sábado, 19 de mayo de 2012

PUBLICADO POR Hector Garcia Soto . MARTÍ, en un 18 de mayo. Enviado por: "nestorgiturbe" sarahnes@cubarte.cult.cu nestorgiturbe Vie, 18 de Mayo, 2012 11:08 pm MARTÍ, en un 18 de mayo. Por Dr. Néstor García Iturbe 18 de mayo del 2012 El 18 de mayo de 1895 José Martí iniciaba una carta a su entrañable amigo Manuel Mercado. Esa carta, que la muerte no le dejó terminar, refleja importantes valores del pensamiento martiano y encierra una enseñanza que no podemos pasar por alto en nuestros días, pues lo que plantea está totalmente vigente. Analicemos esta idea "… ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber- puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por la Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso." Indudablemente, el ejemplo de Martí nos enseña que cuando se está luchando por el país y por el deber y se entiende la justeza de esa lucha, se debe estar dispuesto a cualquier sacrificio, incluyendo poner la vida en peligro. La independencia de Cuba era el objetivo principal por el que luchaba, pero convencido de que una Cuba libre sería un serio escollo para que Estados Unidos pudieran materializar sus planes de dominación con relación a las Antillas y las tierras de América. ¿Pudiera alguien dudar que la Cuba Revolucionaria haya sido el principal impedimento en los planes hegemónicos de Estados Unidos sobre los países de América? Que siguiendo el ejemplo de Cuba, otros países latinoamericanos se han sacudido el yugo imperial y hoy marchan hacia un porvenir de independencia y soberanía. "Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso." Firme determinación e importante forma de actuar, sobre todo en momentos en que Estados Unidos se está formando como poder imperial. En nuestros tiempos, en que ya está formado como tal y continúa tratando de tragarse los recursos de los pueblos del mundo y en especial los de América Latina, esa determinación debe ser la guía para nuestra lucha. Importante valoración contra la anexión, cuando unos cuantos soñaban con ser una estrella más de la bandera estadounidense a pesar del desprecio y la humillación con que eran tratados. Esta idea la desarrolla cuando planteó: "…impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia," Nada más vigente que lo expresado aquí por Martí a su amigo mexicano. La nueva anexión, la contemporánea, la del neocolonialismo se pone de manifiesto con los llamados "Tratados de Libre Comercio", las alianzas militares y los Convenios de esta índole que algunos países latinoamericanos han establecido con Estados Unidos, los cuales incluyen el establecimiento de bases militares en los mismos y toda otra serie de acuerdos que promueven la presencia e injerencia estadounidense en los asuntos internos, bajo el pretexto de la ayuda por medio de la USAID, la NED, el IRI y otros engendros imperiales. "Viví en el monstruo y le conozco las entrañas:-y mi honda es la de David". Nada más elocuente para describir lo que en realidad representa Estados Unidos que calificarlo de monstruo, donde por haber vivido y conocido sus características, desigualdades y violaciones a toda norma de respeto y humanismo, señala le conoce sus entrañas. Termina su pensamiento diciendo que su honda es la de David, con lo que emula la lucha de este contra el gigante Goliat, que en el desigual encuentro está evidentemente representando a Estados Unidos. En el último párrafo, de lo que se ha llamado su testamento político, claramente expresa que, "La guerra de Cuba, realidad superior a los vagos y dispersos deseos de los cubanos y españoles anexionistas, a que sólo daría relativo poder su alianza con el gobierno de España, ha venido a su hora en América, para evitar, aun contra el empleo franco de todas esas fuerzas, la anexión de Cuba a los Estados Unidos…". Nada más claro que esto, la guerra que Martí organizó, a la que se sumaron importantes patriotas que habían luchado anteriormente por la independencia de Cuba, tenía como propósito principal, evitar la anexión de Cuba a los Estados Unidos. Todavía quedan cubanos anexionistas, que sueñan con que la sociedad estadounidense y sus patrones sea la que fije los destinos de nuestra nación. "Sirenitas" que vienen a cantarnos, a prometer beneficios para unos pocos y a tratar de ganar adeptos para sus coros, como si pudiera olvidársenos todo lo que sucedió en nuestra historia cuando el servilismo y el entreguismo regían nuestros destinos. Para los que gustan llamarlos con nombres complejos, los pudiéramos nombrar "cubanos anexiocanos" Un destello de profecía termina la inconclusa carta, en sus últimas líneas expresa Martí: "… puesto que la guerra no aceptará la anexión, el compromiso odioso y absurdo de abatir por su cuenta y con sus armas un guerra de independencia americana". Ante la intransigencia rebelde de los mambises y su estoica lucha contra España, donde la anexión a Estados Unidos fue continuamente rechazada, no le quedó más remedio al imperio que como dijo el Maestro, llegar a la absurda y odiosa conclusión de que por su cuenta, con sus armas y hombres, era necesario abatir la guerra de independencia que Cuba estaba culminando. Nuestra patria ha tenido la suerte de contar con hombres que son capaces de ver con claridad lo que pudiera suceder en el futuro y alertarnos ante el peligro. Martí no pudo concluir su obra. Aquel 18 de mayo, de forma breve, pero precisa, marcó el camino de la lucha y expuso por completo al enemigo de Cuba Libre. Toca a nosotros, guiados por su pensamiento, como autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada, continuar adelante por el camino de la independencia,

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