENTE LA SUPERSTICIÓN DIGITAL.
La masa que no incluye, (es decir, muchedumbre, individuo, ciudadano, dirigente y orador), está siendo segregada
en masa, discriminada y multitudinariamente acéfalada,
con cabezas acopiadas debajo O ENCIMA de las tribunas. MASA ATIENDE CON la NARIZ Y estornuda CON
LAS OREJAS.
MASA, como jabón, suele ser usada incontables veces, pero
al final, CON DESGASTEs de parte y parte (predicador y masa) y MISIONES INCUMPLIDAS. POMPAS DE ILUSIONES
le disputan el cielo a pájaros y ungidos.
¿Masa ya menos masa? ¿Masa de individuos o multitud?
¿O masa del siglo XXI, simiente de algo inédito?
Discurso mañoso desflora a la masa. Información ilustra
a la masa. Educación despierta masas. Y la licuan
en ciudadanos.
Deshielo masivo. Se destroca el gentío en opinión y debate
Y ANÁLISIS crítiCOZ. La REFLEXION-MASA
ES UNA RECIENTE UTOPIA instaurada por el INDIVIDUO.
Antiguas masas. Masas medievales. Pesadas y empantanadas masas. TODa HISTORIA ANTIGUA, masas decimonónicas.
Masas curtidas y apertrechadas del siglo XX.
Masa ideológica Y POLITIZADA, SIGLO XXI, propensa
a ENTIDAD DE IDEAS, CONCENSO DE CRITERIOS, cofradía
de proyectos, comunidad DE CAMBIOS, mutación DE EPOCA,
rechaza la incondicionalidad y cualquier PODER NO COMPARTIDO. Porque:
A: PARTICIPO: AH, SI QUIERO.
B: ME REDUCEN A la TELE ,,,,,,,, CAMBIO DE CANAL.
C: ME ABRUMAN DE CANALES,,,,,,, Y ME DEDICO A LEER
LAS FUENTES Y PARTES INTEGRANTES.
D: No participo, solo VEO y ESCUCHO, PERO catequizan SIN parar:
DOY ALAS A MIS INCRÉDULIDADes. Me aferro a Diderot,
Marx y DUDo DE TODO.
E: MACHACAN CON RETORICAS
cotidianas IGUALES, DIA TRAS DIA, 3 veces diariamente, A LA MASA TELEVIDENTE , ENTONCES INVENTO MI RETORICA HOY Y OTRA RETORICA MAÑANA.
F: Ah, pero. BUENO. ESO ES OTRA COSA. Pero, cuando fun-
cione, palparemos que COMUNIDAD Y TODOS Y COLECTIVO Y CONSENSO SI PARECE CONDUCIR A
a humanidad humanizada, a democracia democratizada,
a libertad socializada, a expansión de LOS individuos.
COMUNIDAD de ideas, canciones, propiedades, proyectos enriquecidos, protagonismos proporcionados, VERSOS diversos y diversidad de PODERES, opiniones múltiples, trabajar en DISCREPACIAS, DESCENTRALIZACION DE DECISIONES, educación irrestricta, REPÚBLICA INVIOLABLE PARA OPINAR, MEDITAR Y DECIDIR, NO lideres más orejas que boca,
SI masa-INDIVIDUO más boca que orejas, ENTONCES SI dicha superestructura es CAMINO
INQUEBRANTABLE, IRREVOCABLE, IRREVERSIBLE, IRRESISTIBLE y definitivamente REPETIBLE, imitable, EH, conveniente, CONVINCENTE, QUE ofrece PERENTORIAMENTE TELA diáfana Y VENTUROSA
POR DONDE CORTAR.
La masa, al deshacerse y regresar DE LAS PLAZAS por rumorosos afluentes, se TRASMUTA, AH maravilla, en EL individuo. Luego
en madre y padre, hermano, hijo o nieto.
EN BIOGRAFIA y EXPEDIENTE LABORAL con algunas manchas. En SUJETO QUE DUDA O CREE, duda lo que cree
y cree lo que duda. También que VIVE o NO EN EL MEJOR MUNDO POSIBLE. Y,
llegando a casa, criatura sofocada reclama UN BUEN VASO
DE AGUA Y, por supuesto, CAFÉ y ventilador.
Segundos después, improbables vestigios de masa. Ni
en plazas o calles, ómnibus o avenidas, ni delante
de los noticieros ni trasquilando
sus sueños o desvelos de esa noche.
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