Cinco hombres de honor y racionales convicciones
Por Lorenzo Gonzalo, 12 de octubre del 2011
Se convierte en algo manido y siempre de mal gusto que cierta prensa de Miami y otras que no son de esta ciudad, insistan en distorsionar las informaciones y sobre todo en confundir a sus lectores o a aquellos que por accidente los leen cuando se trata de noticias de primera plana.
En el caso de los Cinco prisioneros cubanos que guardan prisión en Estados Unidos, dicha prensa insiste maliciosamente en presentarlos como espías.
La historia de varias décadas ha dejado en claro, que Cuba nunca le ha tirado a Estados Unidos, ni a ninguno de sus funcionarios en el exterior, ni siquiera una piedra o le haya propinado una bofetada a alguno de estos últimos. Actitud tan consistente durante tantos años, a pesar del distanciamiento agresivo existente entre ambos países, evidentemente no puede responder a la casualidad, sino a una marcada intención cubana por mostrar su desacuerdo con la conducta seguida por Washington y sus órganos militares. De todos es conocido que Estados Unidos, para bochorno de sus ciudadanos, practica la agresión contra terceros cuando lo estima necesario para la defensa de “sus intereses”. Dicha práctica, en el caso de Cuba, ha rebasado todos los límites, abarcando un abanico que ha consistido en invasiones armadas, conspiraciones para asesinar a sus dirigentes políticos y actos terroristas deleznables. Durante todo ese tiempo la respuesta cubana ha consistido en denunciar los hechos, pero nunca respondiendo a una agresión con otra. Esta conducta seguida por el gobierno cubano durante tantos años, es suficiente para desmentir la presencia de espías de origen cubano en el territorio nacional y especialmente en Miami, ciudad donde se han producido algunas de los mayores actos de naturaleza terrorista en Estados Unidos, exceptuando quizás las zonas de Montana y otras donde existen las llamadas milicias.
Aun en los casos de ciudadanos estadounidenses detenidos y luego condenados por realizar actividades de espionaje a favor de Cuba, se ha comprobado que las informaciones acopiadas por los mismos, han sido, en esencia, las relacionadas con posibles atentados contra Cuba o referentes a las políticas estadounidenses en proceso de elaboración, concebidas para desestabilizar al gobierno cubano.
Se consideran espionaje las actividades realizadas por una entidad en relación a otra, consistentes en acopiar e investigar sobre sus asuntos sensibles. A Cuba nunca la ha interesado conocer de los asuntos internos sensibles de Estados Unidos, y cuando más cerca ha estado de una actividad semejante, lo ha hecho exclusivamente para conocer de antemano, los planes de Washington que puedan resultar en perjuicio del Estado cubano.
Las evidencias del juicio a estas Cinco personas, solamente demostraron que se trataba de agentes cubanos que informaban sobre las actividades terroristas de los muchos que transitan con impunidad por la calles de Miami. Llamarlos espías, sumándose a las campañas políticas de quienes hicieron posible la ignominia del torcido y vergonzoso juicio realizado contra estos agentes antiterroristas, constituye una total falta de ética.
Las verdades, lamentablemente, requieren ser repetidas, porque ellas, a diferencias de las mentiras que vemos multiplicadas por una prensa que ni siquiera responde actualmente a la búsqueda de ganancias, sino a comercializar los valores de las corporaciones que las poseen y dirigen, finalmente prevalecen, al mismo tiempo que las falsedades languidecen.
Muchas veces nos hemos referido a este tema. Es necesario continuar haciéndolo desde diferentes ángulos hasta dejarlo agotado y vencer la mentira de quienes venden la ética de su profesión o son incapaces de sobreponerse a ciertas bajas irritaciones que los estimulan.
Es cierto que lo dicho hasta aquí coincide con la posición oficial cubana, pero siempre es más sano coincidir con la verdad que con la mentira. Por otra parte, el proceso cubano a contrapelo de sus desaciertos y errores, ha demostrado mayor ecuanimidad en estos tiempos de crisis y revaloraciones, que los estados capitalistas.
Hasta el momento, estos últimos insisten en arreglar las cosas aplicando los mismos procedimientos fallidos de siempre, mientras en Cuba se impone el estilo de escuchar los clamores de su población, nuevas políticas son concebidas, ciertas estructuras estatales son transformadas y la serenidad de la conducta pública es convertida en hábito.
Es importante seguir diciendo y sobre todo aceptar, que todos los seres humanos nos hemos equivocado y que quizás sea esa una de las mejores virtudes que tenemos. Ningún periodistas debe ceder ante la política que obscuros intereses intentan hacer prevalecer, solamente por la cobardía de no decir que se equivocaron.
Los Cinco prisioneros injustamente sentenciados a injustas condenas en Estados Unidos, no son espías, sino agentes antiterroristas, hombres de mucho honor y de racionales convicciones.
Uno de ellos acaba de ser puesto en libertad. Bienvenido. Que pronto vaya para la tierra mágica que lo quiere y admira y ojalá el raciocinio haga que pronto los otros cuatro sigan su camino.
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